Capítulo 36: El Dankyuneitor 3000 (Parte 1)

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 Después de regresar al segundo piso, encontré a Danyun aún parado en frente del maze, esperando pacientemente por el regreso de sus camaradas, los cuales ya estaban muertos o fuera de mi calabozo. No se movió ni un centímetro desde el momento en que les ordenó a todos que se esparcieran y buscaran la salida. Lo que quedara de sus fuerzas estaban con él, muertos, o perdidos entre trampas y diablillos.

Si fuera a considerar las palabras de Zarus, entonces ninguno de estos soldados era leal a Ayuseya o ni siquiera consideraban la oportunidad de cambiar su lealtad hacia ella. Mi mente me decía que existía la posibilidad de que ellos estuvieran escondiendo su verdadera lealtad. Era muy pequeña pero ahí estaba, sin embargo, no tenía el tiempo ni los medios para agarrarlos y preguntarles. No había una skill de 'detección de mentiras' en mi lista.

Con eso dicho, mi única pregunta ahora era ¿qué podía usar para forzar a Dankyun a que vaciara sus Cristales de Hechizos? La mejor parte era que tenía la oportunidad de lanzar ataques sorpresa. A menos que hiciera mucho ruido, él no podría detectarme. Volando por los alrededores un poco, intenté pensar algunas estrategias para usar en contra de él, sin embargo, no podía cometer el error de subestimarlo. Los Comandantes de Rango Emperador pueden ser considerados increíblemente débiles al ser comparados con él. Incluso Nanya, quien es una 'Como un Dios' en su forma sellada, no puede hacer nada en su contra.

La idea de crear un poderoso láser AGLCM para apuntarle directamente cruzó por mi mente, pero tenía que ser cuidadoso en cómo lo instalaba, ya que no había garantía de que él no se metiera al maze mientras lo construía. El provocarlo era una posibilidad, pero tenía la ventaja del ataque sorpresa. Gastar esta oportunidad en algo como un comentario troll sería un desperdicio.

Después de un rápido debate, decidí darle un intento y ver si podía golpear a Dankyun en la espalda con un láser AGLCM. Volé hacia el otro lado del corredor y usando [Crear un cuarto] hice un compartimiento secreto de unos 3 metros de largo con 1 metro de alto. Volé adentro y luego invoqué un Cristal de Poder, el cual se requería para poder construirlo. Me tomó cerca de un cuarto de hora el terminarlo, pero ni Dankyun ni sus soldados se percataron de que algo estaba pasando detrás de la pared, me aseguré de ser un muy silencioso pequeño conejito.

Cuando estuvo terminado, lo cargué y apunté al draconiano. Todo lo que tuve que hacer fue esperar hasta que mi Energía Mágica estuviera llena de nuevo para activarlo, pero antes de eso, viendo como esta iba a ser una batalla prolongada debido a sus estúpidos cristales, volé de regreso a mi cuerpo para hacer algunas preparaciones extras.

Primero que nada, me dirigí de regreso a mi cuerpo de cristal. Ahí, miré a Ayuseya haciendo algo de ejercicios de estiramiento básicos. La manera en la que ella sacaba el pecho era algo atractiva, pero no estaba allí para comérmela con los ojos. Con respecto a la linda Nanya, ella estaba sentada en posición de loto no muy lejos de mi cuerpo. Sus ojos estaban cerrados y un tinte purpura la rodeaba como si fuera un aura de algún tipo. La larga, puntiaguda cola con escamas negras estaba descansando en su regazo, mientras que el listón rojo emanaba un aura negra que lucía peligrosa.

Entendí en ese momento que ella estaba trabajando en liberar su verdadero ser. Sin más retraso liberé a Shanteya de mi mente interna."¡Shanteya! ¡Estás de regreso!" Dijo Ayuseya sorprendida tan pronto como miró a la el'doraw aparecer junto a mi cuerpo de cristal.

"Sí. Fue una buena cacería." Ella respondió con una sonrisa y asintió con su cabeza."La mayor parte de las fuerzas de Dankyun han sido eliminadas, ahora la única cosa con la que nos falta lidiar es ese Supremo gruñón." Dije.

"Así que, ¿esta es la batalla final?" Preguntó la princesa draconiana apretando la tela de su vestido alrededor de su pecho.

"Sí. ¿Tienes miedo?" Pregunté.

Reencarné como una Academia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora