-Trish, Lillian... ¡Pasad!- Katherine, la madre de Ashley nos recibió cariñosamente en la puerta.
Mi madre y ella eran compañeras de profesión. Ambas eran diseñadoras y se solían encontrar en las pasarelas en la mayoría de desfiles. No trabajaban juntas pero de vez en cuando hacían trabajillos la una para la otra. Algunas veces habían colaborado en alguna colección pero no les estaba permitido hacerlo muy a menudo ya que, al fin y al cabo, eran la competencia.
Las dejé a las dos charlando en el recibidor y me adentré en la casa para encontrarme con Ashley. En el salón habría unas diez personas que no conocía absolutamente de nada. Al fondo vi a Anthony, el padre de Ashley, pero mantenía una conversación animada con otro hombre y no quise interrumpirle. Habían puesto música clásica de fondo, a Katherine le apasionaba tanto como a mi madre, y la mayoría de las personas sostenían una copa de champán en la mano. Esta fiesta iba a ser un muermo, lo podía presentir.
-Hola- una voz detrás de mí me asustó. Me giré de golpe para enfrentar esos ojos color chocolate por los que había estado colada.
Nick.
-Ese vestido contrasta bien con tu color de piel. Te queda muy bien- noté cómo mis mejillas se sonrosaban por su comentario, era una cosa que solían hacer, porque sí, porque les daba la gana y les encantaba humillarme. No me gustaba que me elogiaran porque siempre me ponía muy nerviosa, incluso cuando no quería.
-Sé por dónde quieres ir y te aconsejo que no lo hagas, así que para- aún diciéndole eso, él sonrió, porque era así de chulo. Intenté que no notara mi nerviosismo girando la cabeza y haciendo que un mechón de pelo cayera sobre mi cara.
-Sé que quieres que volvamos a estar juntos. Lo puedo oler en tu perfume de Lacoste- murmuró cerca de mi oído.
-Nada. No hay nada que puedas hacer- respondí con frialdad.
-Venga Trish. Eso no te lo crees ni tú.
-El que no se lo cree eres tú- le aparté con fuerza la mano que iba a rozar mi mejilla y me aparté de él.
Estaba tratando de comportarme delante de él por mi relación con su hermana y porque sus padres y mi madre estaban en la sala, pero me daba asco ver cómo me estaba tratando, me sentía su segundo planto y estaba segura de que a nadie le gustaba sentirse así.
-Deja de ser tan orgullosa por una vez en tu vida. Yo te quiero, tú me quieres ¿por qué no estamos juntos?- mi boca se abrió, incapaz de creerse que acabara de decir eso cuando fue él quien me dejó tirado por una cualquiera.
-Que aún te siga queriendo no quiere decir que quiera volver a intentarlo- fue mi primer novio y el único que he tenido en mi vida, y sí, todos tenían razón, el primer amor era muy difícil de olvidar-. Te recuerdo que si no estamos juntos es porque tú preferiste a otra.
-Eso fue un error.
-Pues te aguantas- le corté. Él suspiró, tal vez un poco desquiciado.
-No me lo puedo creer, Trish. ¿Vas a dejar pasar una oportunidad de ser feliz por tu maldito orgullo?- no podía ser verdad que fuera él el que me estuviera echando todo en cara.
-¿Cómo puedes tener tanta cara dura?- le miré con repugnancia, separándome de él. Era un presumido de mierda, como todos con los que me relacionaba, y eso no lo iba a cambiar nadie.
Con esas últimas palabras y sin darle opción a contestar empecé a andar en la dirección opuesta, chocándome con alguien.
-¿No estarías pensando en volver con mi hermano ¿verdad? Porque te juro que te llevo al psiquiatra.
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Fast
Fanfiction"-Entonces ¿por qué estás aquí conmigo y no con él? -él quiso darle un giro a la situación y ponerla de su parte para hacerme de rabiar, pero ambos sabíamos que las cosas no eran así. -¡Sabes que no tenía otra opción para volver a casa! -exclamé, fr...