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Amarre mis libros pegándolos a mi cuerpo. Tenía que llegar a la casa de mi padre, conocería a su "hermosa", nueva mujer.

Me daba náuseas cada vez que conocía a las nuevas conquistas de él, pero por el momento, con ella había durado más de lo que hubiese pensado.


Toqué repetida veces el timbre de su casa, para mi sorpresa, nadie contestaba, me resultó muy extraño.


Toqué nuevamente y de forma lenta abrieron la puerta.

Él claramente no era mi padre.

Su mirada me corrió de pies a cabeza.


—Mm...hola —tartamudeo —busco a mi padre, pero creo que me equivoqué de casa —susurré viendo hacia el interior de su hogar.

Pasó su mano por su barbilla. Su mirada ya me estaba incomodando.

—¿Se podría saber que hace una bella chica deambulando por estas horas?

Ya su mirada como su presencia me estaba molestando hasta incomodando.

—Solo quiero saber si ésta es la casa de Robbin Stone —contesté seca.

—¿Ves a algún Robbin Stone? —preguntó mirando a su alrededor.

Miré a mí alrededor y tenía razón, no estaba mi padre.


—Perdone, realmente, pensé que era la casa de mi padre —me disculpé y dispuesta a retirarme, siento nuevamente llamarme.


—¿Cómo te llamas? —preguntó.


—No le doy mi nombre a desconocidos —giré mis ojos. ¿Este quien se pensaba?


Comencé a seguir con mi camino, mi padre no me había dado bien el número. Las casas de aquí son todas con la misma fachada, grandes, blancas y con algún rincón con plantas.


La casa al lado de esta, era la mía.


Me abrió la casa, Ron. El ayudante de mi padre.

—Señorita Emily —saludó, abriendo la puerta.

Me dispuse a asentir con mi cabeza en forma de saludo.

—Su padre la está esperando ya en la sala señorita —informó.

—Deja la formalidad, tutéame Ron, solo Emily —dije con una sonrisa.


—Emily.

Solté una carcajada y él se unió a la mía. Era un hombre mayor, tal vez de unos cincuenta y tanto, alto y presentaba ya algunas canas alrededor de su cabeza.

Me dirigí a la sala para encontrarme con mi padre y mi nueva madrastra Stella.

—Buenas noches —saludé.

—Hija —dijo abrazándome.

Lo correspondí, me presentó a su nueva pareja, era una joven mujer, pero muy linda, se portó muy bien conmigo.

Me dirigí a mi nueva habitación.


Estaba cansada, que más, exhausta. El viaje había sido largo, estar con los abuelos era relajante pero ya estaba aburriéndome con ellos. En el tiempo que me ausenté mi padre decidió comprarse una nueva casa, y mis pertenencias ya se encontraban aquí, por suerte.

Daddy's kitten' |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora