Capítulo 5

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Jaden

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Jaden

Han pasado tres días desde que mi padre me dijo ese extraño cumplido, he estado pensando sobre el tema y la verdad no he llegado a una conclusión.

En todo este tiempo he hablado muchas cosas con Hazel, cada vez que tengo tiempo, aprovecho para llamarla, se me hizo costumbre escuchar su voz, conversamos de cualquier tontería que se nos ocurre, nos hicimos buenos amigos aun cuando no nos hemos vuelto a ver.

Estoy en el hospital, el maldito de Jeff enserio estaba grave, no contestaba mis llamadas ni respondía mis correos, pase por su departamento y casi lo encuentro muerto, lo traje lo más rápido posible, y aquí estoy en la sala de esperas.

Me dio un susto tremendo, estaba pálido, sudaba y no dejaba de vomitar, la señora Emilia, la mamá de Jeff, está en un viaje de negocios, la llame para informarla y parecía destrozada, se calmó cuando le prometí tres veces de que Jeff estaba bien, su preocupación era enorme, lo note aunque no estuviéramos cara a cara, ese tipo de amor es el que siempre espere de mi madre, tal vez aun lo hago, la única diferencia es que sé que espero algo que nunca va a llegar.

¡No puedo con esta incertidumbre! ¡No soy del tipo que se queda quieto!

Me levanto de mi asiento y voy al pasillo de consultas, demasiadas habitaciones pienso mientras camino despacio ¿Cuál habitación era? Jaden ¿Qué harás? ¿Tocaras en todas las puertas?

Una puerta se abre detrás de mí, y volteo deseando que de ella saliera Jeff, sin embargo no es exactamente la persona que esperaba.

—¿Lilly?—pregunto sorprendido.

Lilly voltea, está pálida y sorprendida además de asustada.

—¿Qué haces aquí?—pregunta nerviosa.

—Estoy esperando a un amigo—digo sin expresión—. ¿Qué haces tú aquí?

Me está ocultando algo o es mi impresión, ¿Por qué luce tan nerviosa?

—Yo bueno... yo... —se queda muda de los nervios.

—Mmmm... ¿estas embarazada?

—¿Eh?—parpadea varias veces—.  ¡NO! —grita una vez comprendida la pregunta.

Mira al piso, y respira nerviosa, mueve la mirada a todos los lados menos a mí, después expulsa aire.

—Jaden, no debías enterarte así, solo deja que te explique, no saques conclusiones antes de tiempo ¿vale?

Que está tratando de decirme, me estoy empezando a preocupar, si no es ella definitivamente es Hazel.

—Jaden... —había empezado a hablar pero la puerta vuelve a abrirse, de ella sale Hazel tomada de la mano de una doctora, tiene unos 35 años es rubia y de una estatura baja.

—No te olvides de tu próxima cita—le dice la doctora a Hazel.

—No señora—responde en un suspiro—, esta vez fue una pequeña excepción.

—Lilly querida, sigue cuidando de esta despistada.

Lilly no dice nada ya que tiene puesta la mirada en mí, la doctora extiende la mano de Hazel hacia el brazo de Lilly.

Estoy confundido, confundido no por el extraño intercambio de manos si no por el hecho de que Hazel no me hubiera mirado estando yo al frente, su mirada está perdida es como si no estuviera viendo nada en particular.

Estoy a punto de hablar pero Lilly pune su dedo índice en los labios pidiendo que guardara silencio, empieza a caminar con Hazel justo como el día que la había conocido, hace un gesto para que la siguiera, camino en silencio.

Idiota, soy un maldito idiota, ¿Cómo no me di cuenta? No se que pasa pero las imágenes que estoy presenciando dan una teoría bastante sólida, y yo soy un grandísimo imbécil por no darme cuenta.

Lilly deja a Hazel en una silla, y se agacha a su altura.

—¿Por qué tan callada Lily?—pregunta Hazel frunciendo el ceño—. ¿Pasa algo?

—No, no pasa nada—dice mirándome—. Voy al baño, no demoro ¿vale?

—Vale.

Caminamos hacia el pasillo de nuevo.

—¿Qué pasa?—pregunto enojado.

—¿Qué pasa?—bufa mientra devuelve la pregunta sarcásticamente—. ¿Acaso eres TU el ciego?

Todas mis sospechas y dudas se aclararon, hubo tantas pistas, cuando le tendí mi mano, que no lea sus mensajes, como camina con Lilly.

—Es ciega—digo en un susurro.

Lilly guarda silencio, mi mente pasa por varias emociones, confusión, tristeza, compresión, desconcierto y finalmente enojo.

—¿Cuándo me lo iba a decir?—digo con voz firme y cara seria.

—De hecho, ella iba a esperar a que te dieras cuenta—confiesa con la cabeza gacha.

—¿Qué?—escupo la palabra como si fuera veneno— ¿Y mientras tanto qué? ¿Seguiría burlándose de mí?—levanto más la voz.

La ira inunda mi mente ¿Cómo se atreve? Odio las malditas mentiras, odio que me oculten cosas, no importan lo pequeñas que sean, y por supuesto esto no es un pequeño detalle.

—No es así Jaden—dice tratando de calmarme—. Solo tiene miedo de ser rechazada, de que le tuvieras lastima.

—Acaso da la impresión de que le tengo lastima—le digo exasperado—. Yo debería ser al que le tengan lastima por dejarme engañar de esa manera.

Solo eso faltaba, que excusa tan barata, por fin estaba empezando a confiar en una chica, en una persona y me sale mentirosa.

Pero es mi culpa, por bajar la guardia, si no hubiera metido las narices en donde no me importa, pero no, la curiosidad mata al gato.

—No—exclama con paciencia—. Tu no entiendes.

—Pero claro que no entiendo.

—Jaden, cálmate—levanta la manos como si le estuviera hablando a un niño—. Te dije que no sacaras conclusiones antes de tiempo.

Me paso las manos bruscamente por el cabello y empiezo a caminar.

—¿Jaden? ¿A dónde vas?—pregunta Lily desesperada intentando razonar conmigo.

—Me largo de aquí—digo alejándome de ella.

Quiere seguirme pero camino mucho más rápido, perdiéndome entre la gente, necesito pensar y no lo haré mientras este en este maldito hospital.

Miro las puertas a las que me acerco y me detengo en seco recordando el motivo del porque estoy aquí, suspirando me dirijo a la sala de espera, levanto la cabeza esperando encontrar a Hazel sentada, pero ya no está ahí, me siento lo más lejos posible de ese puesto, y espero al doctor que me dará noticias de Jeff.

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¿Se puede decepcionar al sol?

El sol le tiene miedo a las personas, por eso se mantiene apartado y luciendo una fachada perfecta.

Mientras siga siendo perfecto, no lo decepcionará nadie.

Pero....

Hay algunas excepciones.


El Sol También Brilla De NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora