—Estúpido, las cosas que dices me parecen estúpidas — le decía con voz enojada, no importaba cuánto intentara hacerle ver a su hermano lo que investigaba, siempre terminaba de la misma forma.
—No lo es — decía mostrando la libreta — Nuestra bisabuela creía en esto, dejó en esta libreta toda la investigación que logró realizar en su poco tiempo de vida, creo que deberíamos
—A mí no me metas en estas cosas — repuso yéndose de ahí, cerró la puerta con enfado al salir.
El joven Kong, se quedó un rato mirando la puerta, odiaba cuando su hermano gemelo se portaba así, realmente quería que escuchara porque cuando leyó todo lo que su antepasado dejó, supo que lo que sentía tenía una explicación.
Por años había estado un limbo, porque él no veía a su hermano Kang con ojos de fraternidad, si no como algo. Estaba enamorado de su propio gemelo y eso no estaba bien. Sin embargo, al leer lo que relataba Mirai, su bisabuela que fue geisha muchos años atrás, tuvo la sospecha de que estaba sucediendo de nuevo...
Si tan sólo su hermano mostrara algún interés por él y no solamente ese odio que le demostraba cada que podía.
¿Por qué Kang lo odiaba? ¿Por qué lo evitaba de esa forma? No lo sabía, posiblemente él era el único que tenía esos extraños sentimientos, que no sabía por qué tenía si no recibía afecto alguno de su parte.
Suspiró, al menos él sí haría caso de lo que había pedido su bisabuela.
***
Los años volaron, cada quien tomó su rumbo y cuando se vino a dar cuenta, se encontraba en un frío museo al otro lado del mundo, en América, Nueva York.
—Nos honra tener a tan gran historiador de China en nuestro museo — le decía el director del museo, el señor Rooselvet — Mi abuelo fue uno de los fundadores, pero le presentaré a otro compañero suyo — le encaminó por todo el pasillo, sus ojos iban de un lado a otro viendo cada pieza que exhibían, toda la historia de esa parte del mundo estaba ahí — Aquí está, señor Zhang, déjeme presentarle a nuestro nuevo colega, el historiador Dao
El joven chino se encontró con un rostro que extrañamente le hacía eco en su memoria, como si no fuera la primera vez que se veían.
—Un placer conocerlo, señor Dao — le tendió la mano, lo miró dudoso por algunos segundos hasta que la estrechó.
—Yo los dejo, estoy seguro que usted es el indicado para enseñarle el museo — el señor Rooselvet se fue de ahí dejándolos a solas.
—Usted, se me hace algo conocido — fue lo primero que se atrevió a decirle, el chino ladeó la cabeza.
—¿En serio? Yo siento lo mismo — y sonrió mostrando sus hoyuelos — Déjeme darle un recorrido por el museo, quizá así refresca su memoria
Aceptó en silencio y le siguió mirando su espalda, sintiendo que realmente lo había visto en otro lugar, sólo que no encontraba en dónde.
—Lo primero del museo es la parte de la prehistoria — le dijo de repente fungiendo de guía — El museo recientemente tuvo una nueva adquisición, encontramos los restos de dos cavernícolas en un río, creemos que se murieron en una pelea — señaló la vitrina en la que se encontraban un par de huesos.
Los ojos de Kong miraban aquello y sentía que algo se movía en su interior.
—Luego está Egipto, siento una fascinación por el faraón Ptolomeo XIII, quien fue esposo de Cleopatra — su cabeza daba vueltas al ver aquellos adornos brillantes, el oro resplandecía en sus pupilas y sentía que todo se difuminaba. Caminaba como mera cosa de instinto y escuchaba todo lo que le decía — Los vikingos y los caballeros que peleaban en justas... ¿nunca le ha gustado?
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Reencarnación / Kaisoo
FanfictionSomos simples contenedores que se repiten una y otra vez. Cuando dos almas se entrelazan desde el primer momento en que se ven, se encuentran predestinados a encontrarse una y otra vez a lo largo de los años hasta que su amor logre completarse. OH D...