Breathe

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Una que otra melodía de Chopin invadía los pasillos y los rincones de esa elaborada habitación, en la que lentamente iba recorriendo cada centímetro de mi piel, no sé en qué momento permití que sus besos fueran más allá de lo esperado, pero su tacto lograba derretir el frío inconsolable de la noche; sus ojos penetrantes me dirigían miradas que estremecían mis sentidos y sus labios... susurraban expectantes en mis oídos. No había duda de lo mucho que había deseado ese momento, porque aunque no eran sólo dos cuerpos tocándose, era dos almas danzando con las notas del ambiente. 

Recorría mi espalda con sus dedos asemejándola al teclado de un piano, con firmeza, con dulzura y delicadeza, sólo propia de él y su inigualable caballerosidad. Acariciaba mi cabello formando pequeños bucles y besaba mis mejillas como si fuese un niño curioso en busca de algo más. Mi corazón latía tan fuerte que temí por romper a llorar de felicidad, porque sabía que el suyo sentía lo mismo. 

No, no fue un acto sexual. 

Sí, hicimos el amor, porque para hacer el amor no se necesita de cuerpos desnudos y orgasmos latentes, sólo se necesitan dos almas sincronizadas, volviéndose una.

**

- Anthon... ¿puedo saber el por qué de tu actuar? ¿por qué fijarse en mí? Habiendo tantas mujeres a tu altura.

- Puede que estén a mi altura, pero yo prefiero que sean un poco más bajas... para que puedas escuchar mi corazón y yo besar tu frente - sonrío, aunque no era la respuesta en concreto ¿para qué volver a preguntar?

- Anthon... Sora me dijo que tú posiblemente podías enamorarte de mí... ¿no crees que pueda ser por la relación doctor-paciente? 

- Sé lo que siento, aunque sé que es poco profesional, tu belleza me atrapó desde mucho antes de verte en persona, tuve que hacer de todo para lograr tener tu caso, al ser tan joven afirmaban que no tenía la experiencia suficiente para tratarte... pero sé que puedo ayudarte - me tambaleo un poco tratando de encontrar sus ojos de nuevo, sujeto su rostro... esa mirada de nuevo.

- Anthon... ¿te estás enamorando de mí?

- Me temo que sí Pequeña... ¿y tú?

- Es probable Caballero.

Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora