Capítulo 13

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El es Betto

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El es Betto

Jaden

Tengo bastantes planes para hoy, pero ¿Cómo decirlo? El destino quiso que pasara otra cosa, claro que mi destino también comparte el nombre de "Will Thompson", mi padre.

No sé qué reunión importante se inventó para arruinarme la tarde pero fracaso ¿si tengo tan poco tiempo para disfrutar de la compañía de Hazel, por qué demonios la desperdiciaría lamentándome o amargándome?

Vale, y además resulta que la señorita Bennett idolatra a mi padre ¿cómo voy a hablar mal de él delante de Hazel? imposible, no con la imagen tan perfecta que tiene formada en su cabeza, no me conviene si quiero acercarme.

He tocado el piano para ella, lo que nunca había hecho por una chica, pero eso no es lo extraño, lo extraño es que lo disfrute. ¿Yo? ¿Disfrutar tocar? ¡Que logro Jaden!

También la cargue sobre mi hombro, lo cual acepto, fue un impulso de rabia combinado con un poco de celos, ¡ya! Pero fue su culpa por estar demasiado alegre y entusiasmada cuando le presente a mi padre, solo le faltó saltar de un solo pie ¡o peor! ¡Desmayarse!

Claro que se me paso después de ver que ella pusó su confianza en mí, lo cual también es raro, talvez es normal para cualquier persona pero no para mí. Siempre ponen su confianza en el artista, el músico, pianista, ese quien se apellida Thompson, pero... es tan difícil encontrar a alguien quien confíe en mi apartando todas esas cualidades, y realmente deseo que ella sea una de esas.

Pero soy un idiota, pensé que hoy la haría sonreír, pero solo he conseguido hacerle llorar, antes en el piano, y justo ahora donde la velocidad y el ruido del motor escoden sus sollozos.

Me detengo frente a su casa, pongo mis pies en el piso y espero a que ella hable primero, solo escucho un fuerte suspiro.

—¿Ya llegamos? —pregunta un tanto agobiada.

—Sí, estamos frente a tu casa.

—¿Mi casa?—vuelve a preguntar incrédula.

—Si preciosa —suspiro—, ese no era el plan, pero tengo algo que hacer a las cuatro.

El reconocimiento pasa por su rostro, supongo que recuerda la pequeña platica con mi padre.

—Hazel —llama Lily desde la entrada de la casa— ¿Cómo hiciste para convencerla de subirse a esa moto?

Me sorprendo por su pregunta, bueno solo le pedí que confiara en mí, no fue nada en realidad.

—Son mis encantos naturales —le respondo, obviamente no le voy a decir la verdad, prefiero que me vea como un ególatra a un sentimental de primera.

—Si, por supuesto —responde rondando los ojos —. Si fuera por eso, Ethan la habría convencido hace mucho tiempo —Ayudo a Hazel a bajarse de la moto.

¿Quién demonios es Ethan? Lily me mira y sonríe algo suspicaz.

—Ethan es mi hermano gemelo —responde a mi pregunta no formulada.

Es su hermano gemelo, eso quiere decir que también primo para Hazel, por un momento pensé que se trataba de su novio. De pronto caigo en cuenta.

—¿En dónde vive? —pregunto algo precavido.

—¿Ethan? Aquí por supuesto.

Bien, eso me desconcierta, pero también se disimularlo.

—Ya que hablamos del rey de roma —se dirige a Hazel—, Ethan llega mañana.

La alegría que pasa por el rostro de Hazel es notable, y aunque me encanta verla sonreír me da un poco de envidia que alguien más le saque una sonrisa tan sincera mientras que yo solo la he hecho llorar.

—¿Mañana? ¿De verdad? —su voz es entusiasta e impaciente, puedo ver como sus ojos se cristalizan—.   ¡Eso es genial!

—Si, también viene Betto.

La cara de Hazel no puede contener más felicidad. Bien ¿y ahora quien es Betto?

—Ya quiero estar con él —casi solloza Hazel.

— ¿Tu novio? —pregunto ocultando el tono de mi voz.

Las dos rompen a reír, Hazel no dándose a notar pero Lily ríe a todo pulmón.

—No —dice entre risas—. Mi perro guía.

Bravo Jaden, no puedes ridiculizarte más, habla mi sarcasmo.

—No te preocupes Jaden —dice Lily secándose las lágrimas por la risa—, por más que llegue a querer Hazel a ese perro nunca podrá llamarlo novio.

Esta mujer sabe cómo sacarme de mis casillas pero no le voy a dar el gusto de verme enojar ¿qué es lo que cree que esta haciendo?

—Espera ¿no me dijiste que no tenias mascotas? —pregunto desconcertado.

—Y no me mentí —me responde—, tendré mi primera mascota mañana por eso Ethan se tuvo que marchar de la cuidad, para encontrar un perro adecuado.

—Ya —digo secamente—. Me tengo que ir.

—Este... —interviene Hazel—. ¿Te parece si mañana terminamos lo que íbamos a hacer hoy?— se ruboriza—. Tengo curiosidad sobre el plan.

Sonrío en mis adentros.

—Me parece perfecto —hablo repentinamente alegre—.  Hablare contigo luego para el lugar del encuentro.

—Vale.

—Adiós Hazel.

Estoy lo suficientemente cerca de ella para darle un beso en la mejilla, lo cual hago, ni siquiera Hazel se sorprende tanto como Lily que abre los ojos sorprendida.

—Nos vemos Lily —me despido y arranco la moto.

Estar cerca de Hazel tiene sus ventajas tantos como sus desventajas.

Hay cosas geniales como expresarme libremente y escucharla reír, pero hay otras no tan buenas, donde me hace experimentar cosas que muy rara vez he sentido.

Celos.

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Al sol provoca celos no los siente.

O eso era lo que se decía.

El sol siente celos.

Celos de alguien a quien ni siquiera conoce.

El Sol También Brilla De NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora