Capítulo 3

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Narra Cassie
-Hey.- Oí una voz a mi lado. -¿Evans?- Se acercó a mi.
-Si, Grant, soy yo.- Sonreí.
-¿A donde vas? ¿No es muy tarde para las niñas buenas?- Rió mirándome.
-Aún no, todavía no han salido los lunnies.- Me dispuse a seguir mi camino.
Mi teléfono vibró, mostrando una llamada de un número desconocido.
-¿Si?- Respondí al instante.
-¿Sabes que tengo un coche muy bonito y que no quiero que vuelvas a perderte?- Me volteé para quedar en frente suyo.
Colgué la llamada y me acerqué hasta quedar a su lado.
-¿Cómo tienes mi número?- Caminamos hasta su coche.
-Tienes una amiga muy maja.- Su sonrisa se ensanchó.
Maldita osa perezosa.
De camino hacia donde fuera que estuviéramos yendo, me dediqué a observarle mientras conducía distraído.
Observé su sonrisa imborrable con sus labios rosados y finos.
Sus ojos tan completamente verdes y llenos de vida. Cada facción de su rostro era más perfecta que la anterior complementándose con su pelo castaño alborotado. Me obligué a mi misma a apartar la mirada de él. Probablemente Cece se reiría de mi si me viera tan atontada por su culpa.
-Hey, ya hemos llegado.- Habló mirando directo a mi. No terminé de reaccionar.
-Sé qué soy alucinante pero me he asustado seriamente cuando no parabas de mirarme.- Hizo una mueca de miedo, haciéndome reír. Se había dado cuenta de qué le había estado mirando y todo mi rostro se calentó en menos de un segundo.
Al bajar del coche observé una bonita pradera, había mucha gente sentada en la verde hierba,
Grant tomó mi mano por sorpresa y yo aunque asustada, la acepté. Me dirigió hasta una zona libre, extendió una manta en ella y sacó varias cosas de una mochila azul.
-¿Vas a explicarme algo o esto es un secuestro?- Me senté cerca suyo.
-Mm...-Pensó. -En este día suele haber un espectáculo de fuegos artificiales cada año, mucha gente viene aquí por las vistas y el terreno, hacen un improvisado picnic y observan los colores del cielo mientras anochece. Solia venir con Becca cada año aquí pero terminé con ella hace dos meses y bueno... Hoy pensaba llamarla para que viniéramos juntos, odio venir solo, tenia todo listo pero cuando te ví pensé que serías mejor compañía que alguien que sólo habla de zapatos.- Solté una carcajada a la que se unió por momentos.
-¿Y que pasa si yo no quiero estar aquí?- Pregunté seria.
-¿Qué plan puede ser mejor que un picnic bajo las estrellas con un actor?- Levantó ambas cejas.
-Para un poco tu ego ¿Quieres? ¡Eres muy creído!- Le oí quejarse débilmente. -Además... Para mi no eres un actor, no eres una estrella ni nada por el estilo.- Confesé.
-¿Entonces que soy?- Dejó caer su cuerpo hacia atrás pero sus pies salían a la hierba debido a su altura. Copié su acción.
-Grant.- Respondí sin darle mucha importancia.
-Nadie me llama así... ¿Sabes? Es mi segundo nombre, nadie me llama por el.- Comentó.
-Bueno... Yo si. Además como yo no tengo segundo nombre pues no tiene sentido para mi.- Dirigí mi mirada hacia la suya, puesto que me estaba mirando.
-Wow. ¿En que horrible país ponen solo un nombre a sus hijos?- Se levantó rápidamente y puso una mano en su pecho, haciéndose el ofendido. Me reí.
-España.- Señalé la pulsera de mi mano que se escondía bajo mi suéter.
-Amo ese país, pero no pareces española.- Miró mi cara como si buscara algún "rasgo español" en mi.
-Los españoles no tenemos porque tener la piel tostada ni un acento raro.- Bufé.
-No te preocupes amor o sea yo te súper entiendo, España es cool.- Imitó la voz de una chica aunque pareció una rata afónica mas bien.
-¿Sabes? Serías genial para una telenovela.- Me miró confundido.
-Doy más el papel para un súper héroe ¿No crees?- Golpeó su pecho, a lo Tarzan. -Nunca he hecho de uno...- Hizo un puchero. Dios, que adorable.
-Algún día.- Susurré despacio. -Eres joven, tienes tiempo.- Me levanté y le sonreí, tratando de consolarle.
-No tanto. Tengo 21 años.- Hizo los números con sus manos.
-Y yo casi 18. Eres un viejecito.- Apreté sus mejillas y me fijé en sus ojos, tan preciosos que me quedaba perdida en ellos. Los fuegos comenzaron y la gente gritaba y reía, seguidos por la música. Fue una noche alucinante.

Don't Let Me Go.- Grant Gustin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora