Capítulo 18: De monstruos y las bragas de Nanya

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Parte 1

Con la apreciada princesa sanada de sus ridículas maldiciones, la dejé salir de mi Mente Interna. Justo al igual que Shanteya, ella apareció al lado de mi Cuerpo de Cristal. Tengo que decir que ella estaba sorprendida por el cambio repentino de decoración, desde los hermosos jardines de afuera, a la obscuridad en la cual yo vivía y luego al típico cuarto de estudio, donde alguna vez fue la oficina principal.

"¿Estamos dentro de tu calabozo?" Fue lo primero que ella me preguntó.

"No. Aquí es dentro de la academia." Respondí antes de salir de mi cuerpo de cristal.

"¿Así... Así es como tú luces?" Me preguntó cuando posó sus ojos en mi yo real.

"Sí. ¿Haría un fino anillo de bodas, no es cierto? ¡Hahaha!" Reí.

Ayuseya también dejó salir una tierna sonrisa.

"Entonces, tomaré mi camino. Gracias, Dungeon Lord Illsyore. No creo que llegue el día en que sea capaz de pagar tu bondad." Me dijo inclinándose de manera educada.

Su gesto me tomó un poco por sorpresa porque de lo que yo sabía, alguien de sangre real nunca bajaría la cabeza a alguien con un estatus más bajo que ellos. De nuevo entonces, podría ser que esto sólo se aplicara a los humanos del Continente Allasn.

"No, no hay necesidad de agradecerme, princesa, yo sólo hice lo que pensé que era normal. ¿Es... Es así de extraño el ver a un dungeon ayudar a otros?" Pregunté mientras me rascaba mi invisible mejilla derecha.

La dragonesa me miró por un tiempo largo antes de asentir.

"Sí. Nunca había oído o visto a un dungeon como tú. Es como si... como si tú desafiaras la mismísima naturaleza de un dungeon. No, ¡tú la rechazas! Sanando a una completa extraña, curando a una sirvienta, reparando la academia mágica e incluso el dejar vivir a otros dentro de tu territorio sin consumir su energía mágica por la fuerza... Un dungeon como tú es extraño." Ella me dijo con una mirada honesta en sus ojos.

"¿Los otros dungeons son así?" Pregunté un poco curioso.

A lo mucho, ninguno de los profesores, ni siquiera Nanya me habían dicho nada acerca de cómo otros dungeons se comportaban. Yo sabía que eran regularmente explorados por los aventureros, y los que eran verdaderamente fuertes eran conservados como algún tipo de tesoro nacional, pero el cómo se comportaban o si alguno de ellos también era un Dungeon Lord, yo no lo sabía. De lo que había escuchado de Ayuseya, podía presumir que ni Nanya ni Tuberculus deseaban compartirme algo acerca de eso.

¿Por qué no me lo habrán dicho? Me pregunté después de escuchar las palabras de la princesa.

"No." Ella sacudió su cabeza lentamente. "Los dungeon de nivel bajo son extremadamente agresivos y despiadados con cualquier intruso en su territorio. Los de nivel alto son menos agresivos, pero muy peligrosos mientras vas bajado por sus pisos. Incluso el llegar a comunicarse es algo imposible con la mayoría de los dungeons. Los que usualmente acceden a comunicarse con los aventureros lo hacen solamente cuando se dan cuanta que son mucho más débiles que ellos. Ellos intentan hacer un trato con ellos justo como pasó con el calabozo Ancestral en Paramanium y el Demoníaco aquí en Sharoya cuando un grupo de aventureros de rango Supremo se acercaron en ellos. Después de que ellos conquistaran la mayoría de los pisos, el dungeon los contactó y empezaron las negociaciones." Me explicó.

"Así que... en realidad soy extraño, ¿o no?" Pregunté forzando una sonrisa invisible.

"Diferente, pero en el buen sentido. Eres poderoso, aun así, no abusas de tu poder. Eres inteligente, aun así, no tratas de controlar o tomar ventaja sobre nosotros." Ella me explicó.

Reencarné como una Academia MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora