-¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estáis aquí? Dios, me ha llamado la policía y me han dicho que Louis y tú estabais arrestados. ¿Sabes el susto que me he llevado?
La preocupación en la voz de Niall era evidente. Me sentía aliviada al escucharle decir eso. Yo no era nadie para que estuviera preocupado por mí pero al verme, lo primero que había hecho, había sido venir a abrazarme y reconfortarme.
-¿Por qué sigues con las esposas?- me encogí de hombros. Lo que menos me preocupaba en estos momentos eran las esposas.
-¿Por qué te han llamado a ti?
-Louis me tiene en marcación rápida por si se mete en líos. Es mejor que me llamen a mí, soy en el que menos problemas se mete- me explicó pasándose las manos por el pelo con nerviosismo.
-Me alegro de que estés aquí- murmuré-. No sabes cuánto, de verdad.
-Tranquila, no pasa nada. No tienes por qué estar preocupada- me apretó el hombro con cariño.
Eso era muy fácil decirlo pero el arresto ya había quedado registrado en mi ficha.
-A Louis le arrestan constantemente y mira, sigue tan normal. Aún no sé cómo lo hace.
Aunque estuviera nerviosa y preocupada por lo que fuera a pasar, Niall trataba de hacerme sentir mejor, me ayudaba a mantener la calma. Su presencia me agradaba.
-¿Quieres contarme qué ha pasado?- me animó.
Suspiré antes de hablar. No me apetecía ni tener que recordar lo que había pasado.
-Zayn pidió a Louis que me llevara a casa. Nos montamos en su moto y en el camino nos topamos con un control. Louis trató de evitarlo pero la policía reconoció la matrícula y comenzó a perseguirnos. Nos pusimos nerviosos y tratamos de escapar de ellos pero no salió bien. A Louis le han acusado de conducción temeraria y también han apuntado algo sobre mí pero no estoy segura- el rubio me miraba con la boca abierta.
-Bueno, tú no te preocupes. Esto solo lo apuntarán en tu expediente pero no pasará nada más. Tranquilízate.
Tranquilizarme cuando me había peleado tanto con Louis hacía un rato y me había insinuado esas cosas me resultaba algo complicado.
-Gracias, Niall.
-Vamos a buscar a Louis. No sé por qué os han separado.
Preferí no hacer ningún comentario al respecto. Niall desapareció por la puerta por la que había entrado y vino acompañado de un guardia, el cual me abrió la puerta de la celda. Después, sacó unas llaves del bolsillo de su chaqueta con las que me quitó las esposas. Instintivamente me pasé los dedos por las muñecas. Tenía una marca roja alrededor y me dolía ligeramente.
-¿Dónde está el otro chico?- preguntó Niall pasando un brazo alrededor de mis hombros, apretándome contra él.
-Les tuvimos que separar- respondió el hombre con una voz monótona.
Abandonó la habitación y nosotros le seguimos. Niall frunció el ceño. Agaché la cabeza avergonzada.
-¿Volvisteis a discutir?- me preguntó Niall en voz baja para que solo yo pudiera escucharle.
-Fue él. Es imposible, no tiene corazón. Yo solo quería hablar y... No le soporto.
-Joder, Trish, ¿cuándo te vas a enterar de que con Louis no puedes hablar?- chascó la lengua.
Me estaba regañando como si fuera una niña y lo peor de todo era que llevaba razón. Nunca aprendería.
Pasamos a una sala en la que había más policías trabajando. Al fondo pude divisar a Louis entre dos hombres. Ya le habían quitado las esposas y estaba hablando por teléfono. El guardia que nos acompañaba pidió a Niall que firmara unos papeles por habernos recogido o algo así. No entendía cómo iba esto. Nunca antes había estado detenida.
Me quedé parada en medio de la sala sin saber qué hacer. Louis estaba parado a escasos metros de mí. Quería saber con quién estaba hablando. La curiosidad me consumía lentamente. ¿Sería Zayn? Sigilosamente e intentando que no me viera, me acerqué a él. Estaba de espaldas y aún no se había dado cuenta de que estábamos allí. Me coloqué el pelo detrás de la oreja, como quien no quiere la cosa e intenté escuchar.
-¿Qué?- exclamó alarmado-. Estás de coña, ¿verdad? ¡No puedes hacerme esto!
Intentaba gritar sin levantar demasiado la voz. No era conveniente ponerse a chillar y montar una escena en una sala llena de policías.
-Gracias por nada- contestó de mala gana y colgó.
Se giró cabreado y chocó conmigo. Me dirigió una mirada muy poco agradable. Las venas de su cuello palpitaban con fuerza contra la piel de su cuello. Estaba en tensión.
-¿Dónde está Horan?
Me sorprendió ver que su voz no estaba para nada manchada de odio ni rabia. Es más, parecía cabreado pero sereno. Era un sinsentido pero viniendo de Louis era algo de lo más normal.
-¿Cómo sabes que está aquí?- inquirí.
-Porque dije que le llamaran mientras tú dormías. ¿Dónde está?
-Allí- señalé a la esquina del fondo donde le habían llevado.
Louis se alejó y me dejó sola nuevamente. Se acercó a Niall y le saludó. ¿Con quién había estado hablando antes? ¿A quién había hablado de esa forma?
Como sabía que no iba a descubrirlo y él no me lo iba a contar, decidí olvidarlo... Por ahora. No podía evitarlo. Todo lo que hacía Louis me dejaba muy intrigada. Sentía una tremenda obsesión por su persona, por el aura que le rodeaba, tan siniestra, misteriosa e intrigante a la vez. Decidí unirme a ellos al cabo de un rato. Niall me sonrió.
-Ya podemos para irnos. Así que vamos, os llevo a casa- se abrochó la chaqueta y le seguimos hasta la salida de la comisaría.
-Parker...- Louis me detuvo cogiéndome de la manga de la chaqueta. Paré en seco en medio de la calle mientras Niall seguía hacia delante-. ¿Te puedo pedir un favor?
La tensión había desaparecido de su cuerpo, se había dirigido a mí con amabilidad, incluso con nerviosismo, pero el ligero brillo de sus ojos seguía transmitiendo una especie de ira mezclada con rencor. ¿Acaso no estaba enfadado conmigo? ¿Por qué iba a pedirme un favor?
-¿Qué?- le dije de mala gana, cansada de sus cambios de humor.
Se quedó callado, pensando en qué decir. Inconscientemente se mordió el labio inferior. ¿Por qué estaba tan nervioso? Estaba a punto de marcharme al ver que no respondía cuando le escuché suspirar.
-¿Puedo ir a dormir a tu casa?
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Fast
Fanfiction"-Entonces ¿por qué estás aquí conmigo y no con él? -él quiso darle un giro a la situación y ponerla de su parte para hacerme de rabiar, pero ambos sabíamos que las cosas no eran así. -¡Sabes que no tenía otra opción para volver a casa! -exclamé, fr...