Narra Cassie
Me desperté cuando el sol comenzó a colarse entre mis blancas cortinas. Ver los primeros rayos del día era como la misma gloria para mi. Me dirigí a paso cansado hacia el baño. Mis ojos estaban completamente rojos y mis labios muy rosados.
Había dormido mal. No. Si. No, solo te quedaste dormida llorando y lo sabes. Le sonreí a mi reflejo y salí del baño con esa sonrisa intacta, la de siempre, igual de irreal.
Cogí lo primero que encontré en el armario y me dirigí a gritarle un rato a Kyle.
-KyKy...- Susurré moviendole suavemente.
-Rose no tengo ganas de despertar ahora...- Dijo inconsciente.
Me paré en la cama, procesando sus palabras, estaba medio dormido y por lo tanto estas provenían de su subconsciente pero dolían aún así.
Se levantó de golpe, mirando desesperado a cada lado.
Me miró y yo le sonreí con lágrimas en los ojos.
-Cass...- Susurró.
-No importa Kyle.- Sentencié.
Me tomó entre sus brazos y me acunó con dulzura.
-Lo siento enana, lo siento.- Repetía una y otra vez.
-¿Kyle?- Susurré insegura
-¿Si, pequeña?- Agachó la cabeza para mirarme y apartó un mechón de pelo que estaba esparcido por mi rostro.
-¿Podemos tener un día... nuestro? Quiero decir... Sólo nosotros.- Hice un puchero con mi boca. Realmente no quería ver a nadie, sólo a mi hermano. Solo él podía entenderme. El castaño rió suavemente.
-Claro.- Besó mi frente y me dió una sonrisa tranquilizante.
Nuestra mañana pasó entre risas, llamadas perdidas y películas graciosas.
-Hey hermano... ¿Todo está bien con Cece, no?- Me giré hacia él mientras sostenía dos vasos llenos de coca cola. Las cosas parecían estar frías entre la parejita.
-Peleamos un poco... Cosas de enamorados.- Movió las manos, restándole importancia. -¿Que hay de Josh y tú?- Preguntó esta vez él.
-No hay nada, a secas.- Caminamos hasta el salón.
-Me lo imaginaba. Él no te gusta, lo sé.- Sentenció. Le miré con una sonrisa cómplice. Sabía que él entendería que Josh nunca iba a llegar a gustarme de ninguna forma.
-Pero con Thomas... Tengo mis dudas.- Comentó
Hasta nosotras las tenemos
Callate conciencia, no es el momento.
Nunca lo es.
-No me gusta Grant.- Le repliqué pero él solo me miró con picardía.
Claro claro
-Su novia.- habló de repente. -Es simpática... Demasiado a veces.- Le miré sin entender demasiado su punto.
-Supongo.- Dimos por finalizada la conversación ahí.
Un par de horas después mi móvil no paraba de sonar, la foto de la pelirroja ocupaba la pantalla, casi podía oírla gritarme.
-Cece, estaba ocupada así que no me grites demasiado ¿Quieres?- Casi rogué a mi amiga.
-Cassie... Por favor ven a casa y no... Mm tu no le digas a tu hermano.- Su voz sonaba rota, triste, perdida.
Corté el teléfono y me despedí rápidamente de Kyle.
Giré el pomo de la puerta para encontrarme con una dolorosa imagen, Cece estaba apoyada en el hombro de Josh, el cual me dió una sonrisa torpe. Los ojos de mi mejor amiga estaban completamente rojos y su maquillaje estaba corrido.
Su mirada se encontró con la mía, soltó el pañuelo que estaba en sus manos y corrió hacia mi, abrazandome con fuerza.
Su primo se marchó, escudándose de que aquello eran "cosas de chicas".
-Dime Cece, que ha pasado.- Limpié sus lágrimas con el pulgar y esperé pacientemente.
-Hermano... Novio... Beso... Chica... Engaño.- Sus frases eran inconcluentes cuando lloraba.
Me tomó unos segundos entender la historia o al menos una parte.
Mi hermano había engañado a Cece.
-Le mato, le voy a matar.- Mi vista se tornó borrosa. Me levanté tan rápido como pude y llegué con la pelirroja agarrada a mi cintura hasta la puerta.
-¡Thomas! ¡Thomas!- Su voz sonaba desesperada. Su agarré se aflojo cuando el moreno abrió con una expresión de confusión
-¡Te voy a matar Kyle!- Grité pero antes de poder lanzarme hacia él, unos brazos me arrastraron con fuerza hacia atrás. Alguien me cogió entre sus brazos, haciendo que solo pudiera ver su trasero.
Espera, espera. Nosotras conocemos este trasero.
Maldito sea este gigante hermoso.
Yo no dije eso
Claro que si
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Don't Let Me Go.- Grant Gustin
Fanfiction"A veces tomas un camino opuesto. A veces tratas de alejarte de lugares, personas o recuerdos que aún duelen. Pero nunca imaginas encontrar algo más, algo que vuelva a alterar tu vida, que la cambie de nuevo. Nunca sabes lo que el destino tiene pr...