Capítulo 6

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Las chicas se despertaron ese día más temprano de lo normal, sobretodo Cece, la cuál no podía parar de saltar de un lugar al otro. Kyle vendría hoy.
Cassie estuvo preparando la habitación de invitados pues su hermano se quedaría allí con ella. Entró en su habitación para abrir las ventanas y al hacerlo echó un vistazo hacia la habitación de Grant, el cuál seguía plácidamente dormido. El chico se despertó de un salto lo que obligó a la rubia a cerrar la cortina.
El timbre comenzó a sonar una y otra vez, Cassie corrió hacia la puerta y allí estaba Cece, con vestidos en la mano y una caja enorme de maquillaje.
-¡Necesito ayuda!- Gritó la pelirroja para despues empujar a su mejor amiga hacia dentro, la cual se tropezó haciendo que ambas cayeran al suelo y estallaran en risas.
Cece se probaba vestidos, uno por minuto, hasta llegar al primero y repetir de nuevo. También cambiaba su maquillaje una y otra vez, desesperada.
-Cece te ves hermosa de todas formas, para ya por dios.- Suplicó su amiga.
-¡Oh dios Cece ahí está!- Gritó Cassie viendo a su hermano llegar por la ventana.
La pelirroja corrió escaleras abajo, ni sus enormes tacones la detuvieron. Un grito habló por ella cuando el chico entró en la casa.
-Tengo tanto que contarte...- Susurró ella, agarrando su mano.
-Pero primero abrazame.- Respondió el castaño.
-¿Y que hay de mi?- Ambos se giraron para observar a su hermana/mejor amiga bajando los últimos peldaños. Kyle corrió hacia ella y la tomó en sus brazos, dándole vueltas en el aire.
Los tres chicos estuvieron hablando durante horas.
-¿Ya le diste una cita a Josh?- Preguntó a su hermana.
-No.- Respondió esta, firme.
-Mejor, no me gusta para ti.- Cece tosió adrede, llamando su atención.
-Es mi primo, solo por si lo habíais olvidado y te perdonaré eso, rubia, porque ya tengo a alguien para ti.- Guiñó un ojo y su novio saltó en su asiento. Completamente ofendido miró hacia ambas chicas en busca de una explicación.
-¿De qué habla, enana?- Preguntó.
-De nada, ella sol...-Fue interrumpida.
-De Grant, nuestro vecino.- Respondió sonriente la ojiverde.
-¿Grant? ¿No se llama así el chico ese que te gusta?- La pareja se miró.
-Es mi ídolo y... ¡Es él! ¡El mismo!- Comenzó a dar saltitos y palmaditas.

-Cece...amor mio...deja ya de ver telenovelas.- La muchacha levantó una ceja, enfadada.
-Bien, yo me voy de aquí.- Dijo la rubia. -Os amo, buenas tardes.- Besó a ambos y se marchó de allí La chica dió una vuelta por la ciudad, observando cada lugar de ella, miró hacia una academia de fotografía y se quedó observando en su interior, siempre había amado las fotos, eran su pasión, pero nunca tuvo la oportunidad. Siguió dando vueltas de un lugar a otro, paseando por los parques, enamorándose de cada rincón de Vancouver. Un par de horas después, tras caminar durante kilómetros, la chica por fin entendió que se había vuelto a perder. Tomó su teléfono para pedir ayuda.
Cece. Ocupada. Kyle. Ocupado. Josh. No conocía la ciudad. Grant. Era el único que le quedaba y además era la excusa perfecta para verle.
Tres tonos y respondió
-¿Evans?- Habló el ojiverde por la otra línea.
-Gigantito...si te cuento algo ¿Te reirás?- Preguntó tímidamente.
-¿No? No. Supongo que no...- Pero unas pequeñas risas se oyeron.
-¡Grant!- Le regañó ella
-Perdón, perdón.- Se disculpó él.
-Me he perdido.- La chica esperó las risas por su parte pero no las oyó.
-Dame la dirección y voy a por ti.- Su tono serio la asustó.
-Claro... C/ Milhouse N-29- Y colgó el teléfono.
El coche del chico apareció pocos minutos después, cuando la noche ya estaba por completo en el cielo.
-¿Cassie?- Gritó el moreno
-Estoy aquí.- Se acercó hacia él y le sonrió dulcemente. El chico la estrechó entre sus brazos, su mirada preocupada le delataba.
-Es muy peligroso andar por estas calles a estas horas.- Dijo apartando el pelo de la chica de su rostro.
-Lo sé. Lo siento. ¿Me perdonas?- Hizo un puchero
-Sube al coche.- Rió él.
Durante el camino los dos estuvieron hablando de tonterías, riendo juntos y su conversación continuó al llegar a la casa del chico. Un rato después, mientras hablaban en el sofá, los dos se quedaron profundamente dormidos.

Don't Let Me Go.- Grant Gustin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora