~ Capítulo 32: Fuego. Sangre. Confianza (Parte 3) ~

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Debe de haber una manera de pasar este campo de lava, aún si hay una pared del otro lado, entonces seguramente debe de haber una palanca para que podamos atravesar. Todos los calabozos tienen una. Cada piso tiene su lógica, un maze con una sola entrada y una sola salida, pero con múltiples caminos para llegar de un punto a otro. Esta era una regla de la que ningún calabozo se separaba, lo que significaba que había una manera de pasar a través de esto, una manera de abrir el camino para mi Señor...

¿Pero qué? Apreté mis dientes e intenté analizar el cuarto de nuevo. ¿Dónde está? Miré hacia arriba, pero no había nada raro en el techo. ¿Dónde lo escondiste? No había nada en las paredes tampoco. ¿Dónde? Detrás de nosotros el camino también estaba libre. ¿Significa esto que...? Miré al otro extremo del corredor. Las plataformas eran idénticas. Las paredes eran las mismas, pero debía de haber algo fuera de lugar, algo diferente.

"Debe de haber una palanca o un botón escondido detrás de esas paredes. ¡Empiecen a buscar!" Ordené.

Los soldados buscaron a mi alrededor, mientras que Theyon, otro comandante, se me acercó y me palmeó el hombro.

"¡Relájate o te saldrán arrugas!" Dijo él con una sonrisa.

"¡No tengo tiempo para relajarme ni para que me salgan arrugas! Tenemos que localizar dónde está escondida esa palanca." Dije mientras apretaba la empuñadura de mi espada.

Él me palmeó el hombro mientras asentía.

"¿Debería intentar buscar una en esas rampas?" Me preguntó mientras apuntaba hacia las plataformas.

"Sí." Le dije.

Con una sonrisa en sus labios, él se adelantó e hizo el primer salto. Cayó sobre la primera plataforma y golpeó la pared, esta se agrietó, pero no se pudo ver ningún compartimiento oculto. Repitió el proceso con cada plataforma hasta que llegó a la última. Allí, los pedazos de pared que escondían el accionador cayeron, pero él no se detuvo a presionarlo. Nada garantizaba que la plataforma se detendría en su lugar si lo presionaba. Él saltó a la pared del fondo y de nuevo a la plataforma después de que esta volvió a salir. Después de accionar la palanca saltó sobre las plataformas hasta que llegó conmigo. La pared al fondo se abrió.

"¡Dios! ¿Era eso tan difícil?" Dijo mi Señor mientras nos pasaba y de un salto llegaba al otro lado.

"¡No mi Señor!" Dije mientras inclinaba mi cabeza.

¡Ya he sacrificado a tres hombres y ni siquiera hemos pasado el primer piso! Pensé, pero nunca podría decir eso en voz alta... Si lo hiciera, mi cabeza sería la siguiente en rodar.

Después de que pasamos el foso de lava, llegamos a la siguiente parte de este ridículo maze. Era algo indignante, algo que nunca había visto o escuchado antes. El lugar por el que teníamos que pasar para llegar al otro lado era un maze con un camino de tablones. Debajo de este había un solo foso lleno de pinchos mortales que esperaban por nosotros. También había monstruos allí, harpías que volaban por encima y que chillaban hacia nosotros.

Dos de ellas atacaron a mi Señor, pero él las tomó por el cuello y las destruyó con sus manos. Ellas no tuvieron ni una oportunidad contra él, sin embargo, mis soldados tenían problemas para defenderse contra esas cosas.

"¡Maten esas cosas que tienen rango de ataque! ¡Formen pequeños grupos y cuídense entre ustedes sobre los tablones! ¡Tengan cuidado con las trampas!" Ordené y los hombres se dispersaron.

"Hay tres caminos aquí." Dijo Theyon.

"Toma el de la derecha. Yo iré por el de la izquierda y Zarus puede tomar el de enfrente. Si alguno encuentra la salida venga e informe a mi Señor. Cada uno tomaremos un grupo de cinco soldados. Los demás se quedarán aquí, con mi Señor." Ordené.

Reencarné como una Academia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora