Capítulo veinticuatro: la normalidad casi regresó.

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Los días habían pasado y gracias al Psicólogo que me estuvo atendiendo cada semana, lo que viví se iba esfumando de mi memoria lentamente o sólo se escondía en un pequeño lugar para no volver a salir jamás.
Mi padre habló conmigo y me contó la razón por la cual mi seguridad se volvió más importante que cualquier otra, ya sabía que había sucedido, sólo actué como si no lo supiera y él respondió la mayoría de mis preguntas.

-¿Qué fue lo que sucedió cuando entraron por primera vez a la casa?- pregunté mirándolo.

-No iban por ti, sino a vengarse de tu madre, sabían todo acerca de nosotros y como estaba construida la mansión, así que no les fue difícil encontrar nuestra habitación... Vi como asesinaron a tu mamá Megan- me miró con los ojos llorosos- Me obligaron a hacerlo y aunque quería ir a rescatarla, detener sus gritos, no podía hacerlo porque me tenían sujetado entre tres hombres. En el momento en que mi esposa dio el último respiro me soltaron y salieron de ahí, no supe que sucedió afuera, sólo me acerqué al cuerpo sin vida que yacía tirado en el suelo y comencé a llorar y gritar su nombre tratando de que despertara, que siguiera viviendo, pero estaba muerta, fue ahí cuando reaccioné y salí corriendo a tu habitación. Ver que estabas a salvo y que Hunter te protegió me hizo sentir bien, sabía que había contratado a alguien bueno que cuidaría adecuadamente a mi hija....

No pudo seguir hablando y lloró, me acerqué a él abrazándolo, llorando ambos por todo lo que sucedió.
Extrañaba a mi madre, aunque nunca hubo demasiada comunicación entre ella y yo, pero la necesitaba de vuelta, sentir sus grandes abrazos reconfortantes, sus besos que curaban cualquier herida sin importar que tan grande fuera, la necesitaba para superar más rápido lo que había pasado y aunque ya no me atormentaba en las noches con pesadillas, seguía llorando en algunas ocasiones, por todo lo que habíamos pasado.

-Papá- lo llamé limpiando mis lágrimas y sentándome bien en la cama de mi padre- podrías decirme ¿qué fue lo que paso cuando me secuestraron?
Afirmó con la cabeza.

-Tu hermano fue el primero en llegar a tu recámara cuando todo se detuvo y los trabajadores de Fuhrman se fueron. Abrió la puerta y vio a Hunter en el suelo desmayado y con sangre en su cuerpo, rápido supo que te habían llevado. Yo no tardé en llegar a la habitación, al igual que las ambulancias y policías a la mansión, se lo llevaron al hospital al igual que a todos los heridos, Christopher estaba desesperado al igual que yo, pero los policías nos dijeron que te encontrarían.

<<No tuvimos noticias acerca de ti durante una semana y eso hacia que pensáramos que habías muerto o que nunca te volveríamos a ver, Hunter ya estaba de regreso con nosotros y ansioso como todos de que te encontráramos.
Un día nos avisaron de que te habían hallado, que estabas por volar a Los Ángeles con Iván Lawrence, todos salimos corriendo en tu búsqueda (hasta Hunter y a él le habían prohibido hacer cualquier esfuerzo grande)>>

-Y me rescataron...

-Liam te rescató Megan- me interrumpió mi papá- Él fue el que subió al avión a escondidas de todos y logró atrapar al señor Lawrence.

Todas las dudas que algún día tuve se fueron y volvió la tranquilidad a mi hogar, había visto a mi mejor amiga y hablado con ella, eso me ayudaba mucho, pero seguía sin tener noticias acerca de Lyndsy y eso provocaba que malos pensamientos llegarán a mi mente.

Los pasos de mis pies se escuchaban en mi habitación, no dejaba de moverme y pensar como podía ayudar a esa niña, no iba a estar en paz hasta saber que ella estaba a salvo.
Una mala costumbre que siempre había tenido era morderme las uñas cuando estaba pensativa o asustada y eso estaba haciendo en esos momentos, no paraba de caminar por toda la habitación, hasta que me cansé y me lancé a la cama boca arriba, para mirar mi techo color blanco y seguir pensando. Nada. Ninguna idea se me ocurría y era que yo no podía hacer mucho estando encerrada en una habitación, pero tampoco me iban a dejar salir a buscarla y si me lo permitieran no iba a tener idea de a donde tendría que ir a buscarla.

Levanté mi brazo para ver en mi muñeca la pulsera que Liam me había regalado y que nunca me quité, sonreí al recordar esa noche.

La puerta se abrió rápidamente sacándome de mis pensamientos y sentándome en la cama. Era Ashley acompañada de Caleb, sonreí al ver de nuevo a mi amiga, pero hice una mueca al ver a su primo, no quería que hubiera una pelea entre él y Liam.

-Parece que no te alegras de ver a Caleb- caminó hacia mi para darme un gran abrazo- Lo lamento pero él insistió en venir.

-Por que Megan me dijo que viniera cuando quisiera- se defendió como un niño de ocho años a lo que reí un poco.

-No hay problema, sólo no quiero que haya problemas contigo y Liam- advertí y me miró sorprendido por lo que acababa de decir.
Tomó la única silla que había en la habitación y la puso frente a nosotras.

-Liam no te ha dicho nada ¿cierto?- Me sorprendió esa pregunta y negué con la cabeza confundida- Cuando te llevaron, hicimos las pases y los problemas con la familia se arreglaron, ya todo esta normal, como antes. No entiendo por que no te dijo nada si a él...

La puerta volvió a abrirse mostrando a Liam, todos volteamos a verlo.

-Caleb ¿puedo hablar contigo un momento?- pidió tratando de hacer una sonrisa, pero no lo logró. El chico confundido sin decir nada salió de la recámara con su hermano.

Unos pequeños minutos volvió a entrar y cambió el tema sin dar explicaciones de nada.

Hablamos de diversas cosas, hasta de que el profesor Breslin preguntó por mi en las clases y se asustó mucho cuando le dijeron lo que estaba sucediendo.
Cuando la noche llegó los acompañé hasta la salida y me despedí de ellos.

-Cuídate mucho Megan- dijo mi amiga cuando la abracé.
Sonreí y Caleb me abrazó.

-Gracias por lo que hiciste con Liam- susurró en mi oído para que nadie más lo oyera.
Me separé de él y lo miré confundida, pero sólo me sonrió y comenzaron a caminar hacia el auto que los esperaba afuera.

Volví a mi recámara sin decir nada a Hunter que seguía siguiéndome. Al llegar frente a mi cuarto pegué mi frente con la puerta.

-¿Por qué no me lo dijiste?- susurré lo suficientemente alto para que Liam escuchara- Se que no me importa, que es acerca de ti y de tu familia, pero pensé...
Olvídalo Liam.

Abrí la puerta y entré a mi recámara, fui en busca de mi pijama y entré al baño a cambiarme. Al salir vi que Liam ya estaba dentro de la habitación, sin decir nada fui a acostarme a mi cama para dormir.

-Lamento no verte contado nada- dijo sentado a un lado mío. No dije nada e hice como si estuviera dormida- Pensé que no te iba a importar...

-Como no me iba a importar si te considero más que un simple guardaespaldas- dije sin voltear a verlo.

-Perdón si te enteraste por Caleb...- no terminó de hablar y guardó silencio.

-¿Qué más quieres decirme Liam?- hablé sentándome y viéndolo a los ojos- Vamos dimelo.

Se lo pensó unos momentos evitando mi mirada penetrante.

-Ya no seré más tu guardaespaldas- susurró agachando mi mirada- Ya no te encuentras en peligro, estas a salvo.

-¿Qué?- pregunté intentado ahogar el llanto.

-No trabajaré más para el señor Stone, no cuidaré más de ti Megan...

-Sal de aquí Hunter- ordené del mismo modo que cuando lo odiaba.

-Meg, perdón, pero...

-No me llames así y te eh dado una orden- lo miré con odio, escondiendo lo que sentía en ese momento- Sal de aquí.

Sin decir nada se fue y comencé a llorar tratando de que él no escuchara nada.

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¡Un capítulo más y termina! :(

-Sujey-

Mi Protector ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora