Capítulo10

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El sol apenas comenzaba asomar por el horizonte, cuando aparcaba el coche en la parte trasera de la iglesia. Era el mejor momento para hablar con el padre Thomas. Nadie los molestaría. Abrió la puerta a la fresca mañana, para dar aquellos pasos que lo conducirían si todo iba bien, a un punto favorable de su plan. El olor a incienso y flores, inundó sus fosas nasales en cuanto entró en el interior del edificio. Junto al altar, halló al padre liado con los arreglos para la primera misa del día.

-Buenos días padre –Saludó con un pequeño carraspeo, sorprendiendo al hombre mayor que se dio la vuelta exaltado.

-¡Paul! –Exclamó soltando el aire contenido-. Me asustaste hijo –Por unos momentos el hombre mayor mostró una cálida sonrisa, que eliminó por terror en la mirada-. ¿Qué haces aquí? ¿Janna está bien?

-Sí, padre... -Se acercó a él con tono calmado-. Pido disculpas por asustarlo, pero vine a ésta hora sabiendo que se hallaría solo.

-Comprendo... -Sonrió-. Hoy iba a acercarme al hospital, para saber de nuestra pequeña. ¿Quieres ir al despacho, o no te importa que charlemos aquí fuera?

-Solo es una petición –Declaró tragando saliva de forma un tanto costosa.

-Bien –alzó las manos el hombre-, soy todo oídos.

-Me... Me gustaría que nos casara usted –Logró decir con un pequeño tartamudeo.

-¡OH, es cierto! –Abrió los ojos-. Recuerdo que ese fatídico día, me encontré con Louise y me indicó que te casabas en el registro civil con Francesca... Supongo que con todo lo ocurrido, queréis hacerlo bajo los ojos de dios –Sonrió con amabilidad-. No hay ningún problema -le dio una palmada en la pierna con suavidad-. Venid tú y Francesca cuando os vaya bien...

-No padre –Lo interrumpió Paul incómodo-. La novia no es Francesca.

-¿No es Francesca? –Frunció el ceño-. Debí entender mal a Louise. ¿Entonces a quien debo hacer tu esposa? –Preguntó sonriente.

-A Janna, padre Thomas... -Confesó en un suspiro sin desviar la vista del rostro del hombre mayor.

-¡A Janna! –Repitió sorprendido-. ¿Nuestra Janna?

-Así es padre –confirmó serio.

-¿Pero cómo?... ¿Cuándo? –Preguntó sorprendido el hombre, al hacer pocos días que la joven había vuelto de estudiar en el extranjero-. Discúlpame hijo, no quería resultar...

-No se preocupe, entiendo que lo vea extraño por la gran diferencia de edad y...

-La diferencia de edad no es lo que me ha extrañado en éste caso Paul –Lo interrumpió-. Se que eres un hombre serio y luchador, que no estas moviéndote solo por la lujuria... -Con aquello, provocó que el chico carraspeara un poco incómodo por la charla-. Nuestra pequeña se ha convertido en una mujer muy bella y responsable –Aspiró con fuerza-. Pobre Adam, que desgracia el no poder verla casarse. Se que le habría gustado mucho. Solo me ha sorprendido la rapidez del acontecimiento. Ella hace poco que ha vuelto del extranjero, y con lo sucedido... Pero me alegra el saber que no va ha estar sola.

Aquello no iba bien, pensó en silencio mientras escuchaba como el padre le hablaba. En cuanto le terminara de contar todo, estaba seguro que se iba ha encontrar con una negativa rotunda.

-Padre Thomas, quiero que comprenda que quiero mucho a la chica y no quiero que sufra más –Bajó la mirada al suelo-. Vengo en busca de su ayuda, porque creo que es la única solución a todos los acontecimientos vividos... -Tensó la espalda y con algo de seguridad afrontó la mirada del confuso hombre-. No se trata de un casamiento por amor, en realidad ella no sabe nada. Como tampoco quiero que sea consciente en el momento que se lleve a cabo.

Inocencia Robada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora