Daddy's kitten' |h.s|

s e i s

Lentamente caminó hacia mí, su mirada reflejaba posesión, deseo y sensualidad.

Me acorraló con sus dos manos alrededor de mi cabeza, haciendo que lo mirara directamente a su cara, corrección, sus labios.
Esos labios finos y tan deseables, eran mi perdición, se que esto nos llevaría al infierno, pero... Juntos. Eso lo tenía muy seguro. Nos dejábamos llevar por la atracción física y sexual que teníamos, era impresionante. Capaz... No estaba tan segura de hacerlo, pero a la vez me llamaba la atención lo que podría experimentar y sentir.

Alejé esos pensamientos de mi cabeza al sentir su respiración cerca de mis oídos.

―¿Pasa algo nena?¿Tienes miedo? ―Preguntó de manera sensual, casi susurrando en ellos.

―No ―susurré.

―¿No qué? ―Preguntó divertido.

―No Papi.

―¡Mierda Emily, no sabes lo que me pones, cuando escucho esas palabras al salir de tu boca! ―me besó.

De repente, comenzó a dar pequeños besos húmedos en mi cuello, haciendo un camino directo a mi hombro derecho.
Con suavidad, comenzó a bajar las tiritas de mi remera, y yo, bueno, sólo le seguía el beso.
Sus manos viajaron a mi parte trasera y con fuerza agarró mi trasero, haciendo que subiera mis piernas a su cadera, logró que saliera un gemido profundo de mí boca, cerré mis ojos, disfrutando.
Coloqué mis manos en su pecho, haciendo que me mirara.

―¿Sucede algo? ―Preguntó con su voz agitada.

Para responderle, besé con ganas sus labios, tiré de uno de ellos, succionando, atrayéndolo a mi boca. Yo había tomado el control. Coloqué mis manos alrededor de su cuello y comencé a repartir besos, como él lo había hecho, eran suaves y humedos a la vez.
Sabía que lo estaba disfrutando, porque su respiración era cada vez más agitada, bajé de sus brazos, tiré de su cabello, haciendo que largara un gemido. ¡Dios! Ese gemido... Había hecho que mojara mis bragas, tomó nuevamente mis brazos.

- Esto me encanta nena, pero ese es mi trabajo.

Colocó una de sus piernas, entre las mías haciéndolas abrir. Su mano, con toda la lentitud, bajó hasta mi pollera, la cual se dirigía a mis bragas, las corrió con un movimiento rápido y ágil.
Ya podía sentir sus dedos rozar mi sexo.

―Mmmm nena ―me miró ―qué mojada estás.

Sonrió satisfecho, al saber que él lo había provocado.

Su dedo índice, comenzó a realizar unos movimientos cirulares en mi clítoris. Mi respiración se agitaba cada vez más; era increíble. Metió rápidamente dos de sus dedos, haciendo que largara gemidos altos y profundos. Los movimientos eran rápidos y fuertes.

Saca sus dedos me mira.

―¿Quieres probar? ―se refería a mis fluidos.

Negué.

―Más para mí.

Metió sus dos dedos a su boca, lamiéndolos, como si se tratara de un helado.

―¿Como te sientes? ―pregunto abrazándome.

―Genial ―sonreí.

―¿Tu miedo sigue? ―preguntó pícaro.

―Quiero ir todos los días a los elevadores ―comente infantil.

Rió por mi tonto comentario y respondió "Yo te acompañaría, por las dudas sabes" reí con él.

Acomodamos nuestras ropas y para disimular lo que acaba de pasar aquí, até mi cabello en una coleta alta.

Paró en el piso 10, una mujer de mayor edad, entró.

De vez en cuando nos regalábamos una que otra mirada juguetona. Donde se encontraba la mujer, nosotros habíamos prácticamente habíamos tenido sexo oral. Reí por mi pensamiento. Harry me miro de forma extraña y disimuladamente le señalé el lugar donde la mujer se apoyaba.

Rió entre dientes.

Colocó una de sus manos en mi cadera, acercándome, y apoyó su cabeza en la mía. Sonreí.

―Hacen una linda pareja jóvenes ―dijo la mujer-.

Rápidamente me separé de Harry.

―No es la única que lo dice, señorita ―comentó Harry, volviendo a acercarme.

Nos quedamos callados hasta que llegamos al piso de Harry.

―Hasta luego ―saludamos.

Al salir de ahí, mire incómoda a Harry.

―Eso si que fue incómodo ―dije. Levantó sus hombros.

Sólo había dos puertas, la de la izquierda era la de Harry.

Buscó sus llaves en su pantalón, sacándolas para poder abrir la puerta.

Me hizo pasar primero a mí y luego él.

―Bienvenida a mi humilde hogar ―canturreo.

Lo menos que tenía era de humilde.

Era grande, espacioso, moderno y hermoso. Por lo que había visto, hasta ahora, tenía una gran sala de estar en blanco y negro. Comencé a caminar por todo el departamento, para verlo. Las manos de Harry se posicionaron en mis hombros.

― Parece que tienes ganas de conocerlo ¿no? ―preguntó detrás mío.

Asentí.

Me llevó por un gran pasillo, había unas tres puertas.

En la primera se encontraba una gran cocina, bastante moderna.

En la segunda se encontraba su dormitorio, grande, como todo su departamento, y dentro de éste había un baño y un vestidor.

Me llevó a la última puerta, mostrándome un despacho.

―Aquí realizó algunos de mis trabajos ―dijo sentándose en su escritorio.

Me acerqué a una gran biblioteca. Había de todo tipo de libros, el que busques, no miraba a Harry como un aficionado lector.

―Se nota que te gusta leer.

―La verdad, que me encanta, porque puedes salir del mundo tan corrupto en el cual vivimos.

―Tienes toda la razón, no sabes cuántas veces me gustaría estar en algún cuento de hadas, donde todo es color de rosa, o cuántas veces me gustaría salir de toda la realidad, sólo por un momento ―confesé.

Se levantó y me abrazó.

―Yo haré que vivas es un cuento.

― ¿En cuál? ―pregunté mirándolo.

―En 50 sombras de Grey ¿qué te parece? ―preguntó divertido.

―Arruinas el momento ―lo empujé sonriendo. ―Además, yo hablaba de cuentos infantiles, no de libros porno.

Chicas, espero que les haya gustado los dos capítulos. Desde ya no crean que siempre subiré dos capítulos, y si quieren pueden recomendarla a la novela.

Les agradezco los 7.8K es la primera vez que llego a ese número, me entere que hasta gente de Europa y esos lugares la lee... ¡Como no se jajaja, por las dudas yo soy de Argentina! ¡Ya saben si quieren que les dedique algún capitulo, me mandan por privado!!!! Las amo