Reencarné como una Academia Mágica

CAPÍTULO 37: Rompiendo Los Límites

Aquí les dejo el capítulo completo, perros. Ahora no se los racioné.

Atásquense ahorita que hay lodo.

Enjoy it.

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PARTE 1

[Punto de vista de Nanya]

Cuando Dankyun apareció frente a nosotros en el cuarto de Illsy, supe que me había quedado sin tiempo. Mi sello aún permanecía, manteniendo mi verdadero poder y habilidades bloqueadas detrás de una puerta de acero. No había espacio para la duda, no había necesidad de pensar en las consecuencias, tenía que librarme del sello o todos nosotros terminaríamos siendo asesinados por ese monstruo. Esta era la batalla final, nuestra última oportunidad, así que llevé mi cuerpo, mi mente y mi alma a sus límites tratando de romper ese estúpido sello. Rayos mágicos crujían a mi alrededor, lamiendo el piso y acercándose al cuerpo de Illsy demasiado para mi gusto. Mis músculos, huesos, y órganos internos estaban empezando a doler gracias al torrente de Energía Mágica que fluía a través de ellos. Sin embargo, yo sabía muy bien que no se suponía que sintiera tanto dolor o que me esforzara tanto al deshacer este sello. Este era meramente el resultado de mi propia terquedad. Una vez que qué tuviera la Energía Mágica que necesitaba, todo lo que tenía que hacer era retirar el listón de mi cola y esperar que eso no me matara.

Si no hubiera negado mi verdadera naturaleza por tantos años, quizá el proceso de quitar el sello sólo hubiera tomado a lo mucho algunos minutos, no horas. Todo lo que podía decir es que era una tonta... Una tonta que continuó creyendo que iba a terminar siendo odiada por quien y lo que era. Muchas aventuras ya habían probado que esto era verdad.

Hablando honestamente, estaba temerosa de ello aún ahora. ¿Pero por qué? ¿Por qué tenía que estar temerosa de otros? De cómo me veían.

Soledad era la respuesta...

Estaba temerosa de terminar sola, o peor, siendo cazada.

La gente normal que vivía en esta región nunca tendría este tipo de temores ocultos en sus corazones, pero yo los tenía, y esto me recordaba constantemente que los amigos que yo atesoraba ahora podrían en cualquier momento darme la espalda, justo como lo hizo Dankyun... convirtiéndose de amante a asesino.

¿Illsy sería igual? Es lo que pensaba en esos momentos de intensa batalla.

Lo único que detenía a mis miedos de que tomaran el control sobre mi mente era la creencia de que Illsy no era como los otros Dungeon Lords ni como los otros hombres de afuera. Constantemente me mostró que él pensaba diferente, que era cariñoso, amable y gentil, hasta el punto de ser estúpido.

Illsy no es Dankyun... Él nunca lo fue... Me recordé.

Hm, puede que por eso haya dejado que Rufus se fuera a pesar de su traición... No podía hacer que Paladinus y Angius se pusieran contra él sólo porque no se quiso poner de mi lado. Quizá el miedo fue lo que lo empujó a pretender como que si no supiera cual era la verdadera raza de Illsy. De hecho, Rufus me mostró a través de ese simple y doloroso gesto lo que significaba ser controlada por mis miedos y ver a Illsy como a los demás, cuando todo lo que hizo fue ponerse en peligro por nosotros.

Incluso si hubiera dejado la academia tan pronto como escuché que Dankyun venía hacia acá, ¿Era esa la respuesta correcta? ¿Podría el vivir escondiéndose, atemorizada, ser llamado 'vivir'?

No...

Bueno, si había un momento para pararme sobre todas esas dudas y temores. ¡Este era ese momento! Con Dankyun mostrando sus dientes hacia nosotros, y con su sed de sangre esparciéndose todo a su alrededor como un mar de sangre, tenía que dejar ir todo y quizá, solo quizá, esperar por un cambio, por un milagro.