Ecuación de Dirac

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Le he contado a Sora sobre mi estado de salud, lleva horas recostada en el sillón, no ha dicho ni una sola palabra, no sé si lo ha tomado con lástima o si me rechazará por ser una moribunda en proceso, yo sólo la observo desde mi cama, son casi las dos de la mañana.

- Cielo, dime algo por favor - mi voz se quebró - tenía que decirte la verdad, o más adelante ¿cómo te iba a explicar el resto? - por alguna razón en Sora veía el apoyo que por tantos años estuve buscando, no quería perderla - soy afortunada de haber encontrado a alguien como tú, a otra persona la habría asesinado hace dos días - ha reído - Cielo...

- Que torpe eres Porcelana.

- De qué hablas...

- No podría rechazarte, necesitas de mí tanto como yo de ti, el azar no existe, todo pasa por una razón, tu y yo estamos juntas ahora por una razón - sentada a mi lado comenzó a meter sus friolentos pies bajo el edredón - te advierto que duermo como animal, tengo taller a las siete, cuento contigo Porcelana - después de un beso en mi frente se cubrió toda la cabeza lila.

Ella también tenía secretos, en sus ojos había un misterio impenetrable, sin embargo, no me atrevía a preguntar, podría ser su agobio.

**

Son las tres, aun no logro dormir, las frases del Dr. Thomas respecto a mi gravedad me tenían con los nervios de punta, he fumado casi cinco cigarros, tanta ansiedad; uno, dos, tres, cuatro, cuatro moretones en mi pierna izquierda.

- Porcelana ven a dormir - hecha una bola de sábanas se levanta de la cama.

- No puedo Sora...

- ¿Quieres hablar? - asiento - perfecto, es hora de hablar de mí.

**

Me ha dicho que sus padres son divorciados, su madre sufre de esquizofrenia y se encuentra internada en un centro psiquiátrico, ha vivido con su padre desde los seis años, un reconocido fotógrafo de la ciudad, no es feliz...

No es feliz porque cada día desea estar en cualquier lugar, menos en su casa, no es feliz porque a quien veía como su héroe ahora lo ve como su verdugo, no es feliz porque debe gastarse la mitad de su dinero en maquillaje, para esconder los abusos de ese señor, no es feliz porque su corazón roto no puede hallar un hogar, no es feliz porque ni siquiera su madre recuerda su nombre... Ha roto mi interior, ha llorado y me ha abrazado como si quisiese que yo le arrebatara sus miedos, ha desnudado su alma y me ha dado las gracias por aparecer en su vida, ahora... Ahora ella duerme tranquila sobre mis piernas mientras acaricio su cabello pastel, es un ser excepcional.

Ella, sin duda, tiene razón, estamos juntas aquí por una razón, es un inicio inequívoco, no hay espacio para coincidencias.

Ha quedado grabado en mí el misterio de sus ojos.

Ideas de PorcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora