Capítulo 11

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-¿Dónde me llevas?- al cabo de un rato decidí preguntar. Llevábamos unos buenos diez minutos andando y todavía no habíamos llegado a ningún sitio.

-A mi casa- respondió sin mirarme. Me paré de golpe. Mi mano aún sujetaba la suya. Al pararme yo, él no pudo avanzar y se giró para ver por qué me había detenido.

-¿Cómo que a tu casa?- tartamudeé. Ir allí no estaba en mis planes, ni mucho menos. No quería estar tan sola con Zayn. Al fin y al cabo, era un chico que acababa de conocer y no conocía sus intenciones.

-¡Es broma!- se empezó a reír como cuando un niño pequeño dice una palabrota.- ¡Quita esa cara, mujer! No tengo intenciones de violarte si eso es lo que piensas- se volvió a reír. Me quería morir de vergüenza. Las manos me empezaron a sudar. Él se acercó a mi cuerpo. Su pecho casi rozaba el mío. No me atrevía a levantar la cabeza y mirarle a los ojos porque sabía que me sonrojaría más, así que dejé mi vista clavada en su camiseta-. No sabía que tenía el poder de ponerte tan nerviosa- subí la cara con rapidez y me encontré su boca a escasos centímetros de la mía. Si pensaba que iba a dejarme besar en ese momento pensaba mal. Puse una mano en su pecho y me alejé unos pasos.

-Ya te he dicho que me pongo nerviosa con esa clase de comentarios-. Él sonrió y volvió a acercarse a mí.

-Y yo te dije que te tendrías que acostumbrar porque te los diría todo el rato- murmuró-. Ahora, ¿podemos continuar?- señaló hacia el frente, refiriéndose a que volviéramos a ponernos en marcha.

-Claro- respondí separándome de él y empezando a caminar- pero, ¿me puedes decir adónde me llevas?

-Te estoy raptando- sonrió. Parecía que le gustaba estar de broma.

-Zayn, en serio- le demandé. La sonrisa se le apagó un poco y miró al frente, mientras volvió a tirar de mí para que avanzara rápidamente.

-Te estoy llevando a mi lugar favorito.

-Oh- fue lo único que logré decir. Me dejé guiar por él hasta que llegamos a una especie de parque, en una colina.

Era un día soleado y los rayos de sol se filtraban entre las hojas de los frondosos árboles del parque. El césped era de un verde intenso y brillaba ante la luz. Nos adentramos un poco más por uno de los caminos de tierra y se notó un descenso de la temperatura considerable. No es que tuviera frío, pero iba en tirantes y pantalones cortos, y siempre me habían dicho que era friolera, así que un poco destemplada sí que estaba.

Llegamos a un descampado dónde solo había césped. Un pequeño lago se encontraba a la derecha y a su lado había un árbol que proporcionaba un poco de sombra a la explanada. Debajo del árbol había un mantel con una cesta y un chico sentado encima. En cuanto nos vio se levantó. Zayn tiró de mi mano en su dirección.

-Gracias por el favor, tío- Zayn le agradeció al chico. Soltó mi mano para darle un pequeño abrazo y varias palmadas en la espalda, como hacían todos los chicos hoy en día.

El otro chico tenía el pelo castaño, los ojos marrones, como Zayn e iba vestido de la misma guisa. Todo cuero. Creo que había visto más cuero en estos últimos días que en toda mi vida. Él le devolvió el abrazo y le mostró una sonrisa amigable. Yo contemplaba la escena desde atrás, hasta que los ojos de ese chico se posaron sobre mí.

-¿No vas a presentarme a tu chica?- le reclamó a Zayn. ¿Por qué todos me llamaban su chica? ¿Alguien me lo podía explicar? Si no había salido con él ni una vez.

-Oh, claro... Liam, ésta es Trish. Trish, te presento a mi amigo Liam.

-Hola- murmuré tímidamente. Él se acercó a mí y me dio un abrazo.

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