Capitulo 22: Reflejos de un pasado.

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De nuevo, me desperté aturdida y sin casi poder moverme. Estaba sentada en el pasillo apoyada en la pared como al principio. Parecía que todo seguía como siempre.
Me levante con cuidado y mire a mi alrededor. Después de soltar un suspiro, aliviada creyendo que todo habría sido un sueño, comencé a caminar hacia cualquier dirección con intención de poder encontrar a alguien.

-Miyuki? - me dijo alguien pidiendo su mano en mi hombro.
-Que? - dije extrañada.

Al darme la vuelta, ahí estaba el, Yukiko, de pie mirándome algo sorprendido y anonadado, pero a la vez con un aire a su típica sonrisa picara.

-Yukiko. - baje la mirada con algo de vergüenza.

- Estas... Mejor? - dijo agachándose un poco para verme la cara.

-Si, supongo. - volví a suspirar y levante la cabeza.

-Necesito que vengas con migo. - me dijo sin darme opción a negarme.

Me cogió de la mano y andamos juntos hasta lo que parecía ser la salida de aquella majestuosa casa.
No dejaba de pensar en aquel beso que me dio cuando paso todo aquello. Debido a eso, mi corazón no dejaba de acelerarse.
Al salir, me llevó a lo que parecía ser un extenso bosque. Cogidos de la mano, caminábamos por el sendero. Se escuchaban las hojas de los arboles como se movía con el aire a la vez que se escuchaban algunos pájaros ambientar el ambiente de bosque.

-Cierra los ojos. - me dijo directamente parándose y girándose hacia mi.

-Pero... - dije sonrojando me de nuevo.

Cerré estos para no tener que discutir y note como Yukiko me cogía de las dos manos. Cuidadosamente note como me guiaba entre unos cuantos arbustos. Pensaba que seguíamos atravesando el bosque hasta que escuche un sonido parecido al del agua al chocar con unas rocas. Las manos de Yukiko se deslizaron dulcemente sobre mis párpados. Abrí los ojos de golpe y retrocedí unos pasos algo sorprendida.

-Mira... - dijo apartándose de enfrente mía.

Un gran lago era lo que el tapaba, la cascada era las responsable de aquel sonido y todo eso parecía un paraíso.
Todo aquello era hermoso lo que me hizo sacar una gran sonrisa. Yukiko me seguía agarrando la mano con delicadeza y se acerco mas a mi, lo que me volvió a incomodar bastante.

-Es precioso. - dije finalmente para romper el silencio.

-Si... - me susurro Yukiko.

Andamos hasta la orilla de ese lago, en el cual se reflejaban las hojas de los arboles que lo rodeaban.
De pronto Yukiko me soltó la mano y comenzó a quitarse la camiseta.

-Que... Que haces?! - con vergüenza mire a otro lado.

-Bañarme, no es obio? - me dijo vaciladamente.

-Pero... - notaba como mis mejillas se calentaban aun mas haciendo que no parase de ponerme nerviosa.

Yukiko se quedo en ropa interior y se lanzo como si nada al lago. Este comenzó a nadar tranquilamente. Mire al cielo por un momento y a los pocos segundos de volver la vista al lago, ya no pude localizar a Yukiko.
Preocupada busque con la mirada y al no tener éxito grite su nombre unas cuantas veces. Al no obtener respuesta, en quite las zapatillas y los pantalones rápidamente y me lance al agua con la intención de encontrarlo ya que me empezaba a preocupar que le hubiera ocurrido algo.
Gritando su nombre y nadando con un poco de desesperación, alguien me cogió por debajo levantándome en brazos.
Al ver que era Yukiko, me puse aun mas nervioso he intente alejarme de el. Caí de nuevo al agua desde sus brazos. Molesta y sin decir palabra, comencé a nadar hacia la orilla escuchando su risa de burla.
Recogí mi cabello rubio y le quite el exceso de agua con furia. También hice lo mismo con la camisa y rápidamente me senté bajo la copa de un árbol cercano y apoyada en su robusto tronco.
Yukiko parecía estar como siempre y el continuaba nadando tranquilamente. Podía parecer una persona engreída y de apariencia agresiva, pero aunque eso mismo pensaba, notaba como si algo hubiera cambiado en el, algo notaba en sus ojos, no seguía siendo el mismo.
Bajo esa sombra, seguía recordando aquella voz femenina diciéndome que tendría que ver a alguien. Supuse que se presentaría directamente enfrente mía como hasta ahora todas estas cosas, pero aun seguía pensando que seria imposible que mi madre viviera, aunque aquí todo parece ser lo contrario, dudaba que pudiese ser real.
Minutos después, vi como Yukiko salia del agua y se echaba su cabello marrón y mojado para atrás. Se puso la camiseta y los pantalones rápidamente y posteriormente, se acerco a mi con una sonrisa picara y de nuevo burlona.

CONTINUARA EN EL CAPÍTULO 23.

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