Capítulo 22

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Narra Grant
Abrí la puerta tan rápido como pude, no quería llegar tarde al rodaje. Miré hacia la casa de al lado, encontrando una mirada confusa, la echaba de menos y sabía que ella, que todos, necesitaban respuestas pero no era momento para dárselas, nunca lo sería a decir verdad.
El estudio de grabación estaba cerca de mi casa y decidí ir caminando. Dicen que las estrellas deben llegar tarde siempre porque eso da "glamour" ¿No? Pues eso.
Sentía algo extraño, como si alguien estuviera siguiendo mis pasos pero probablemente no era más que mi imaginación.
-Buenos días Thomas.- Saludó Katy, la productora de la película.
-Buenos días Katy.- Le respondí encantado.
Jessica, mi compañera de rodaje y yo estuvimos pasando texto durante un rato, nos llevábamos bien, era una chica bastante amable y era divertido que alguien así tuviera que hacer el papel de antagonista. Probablemente esa sea una de las razones por las que más amo ser actor.
-¿Qué tal con tu novia?- Comentó de repente. La miré directo a los ojos, sin tomarle mucha importancia.
-Bien, normal.- Respondí con algo de desinterés.
-Pues no luces muy enamorado.- Torció su sonrisa en un gesto burlón para luego darme una palmadita en el hombro y salir de allí.
Oí algunos ruidos provenientes de no se donde, al girarme hacia donde escuchaba las voces, pude ver a un guardia de seguridad acercarse hacia mi con una chica en brazos que pataleaba con los ojos cerrados. Al quedar frente a mi me percaté de su presencia allí.
-Thomas tío, esta chica se ha colado en el estudio y ha golpeado a mi compañero.- Me explicó detenidamente, aún con la rubia en brazos.
-¡Ha sido sin querer!- Se defendió ella. -¡Sueltame mastodonte furioso!- Le hice señales para que la dejara en el suelo.
-¿Que narices haces aquí?- Abrió los ojos despacio, llenándose estos de lágrimas. -¿No puedes ser madura por una vez y dejarme en paz?- Coloqué mis brazos sobre mi pecho, mientras ella mordía ferozmente su labio inferior.
-Lo siento Grant. Siento intentar saber porque te has alejado de mi. Porque ya no hablas con mis amigos y nos ignoras. Siento querer saber que he hecho mal pero sobre todo siento echarte tanto de menos aún sabiendo que sólo soy un estorbo en tu vida.- Mi cabeza comenzó a dar vueltas y a doler, mis palabras se atragantaban en mi boca mientras la observaba correr lejos de allí. Y me quedé ahí, esperando que ella regresara. Pero no lo hizo y yo no la seguí.
Narra Cassie
-Colarse en un rodaje y golpear en la entrepierna a un guardia de seguridad solo por un amigo... Interesante.- Me giré para observar a la persona que había hablado y me encontré con la protagonista de la película. Limpié con torpeza mis lágrimas para sonreír débilmente.
-Las cosas de la vida, supongo.- Reí con sarcasmo. Ella me observó durante unos segundos para luego darme un corto abrazo y susurrarme un "buena suerte"
Supongo que la vida era así, veías de lejos a la persona que te gustaba sufriendo por alguien que no le merecía y te quedabas justo ahí, parada, sabiendo que no tenía mucho sentido intentarlo, solo podías quedarte a su lado para abrazarle cuando ella le hiciera daño y sentir como tu corazón se rompía mientras en tu interior solo podías pensar "Yo nunca te haría daño." De pequeñas nos enseñan que las princesas al final siempre son felices, que los príncipes son valientes e inteligentes y que las brujas acaban mal pero luego creces y ves a la bruja de la historia quedándose con el príncipe mientras la princesa llora en brazos de alguien más.

Don't Let Me Go.- Grant Gustin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora