Capítulo 16: ¡El secreto de Nanya!

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Shanteya ayudó a Nanya a llevar a los hombres inconscientes a la enfermería de la Academia. Usando [Telekinezy], levanté a Rufus y las seguí de cerca. Estaba seguro de que no me libraría del sermón venidero, pero encargarse de las heridas de estos tres profesores venía primero. Y por lo que pasó con mi calabozo durante estos dos días, tendré que esperarme unos días para enterarme de ello.

¿Me harán destruirlo? Pensé mientras miraba hacia el suelo. ¿Hm? Noté algo peculiar frente a mí, era el redondo trasero de Nanya. Había dos hoyos en sus pantalones, revelando parte de una tentación prohibida. ¿Hm? Me quedé mirando intensamente a esos parches de piel que se revelaban frente a mí, mientras su lindo trasero se movía de derecha a izquierda al caminar. No puedo ver sus bragas...

Mi pervertida imaginación encontró una oportunidad de oro y empezó a imaginar todo tipo de fantasías y razones del por qué ella no estaba vistiendo unas. Para el momento en que me di cuenta de que me estaba yendo por una dirección algo rara, estaba a 20 centímetros de su lindo y redondo trasero.

Sacudiendo mi cabeza, traté de deshacerme de esos pensamientos, pero por el momento, estaba un poco excitado por ver a Nanya vistiendo una armadura deshecha que permitía ver suficiente piel como para hacer que un hombre aullara. La idea de que ella podría estar vistiendo sólo ESO me trajo un lote completo de pensamientos pervertidos dentro de mi inútil mente.

"Me pregunto si no trae." Dije con una voz fuerte sin darme cuenta.

"¿Maestro?" Preguntó Shanteya confundida.

"Bragas. Nanya." Contesté.

"¿Ara?" La el'doraw miró a la aparentemente joven chica.

Sus mejillas se tornaron rojas, apretó su puño en ira, y ordenó. "Illsy, vuela enfrente de nosotras. ¡AHORA!"

Tragué saliva e hice lo que se me dijo.

Yo y mi gran boca... Si no hubiera dicho nada, podría haber seguido disfrutando de la vista... Pensé y dejé salir un gran suspiro.

Después de que llegáramos a la enfermería, puse a Rufus en una de las camas vacías y fui a llamar a Paladinus y Zertan. Tenían que saber el estado en que se encontraban sus colegas. Hablando honestamente, me sentía un poco mal de que estuvieran en esa condición, pero al mismo tiempo, estaba feliz de que mi pequeño calabozo se las arreglara para causar problemas a unos rangos 'Emperador' justo desde el primer piso.

Una vez que los otros profesores llegaron, ellos empezaron a preparar algunas pociones para dárselas, pero Paladinus estaba intentando con todas sus fuerzas para no carcajearse cuando miró la cara de Tuberculus. Sin cabello en la parte de arriba de la cabeza, sin barba, ni cejas, lucía algo gracioso. Lo único que puedo imaginar para que terminara de esa manera, es que intentó manosear a Nanya mientras ella no miraba y terminó metiendo su cara en una de mis trampas de fuego.

Mientras ellos estaban haciendo eso, me quedé ahí mirándolos.

"¿Nanya?" Pregunté tímidamente.

"¿Qué pasa, Illsy?" Preguntó con un tono de voz cortante, sin voltear.

Sip, está enojada...

"Erm..." Miré a Paladinus y a Zertan, ellos no estaban escuchándonos. "Puedo curarlos con mi aura divina..." Le dije a ella.

"¿Aura divina?" Preguntó Nanya levantando una ceja.

"Tengo una que cura, pero ellos tienen que estar cerca de mi cuerpo de cristal. Escucha, siento mucho lo que ha pasado... No quería lastimar a ninguno de ustedes de esta manera. De hecho, pensaba que ustedes iban a pasar corriendo por mi calabozo y lo terminarían en cuestión de horas, tal vez menos... lo siento." Dije con un tono de voz sincero.

Reencarné como una Academia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora