Capitulo 26: Con tigo de la mano a cualquier sitio.

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Seguíamos corriendo de la mano tanto como podíamos, sin ni siquiera mirar hacia atrás para comprobar si alguien nos seguía.
Preocupada por Haru, me paré en seco, haciendo que Yukiko se girará hacia mi y me mirara preocupado.

-No quiero irme sin el. - me di ma vuelta y luego mire de nuevo a Yukiko.

-Seguramente este ya atrapado en las garras de esa Shiku, si no avisamos rápidos a la organización, nos atrapara de nuevo. - me respondió el seriamente y acercándose de nuevo a mi.

Suspire y cogí de la mano a Yukiko con la intención de seguir a adelante.
Caminamos durante no mucho tiempo, ya que a los pocos segundos, llegamos al final de aquel bosque que acababa en un alto acantilado. Se escuchaban las olas chocar violentamente contra las rocas y al mirar al rededor no se veía nada mas que el horizonte que hacia juntarse el mar con el cielo, que estaba amenazando de lluvia, ya que estaba un tanto nublado.
Yukiko y yo nos miramos desconcertados al no saber donde estábamos.
Él se asomó un poco para ver el final del acantilado y después, me volvió a mirar con unos ojos serios y como si se sintiera aun algo responsable de todo esto.

-Saltaremos... - dijo Yukiko suspirando.

-Moriremos si lo hacemos. - le respondí muy preocupado imaginando me sus intenciones.

-No... Si vamos poco a poco agarrándonos a la tierra como si estuviéramos escalando, podremos bajar. - me miro de nuevo y me agarro de la mano.

No respondí a su idea ya que antes de que pudiera ya había comenzado a iniciarla. El se volteo y comenzó a buscar un sitio estable para poder agarrarse. Su mano, se volvió de un color blanquecino y note como se enfriaban poco a poco. De la húmeda tierra, salio un hielo blanquecino que ayudó a Yukiko a ir ajustando sus manos y sus pies para bajar. En ese instante, me soltó la mano y al seguir bajando, me hizo un gesto para que fuera apoyando me y descendiendo tal y como había echo el. Con algo de temor, obedecí y fui bajando con cuidado. Sobresalía un pequeño llano de tierra que nos permitió descansar un poco.
Trague saliva y me puse al lado de Yukiko. De pronto, nada mas posar me yo sobre esta, algunas rocas comenzaron a desprenderse lo que me hizo alertar me bastante. Notaba como Yukiko me apretaba la mano, como si me estuviera diciendo que aguantara. Yukiko parecía estar mas nervioso y a los pocos segundos, esta se desprendió en mil pedazos, haciendo que el y yo cayéramos al vacío. Agarrados aun de la mano, gritaba su nombre desesperada a unos pocos segundos de chocar contra las elevaciones de terreno, las rocas. Me di un fuerte golpe en la cabeza con una de ellas y vi como Yukiko caía al agua, por suerte sin darse ningún golpe. Al caer finalmente al agua, me lleve la mano a la cabeza, aguantando me en una de las rocas mientras Yukiko se acercaba, y vi que bastante sangre, comenzaba a surgir de esta. Mareada intente mantenerme y segundos después, me desmaye de nuevo cayendo al agua.

Notaba mis pies húmedos y mojados. Al abrir los ojos poco a poco, me di cuenta de que estábamos en la orilla de una playa. La arena que se me había pegado a la cara, debido a que estaba mojada, me la quite con cuidado y me frote los ojos. Notaba mis labios secos y la boca salada. Mi pelo mojado hacia que tuviera mas frío del que ya tenia. Divise a Yukiko a unos pocos metros de allí, tumbado sobre la arena. Antes de ir hacia el, recordé lo del golpe y rápidamente corte con fuerza un trozo de mi camisa envolviendo me la herida como si fuera una venda. Segundos después, sin darle mas importancia al golpe, me incorpore y corrí hacia el, aunque mis piernas aun flojeaban bastante. Caí delante de el y preocupada lo intente despertar.

-Tonta, no seas tan escandalosa. - dijo el abriendo los ojos poco a poco.

-Estas bien! - felizmente y aliviada, le di un fuerte abrazo insconcientemente.

Este se sorprendido bastante y luego me miro como el estuviera pensando algo como: "No tiene remedio" ya que movía su cabeza de un lado a otro. Le ayude al levantarse del suelo y enseguida miramos los dos al rededor para mirar donde estábamos exactamente.

-Y ahora que, seguimos perdidos? - le dije yo suspirando agotada.

-Seguiremos a delante, es cuestión de tiempo que encontremos una pequeña aldea, ya que aquí están muy repartidas. - sus palabras consiguieron aliviar me.

El me cogió de la mano y comenzamos a avanzar para volver a adentrarnos en una amplia selva.

CONTINUARA EN EL CAPITULO 27.

Cuerpo Helado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora