Cielo

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Hoy me he puesto más pálida que de costumbre, llevo mis vendajes en el bolso y una libreta de apuntes, como supuse hasta ahora he avanzado unos metros y ya, al menos, veinte personas me han reconocido, "porcelana" me llaman.

Sinceramente no puedo ver más allá de mis lentes, la luz del sol molesta, sí, aun tengo alcohol vivo de ayer, pero y qué; asistí a las primeras clases en mi horario, una chica fotógrafa de segundo año se fijó en mi cabello, dice que se vería mejor blanco y con flequillo, quien sabe, tal vez lo vuelva a teñir, ella me llevó a la parte de atrás del edificio principal, hay un frondoso árbol de cerezas silvestres.

- Sabes, hay gente que le gusta comer estas cosas - apuntó una cereza junto a su pie - yo no soporto su sabor, ni siquiera las que usan en los helados, mi nombre es Sora, llevo horas hablándote y no te había dicho mi nombre - la torpe sonrió un poco, parecía amable, le sonreí de vuelta y me recosté junto a ella. Una chica de tez delgada, cabello lila y sonrisa contagiosa.

- Porcelana... - le susurré.

- Sé que no es tu nombre, todos tenemos cosas que ocultar, pero no importa, me gusta, suena lindo, eso quiere decir que eres de colección, única en tu especie - Sora continuó hablando por horas, por primera vez no me molestaba, de hecho era agradable saber que quería conocerme, probablemente iba a ser a la única persona a quien me acercara este semestre, tengo una particular alergia a la gente.

**

- Yo creo que la Srta. Myers tiene juanetes en los pies - el celular vibró en mi bolsillo, levanté la mirada y la maestra se estaba rascando los talones con su bolígrafo - oink oink.

- Lol, no hagas esto, me distraes - le contesté de vuelta - ¿quieres acompañarme a casa al salir? Mamá estará feliz de conocer a una amiga que es de fiar.

- Dalo por hecho mi Porcelana, ¡ oye !

- ¡ Qué !

- Oink oink.

**

De repente nos encontramos las tres bebiendo té sobre la alfombra, Millie, mi gata, estaba sobre el regazo de Sora, le agradaba, lo que era una buena señal.

Para toda alma perdida hay un ángel guía, al parecer eso sucedía con la aparición de Sora, me expresó que nunca había encontrado a nadie con quien pudiera hablar de sus excentricidades, de cómo usaba una lente vieja como cenicero, de cómo clasificaba su negativos por orden de formas, cosas que sólo entendía ella, pero que me parecían fascinantes, no era común como las otras, ni perdida vacía como Effy, ella también era única, y algo me daba la certeza de que la iba a necesitar mucho.

- El viernes a las 3, ¿estarás ocupada?

- Creo que tengo taller de foto a las 5, ¿qué necesitas Porcelana?

- Tengo que ir a una conferencia, es de suma importancia, no me vayas a juzgar.

- ¿Juzgarte? Déjale eso a los dioses que adoran las señoras en las iglesias, antes pasamos por un frappé de moras :)

- Hecho! Mi 'cielo'

Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora