Capítulo 26

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Entro en silencio, y volteo para poder cerrar la puerta con cuidado.

-Hola preciosa... -Una voz rasposa y sexy que conozco a la perfección, pero ahora un poco floja, como si acabara de despertar, hace que una electricidad me atraviese el cuerpo, volteo y me encuentro con Baltazar, postrado en una camilla, con una sabana de la cadera hacia los pies, con su pierna derecha enyesada al igual que su brazo izquierdo, pero a diferencia de Guillermo, Baltazar no tiene ningun aparato que sostenga su pierna, con una benda en la cabeza, cubriendo su sedoso y oscuro cabello, y otra en su torso, cubriendo sus trabajados abdominales, con heridas y golpes en su rostro, brazos, y su pecho desnudo, aparte de un moretón en el cuello y con cables en sus brazos conectados a máquinas y bolsitas con algun líquido.

-Baltazar... -Digo con pesar, se ve tan indefenso y vulnerable, que me hace sentir un impulso de querer protegerlo, pero a la vez un pequeño sentimiento de culpa, y mis lágrimas empiezan a acumularse de nuevo.

-Tranquila...estoy bien... -El me sonríe. -Ven... -Dice mientras con su mano derecha da leves golpecitos a la camilla, yo, tratando de calmarme camino hacía el y me siento en la orilla sin acercarme mucho para no lastimarlo. -Dame la mano... -Dice mientras voltea su mano que ahora tiene un aparato en el dedo índice, hago lo que me dice y dejo mi mano sobre la suya, él la sostiene con delicadeza, levanto la mirada y me encuentro con esos oscuros ojos, que para mí son los mas hermoso que he visto, avellana contra negro, el sonríe mostrando su aun perfecta dentadura y yo me ruborizó.

-No creo que me permitan sentarme aquí... -Le digo haciendo referencia a la camilla.

-A la mierda lo que digan, yo te quiero aqui conmigo... -Yo bajo la mirada mientras sonrío y siento mis mejillas arder. -¿Y Cómo estas? Aparte de hermosa.

-Mejor que tu... -Digo con una sonrisa, el rie levemente antes de hacer una mueca de dolor. -¿Estas bien? ¿Traigo a una enfermera? -Digo mientras el pánico se comienza a adentrar en mi sistema.

-No... -responde mientras toma bocanadas de aire. -Estoy bien... creo que solo son mis costillas, ¡agh! duelen como el demonio... -el se acomoda nuevamente y vuelve a sostener mi mano. -¿Cómo te sientes? Y no me respondas "Mejor que tu" -Me imita y yo río levemente. -Mira como te dejo ese malnacido hijo de puta... -Dice mientras examina los pequeños golpes y heridas en mi rostro, y ahi es cuando recuerdo mi pesadilla, aquella pesadilla con Raul, donde todos estaban muertos, donde Baltazar murió en mis brazos, y ahora veo que la mitad de esa pesadilla se cumplió, Raul me volvió a hacer daño con lo que mas amaba, mi familia, y puede que no mueran todos, pero Guillermo sigue en peligro, sin darme cuenta suelto una lágrima, y el semblante de Baltazar pasa de serio a preocupado. -¿Que tienes preciosa? Dime... -El empieza a acariciar mis nudillos con su pulgar.

-Estoy bien...Solo que...

-Vamos...todo está bien... -Me impulsa a continuar.

-Solo que pensé que morirías... -Es primera vez que me abro de esta manera con Baltazar y una parte de mi se arrepentirá, por la simple razón de que no quiero salir lastimada, y trato de ocultarle lo de Guillermo porque sé que se pondrá peor si se lo digo.

-Pero estoy vivo...y yo le voy a patear el culo a ese maldito bastardo por lo que te hizo... -lo veo a los ojos y su mirada es suficiente para hacerme sentir mejor. -Yo sería incapaz de dejarte sola...Además como iba a morir si me debes una cita. -Él me sonríe y veo ese brillo en sus ojos.

-Tienes razón... -Le digo y él sonríe un más, viéndose como un niño que acaba de conseguir un dulce, tan adorable.

-¿Sabes? -Dice mientras ve al techo y luego me vuelve a ver. -Voy a aprovechar todo el tiempo que este aquí para pensar a un lugar increíble para llevarte...a lo mejor del mundo...a un lugar digno de ti... -Me estremezco ante sus palabras y ese brillo en sus ojos se intensifica.

Diario de un CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora