Tienes que aprender a amar la vida, incluso cuando es amarga y efímera, no sabes en qué momento todo se pueda ver reducido a nada.
Las cosas van tomando forma... Todo depende de la perspectiva con la que se vea.
Hasta la Porcelana más antigua y más...
Sora me ha entregado una bata de seda con plumas, parecía una playboy de los años noventa, antes había alborotado mi poco cabello y aplicado pintalabios rojo, su mirada estaba más perdida que de costumbre y aunque afirmaba tener un plan de escape, no podía imaginar el hecho de entrar en la habitación sola con ese hombre, me ha dicho que no le gusta la ropa interior muy elaborada, siento náuseas.
- Eres una niña extrañamente pálida, pero en un momento no tardarás en sonrojarte - Sora me pide que me tranquilice, él está recostado con nada más que sus boxers de cuadros - ¿le has dicho lo que debe hacer?
- Sí, señor... - responde Sora afligida - ¿quieres Bourbon o Ginebra?
- Bourbon, por favor, déjanos solos - cierra la puerta - empieza Porcelana - las palabras de Sora comenzaron a hacer eco en mi cabeza "tienesqueactuarcomounazorra, lecubreslosojosyempiezasahacerlecosas, esloquelegusta, esunasco..." ¿hacerle cosas? Cubro sus ojos con un pañuelo de seda blanco, su respiración se agita, no puedo contener mis lágrimas - Sora al inicio lloraba también, pero no te preocupes, pasa siempre, después te gustará - humillada, expuesta, mis rodillas se chocaban entre sí, comencé a acariciar sus hombros, él me ha retirado la bata ridícula, el frío tormentoso me eriza la piel, lloro aún más, hay pasos en el pasillo - Eh! ¡No entres aun Sora, deja que ella haga su trabajo, deja el Bourbon y vete de aquí!
- Sabe, el Bourbon siempre me ha parecido grotesco y ordinario, preferimos la ginebra con frutas - esa voz... - Hi, myPorcelain - Anthony...
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- ¿¡Qué carajos!? - se quita el pañuelo de sus ojos de inmediato.
- Mucho gusto Caballero - Anthony toma la botella por el cuello y se la pone justo en la cabeza, estaba totalmente llena, ésta se ha roto por completo dejando un hilo de sangre bajando por su frente - esto lo va a dejar inconsciente por un rato, Sora, tienes veinte minutos para salir de aquí, tú... - roza mi mejilla - vendrás conmigo.
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Han pasado tres días desde el asqueroso incidente, ahora Sora vive con nosotras, ha cortado su teléfono para evitar las llamadas de su padre, Anthony prometió ayudarle en las denuncias pertinentes, Anthony... Sora hizo bien en llamarle, pues no había otra persona en mi cabeza en ese momento, ángeles, de ellos estamos rodeados, esperando el momento justo para demostrarnos que no estamos solos, a falta de mi Cielo, ahora tenía otro más, uno que iba de a pocos robándome el aliento.
- Quiero teñirme el cabello Porcelana, lo que dijo mamá de las lilas no me gustó, quiero que cuando vaya a verla de nuevo no tenga recuerdos amargos.
- Cielo... ¿La enfermedad de tu mamá tiene cura?
- Tratamiento, pero es costoso, por eso no hemos decidido sacarla de esa cárcel, no hay cómo costearlo, además, allá está más controlada...
- Sora... ¿no te cansas de siempre poner la felicidad de los demás antes que la tuya?
- No... A veces no vale la pena, pero, por ejemplo, no me molesta para nada verte sonreír todos los días, eso sin duda, me hace muy feliz, aun cuando mi mundo esté hecho pedazos, soy tu ángel y tú mis alas para volar.