Diario - VI

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Lentamente las preocupaciones se desvanecieron, en sus ojos había un abismo que me intrigaba, me pedía ir más allá de lo que mi cuerpo podía permitirme.

Cielo... el cielo me confundía, mi Cielo me confundía, sólo fueron impulsos alentados por un momento de sosiego... hablo por mí, porque de su parte no tengo idea de qué podría alentar su comportamiento. Su tan incoherente comportamiento. 

No sabía lo que era amar la vida hasta esa noche y hasta esta noche, porque juntos lograron devolver a mí la esperanza que se me había arrebatado.

No sé, no sé si me puedo enamorar, no sé ni cómo identificar si lo estoy o no, pero sin duda las mariposas que corroen mi estómago y amenazan con salir... no pueden mentir. 

No te puedo mentir Sora, él, él me ha cautivado de una manera inexplicable.

No te puedo mentir Anthon, ella, ella ha complementado mis laberintos como pensé que nunca lograría nadie hacerlo.


Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora