Capítulo 28: Las Bromas de Nanya

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Parte 1

Esa noche tuve un sueño realmente extraño.

Estaba de regreso en mi viejo mundo, en el apartamento de mis padres en Rumania. Alina también estaba ahí, pero no lograba ver bien su rostro. No podía ver ni a mamá ni a papá, todos estaban borrosos, pero reconocía el lugar. Las fotos del viejo yo estaban sobre el estante, conmemorando varios momentos de mi vida.

Suzi, su gato, estaba bostezando en el piso, luciendo tan aburrido como siempre. Este tenía un pelaje blanco con una pequeña mancha negra a la espalda. Por alguna extraña razón, se quedaba mirándome con sus rasgados ojos marrones.

Mis padres me hablaban y Alina intentaba decirme algo al mismo tiempo, pero no había palabras saliendo de su boca. Era como si yo estuviera sordo. En mi mano, estaba sosteniendo un teléfono, pero en este estaba una foto de mí junto con Nanya, Ayuseya, y Shanteya en la playa. Estaba justo en medio de ellas, riendo felizmente, y ellas se miraban bastante tentadoras y hermosas en esos trajes de baño.

"Me dejaste sola..." Fue lo que Alina dijo en un punto y me mostró una foto de ella en un vestido de bodas.

Ella estaba parada frente a un típico altar ortodoxo, dejando que el blanco velo cubriera su cara. No podía verlo, pero de alguna manera, sabía que ella derramaba lágrimas de tristeza. Al principio no noté nada malo con la foto, pensé en ella como la foto de un cosplay o algo así, pero no lo era. Ella estaba de pie frente a una verdadera iglesia, y el detalle más inquietante acerca de eso era que la cruz de mármol blanco estaba situada justo al lado de ella. En esta estaba escrito un nombre borroso, mi nombre. Esa era mi cruz.

"Así como me dejaste, también las dejaras a ellas..." Ella dijo y luego apuntó a la foto de mí y las chicas en la playa.

Un escalofrío recorrió mi espina, y fue en ese momento cuando una extraña obscuridad se apoderó de mí y me tragó por completo. Quedé flotando en mi Mente Interna, llorando e intentando librarme de ella. Me atemoricé e intenté alejar la obscuridad, pero no funcionó... Aún no era lo suficientemente fuerte.

"Te mataré y también a ellas..." Escuché la voz de Dankyun.

"¡No te dejaré!" Le grité de regreso, pero no lo pude alcanzar.

Quedé flotando en la obscuridad, escuchando la risa de Dankyun y los gritos de Shanteya, Nanya, y Ayuseya. Todo mi cuerpo tembló y temía a un destino horrendo. Entre ellos, también escuche los gritos de batalla de los profesores en la academia y el llanto de los estudiantes. Hablando de eso, no interactúo mucho con ellos, ¿o sí? No puedo siquiera nombrar a uno o dos...

Cuando me desperté, estaba temblando y respiraba pesadamente. Viéndome rodeado de la obscuridad de mi Mente Interna me confundí, y por un momento, pensé que aún estaba en esa horrible pesadilla.

Al final, fue el cálido abrazo de Shanteya el que me calmó.

Dejando salir un suspiro, miré hacia ella. Ella aún dormía, mostrándome una gentil y pacífica expresión en su cara. Se sentía como si nada pudiera incluso causarle un poco de daño, pero entonces recordé los lamentables gritos de mi sueño, y el miedo de perderla se hizo presente. La apreté fuerte en mis brazos y empujé mi cara dentro de su pecho, tomando de su calor y escuchando los suaves latidos de su corazón.

No quiero perder a ninguna de ustedes... Dije en un susurro.

Aunque sentía la necesidad de cerrar mis ojos e irme a dormir, resistí la tentación porque no quería arriesgarme a volver a ese horrendo sueño.

Reencarné como una Academia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora