En cuanto desperté las imágenes de la noche anterior llegaron a mi mente, haciendo que no quisiera despertar y seguir durmiendo para siempre.
No lograba comprender cómo había sido posible pedirle a Liam que se quedara conmigo, lo odiaba, pero sabía que él era mi salvaguardia y el único que podía "protegerme" o al menos eso era lo que pensaba mi padre y en lo que para mí no tenía nada de lógica.Comencé a parpadear poco a poco y vi mi pared de la habitación celeste, con lentitud me volteé hacía el otro lado temiendo ver al chico allí y para mi gran sorpresa no se encontraba.
Volví a respirar con normalidad.
Al parecer se había ido en cuanto me quede dormida, tenía un enorme agradecimiento que haya actuado de esa manera. No quería despertar y verlo a mi lado.Mis pies tocaron la alfombra blanca del suelo en cuanto me senté en la cama adormilada.
Las imágenes seguían llegando a mí, recordando el miedo que pasé y que nadie se dignó a decirme la verdad, eso era demasiado molesto ya que estaba involucrada.Caminé hacia la puerta descalza, mucha flojera estaba en mi haciendo que tuviera un pésimo carácter.
En cuanto la abrí me llevé una gran sorpresa al ver a la persona que me cuida casi quedarse dormida, sentí un poco de lastima.—Hunter no te pagan para dormir—dije olvidándome de los sentimientos reales. Abrió los ojos de inmediato y lo primero que pudo ver fue una sonrisa hipócrita de mi parte.
Salí directa al comedor donde estaba segura que se encontraba toda la familia esperándome, aunque me lo negara a mí misma incontables veces era demasiado agradable estar todos reunidos.Al llegar me detuve en seco, mi rostro cambió mostrándose confuso y triste. Solo mi madre se encontraba presente, levantó el rostro de su plato y sonrío del mismo modo que su hija, con preocupación.
Tomé asiento frente suyo esperando a que trajeran mi comida, no tardaron en hacerlo. La incomodidad se apreciaba con mucha claridad.—Mamá—La llamé y se giró a verme—, ¿puedo hacerte una pregunta?
—Claro Megan, dime—respondió aún más preocupada que cuando llegué al comedor. Ella sabía que le quería preguntar y esperaba, deseaba que me dijera la verdad.
—¿Qué fue lo que sucedió ayer en la noche? ¿Por qué casi todos los guardaespaldas me "encerraron"?—dije tratando de no parecer nada interesada cuando era todo lo contrario. Saber que me ocultaban era uno de los más grandes deseos que tenía.
Mi mamá dejo de comer para mirarme sería, después lo hizo con Liam pidiendo ayuda. La tensión se elevó al máximo, el apetito se me quito y a la señora le temblaba el labio del nerviosismo que sentía en ese momento.
El sonido de su pie golpeó al suelo con rapidez, intentando salir de ese apuro aquello indicó que nada andaba bien.Palideció haciendo que me asustara y corriera a ponerme a su lado, Hunter hizo lo mismo, algunas personas trajeron agua para ayudarla pero ella no parecía mejorar haciendo que mis nervios aumentarán.
De un momento a otro se levantó de la mesa para salir de ahí, dejándome sorprendida y con un vaso de agua en las manos.Volví a sentarme en mi lugar aún con el vaso junto a mí. No comprendía que le había sucedido, pareció como si hubiera recordado algo malo en cuanto hice las preguntas.
Miré hacia mi pie descalzo preocupada he hice el mismo acto que ni madre, moverlo de arriba hacia abajo provocando que fuera el único ruido de esa habitación y que la mirada de Liam fuera más penetrante.
No pude seguir comiendo y salí de ese lugar asfixiante, sentía que me quitaba toda la libertad y el oxígeno para respirar. En cuanto abrí la puerta que da directo al jardín una brisa acaricio tomo mi cuerpo haciendo que cerrara los ojos. Caminé hacia la fuente para sentarme bajo de ella, pensar toda mi vida, desde que puse un pie en este mundo hasta ese día.
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Mi Protector ©
Novela Juvenil[BORRADOR] Un grave peligro pone en riesgo la vida de Megan, la hija del presidente. Liam, un amable guardaespaldas llega a su vida para protegerla, pero ella causará más problemas de los que ya tiene y la vida de ambos estará en juego. ¿Deberá Mega...