Desorden

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Llegamos a casa hace un par de horas, Sora ha estado muy callada e inquieta desde entonces, le han llamado a decirle que su padre logró localizarla, se enteró que estuvimos en el lago. Lleva todo ese tiempo prisionera en su habitación... Mi Cielo.

- Hermosa, déjame entrar... quiero poder abrazarte, todo estará bien, no va a suceder nada - silencio... es todo lo que proviene del otro lado de la puerta, doy nuevamente unos golpecitos pero no obtengo respuesta - Sora, abre, tienes que comer algo... - no hay respuesta - Sora abriré la puerta - al abrir encuentro una cama perfectamente arreglada, la habitación estaba intacta, mi corazón se acelera pues no logro encontrarla en ninguna parte, mis ojos se llenan de lágrimas. Ha dejado una carta sobre la almohada junto con una flor que trajimos del lago.

"Porcelana, lo siento.

No pensé que eso pudiera suceder, papá está como loco, me envió un texto y dice que si me encuentra me va a asesinar, creo que cualquiera estaría de mal humor después de un botellazo olímpico en la cabeza... Hermosa, me iré por un tiempo, sólo para que él se calme, por favor no me llames, no me busques, volveré cuando todo haya pasado. Sabes que no podría dejarte sola por nada del mundo.

Te dejo las llaves de la Caja de Nostalgias, eso te dará dinero para más frappés, le hablé a Anthony para que esté más al pendiente, no temas de nada, me llevó por estos días el dulce sabor de tus labios y el aroma de tu piel...

Sora."

Algo se ha quebrado en mi interior, de repente me siento ansiosa y desesperada, mis manos no paran de temblar y en un abrir y cerrar de ojos me encuentro corriendo por las calles buscándola. ¿Dónde está? No puede irse, no ahora, ¿qué pasará si su padre la encuentra?, necesito que regrese. Siento mis mejillas arder y mis piernas débiles por el frío de la noche.

- ¡Sora! - grito en vano, la calle se encuentra desolada, no entiendo, no entiendo por qué me siento tan desesperada, no entiendo por qué me encuentro en la mitad de la calle buscando a una chica que hacía unos meses era una desconocida para mí... no entiendo...

**

El cielo llora conmigo, parece una tormenta a mi al rededor, las gotas de lluvia caen con tanta fuerza que siento que me desvanecen, siento mis manos entumecidas, extrañamente me invade una sensación de tranquilidad... sin embargo, es imposible dejar de pensar en Sora.

No sé cuanto tiempo llevo fuera de casa, parece ser de madrugada, no sé exactamente dónde estoy, mis piernas no podrían caminar un sólo metro más, pequeños hematomas se han formado en mis tobillos y en mis muñecas...

Siento una sensación cálida cerca a mi nariz y mi boca... ¡Maldita sea! Habían pasado días desde la última vez que tomé mis medicamentos, me cubro pero es en vano, mis mangas están completamente empapadas, comienzo a caminar torpemente por las calles, me siento desorientada...

- ¡Porcelain! - escucho a lo lejos - ¡levántate! - me toma entre sus brazos y me lleva a un coche junto a una luz turbia - Dios... tengo que llevarte de inmediato al consultorio, mírame... ¡Mírame! necesito saber que estás consciente.

- Anthon... - una sonrisa adorna su rostro preocupado - tengo frío...

Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora