Stay

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Son las dos de la mañana y la lluvia continúa golpeando ferozmente la ventana, Anthony me ha traído a su casa para darme las atenciones que requería, la hemorragia había hecho un desastre mi ropa, siento las lágrimas cálidas ruborizando mis mejillas. 

Anthony no ha salido de su despacho desde hace unos minutos, la ansiedad taladra mi cabeza, tratando de pensar dónde está, dónde pudo haber ido... ¿quién podría brindarle protección?.

- Anthon... tomaré una ducha, me siento mareada... - el mensaje viaja por el pasillo hasta la puerta del despacho - usaré una de tus toallas... - al estar de pie el mundo daba vueltas y latía unísono con mi corazón, cubro mis ojos por un segundo pero nada cambia, apoyada sobre la pared me dirijo al baño, el frío de las lozas de porcelana sube por mis pies hasta congelar mis piernas, de nuevo me halló en el suelo esta vez bajo un delicado hilo de agua tibia - Anthon... - balbuceo. Justo cuando estaba a punto de quedarme dormida las pisadas del pasillo me devuelven el aliento, me sujeta por los brazos y me ayuda a levantarme.

- ¿Estás loca?, estás muy débil, no es buen momento para exploraciones... - aparta el cabello húmedo de mi rostro y sonríe - tienes que confiar en mí, o no llegaremos a ninguna parte Hermosa...

- Quédate, tomemos una ducha juntos, no puedo sostenerme, pero siento como el agua se lleva todo... - como esa vez en el lago - quédate Anthon... - sus mejillas se tornan de un color encendido y aunque quiere negarse asiente, se retira su camisa italiana y los zapatos de cuero negro - tu piel es tibia...

- Calla... o moriré de vergüenza... - dice sujetando mi espalda - ¿ahora qué sigue? ¿hacer fiesta de jabón? - una risa nerviosa rompió el silencio del cuarto de baño.

- No... sólo, no me sueltes, no te vayas, quédate... tu corazón tiene un sonido diferente, es como si pidiera a gritos ser escuchado...

- Eso sentí al conocerte, pero sabes una cosa Porcelain, no es lo único que me pide a gritos en este momento - de repente el tiempo se detuvo y mi respiración colapsó.

- ¿A qué te refieres?... ¿qué más pide? - susurro nerviosa.

- Besarte.


Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora