Dr. Thomas

58 12 0
                                        

Llevamos dos frappés de moras, aun no tengo el valor para entrar al auditorio en donde se llevará a cabo la conferencia, Sora ha intentado tres veces halarme dentro pero mis piernas fallan, me siento derrotada y ni siquiera he recibido una mínima hipótesis; han entrado practicantes de medicina, médicos de todos los hospitales y centros médicos de la ciudad, la mayoría me ha reconocido, mi doctor, el Dr. Shwimmer me ha insistido entrar con él, así podrá explicarle brevemente mi caso, en mi mochila llevaba una copia de mi historial médico, lo había sacado en la mañana de los archivos de mamá.

Infortunadamente Sora tuvo que aguardar afuera, al no tener invitación ni dinero para la entrada no quedaba más opción que esperar, al cabo de unos minutos las lucecitas de la tarima empezaron a parpadear, es joven... y muy guapo, alto, cabello negro y lacio, no logro destacar los rasgos de su rostro pero sin duda es bien parecido.

- Buenas tardes a todos - ¡Dios, su acento! - daremos inicio a esto en unos segundos, leeré la programación, de tal manera que quede establecido el orden en que se llevará la conferencia - mientras leía me iba perdiendo en la delicada manera en que pronunciaba las palabras, por un momento olvidé a lo que iba, que ridícula, mi doctor me afirmó que había reservado un espacio en el intermedio para acercarse a hablar con él, sólo faltaba esperar dos horas.

**

Y la arena del reloj cae, una y otra vez, pesan los equipajes de mis bolsillos, aun no sé cuánto tiempo pueda quedar para el final...

**

Su nombre es Anthony Thomas, se encuentra realizando una especialización en Oncología, ojos azules casi grises, labios delgados y rojos, mirada coqueta... sólo veinticinco años.

- Veo que llevas tratándola por más de cuatro años - apuntó observando la primera parte de mi historial médico - Shwimmer, pero estos exámenes de sangre son demasiado mediocres, no han hecho recuentos sanguíneos si quiera, estos son sólo exámenes de rutina, ¿cómo querían encontrar un diagnóstico? - revisaba una y otra vez las mismas hojas, yo con los nervios de punta no me atrevía a decir ni una sola palabra - esto puede ser grave, necesita atención inmediata... - mi corazón se detuvo durante esa frase, miré a mi doctor buscando respaldo.

- En ese caso, ¿qué propone?.

- Iniciar investigaciones, necesitamos examinar cada célula, cada tejido y cada signo que ella tenga y haya manifestado, esperen hasta el final, haré unas cuantas llamadas - rozó mi mejilla con su mano y se dirigió al estrado de nuevo.

- ¿Escuchaste? - decía feliz - por fin porcelanita, por fin tendremos un diagnóstico y te podremos curar.

- Si es tan grave como afirma, dudo que haya cura - sonreí para no parecer descortés, sin embargo no podía dejar de sentirme preocupada, de vuelta en nuestros lugares seguí haciendo garabatos en mi libreta, pobre Sora, llevaba más de tres horas fuera y sin dinero para su frappé de moras.

**

- Hace frío aquí Porcelana, trae tu trasero de vuelta.

- ¡Sora! pensé que te habías ido, llevo escribiéndote por horas, perdóname, pero el doctor aceptó mi caso y dice que tengo que someterme a un montón de exámenes.

- Bueno, de eso me hablas luego, y también sobre "tu caso", suena extraño, por ahora acelera las cosas, son casi las 8.

- Lo haré Cielo, pero sé paciente, ¿té y películas en mi casa al rato?

- Té de flor de cerezo por favor.

- Dalo por hecho.



Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora