La vida de un músico debe ser libre, pero la de Jaden no lo es.
Se ve obligado a actuar como un "chico perfecto" para demostrar que puede superar a sus padres, pero esto solo consigue reprimirlo.
Las prioridades cambian cuando conoce a una canta...
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Jaden
Ha pasado dos horas desde que Night cantó en la tarima, aun así no puedo dejar de pensar en ella, ¿será ese su verdadero nombre?, es frustrante no saber nada de ella, ¿Cuántos años tendrá? ¿Dónde vivirá? Trabaja aquí por supuesto, ¿estudiara en mi universidad? Choqué con ella ahí, así que supongo que sí, ¿estará en el departamento de música?, ¡basta Jaden, estas actuando como un jodido acosador! ¿Qué vas a hacer después? ¿La seguirás a todas partes?
Suspiro, obviamente no haré eso, pero la idea suena bastante tentadora.
—¿Jaden?—miro a Jeff—. Joder Jaden, te estoy hablando.
—¿Qué quieres? —pregunto algo estresado, tengo demasiadas cosas en la cabeza.
—¿Que si te vas a llevar a la rubia? —me pregunta.
Miro a la pista de baile, ahí están Brittany y Stacy moviendo las caderas de una manera muy provocativa.
—Quizás —le respondo—. Me iré ya.
—Adiós hermano —dice mientras levanta la cerveza.
Camino a la pista de baile y agarro a Brittany del brazo, ella se sobresalta, pero al ver que era yo sonríe, me pasa las manos por el cuello.
—¿Bailas conmigo? —me pregunta acercando más su cuerpo.
—De hecho ya quería irme —susurro en su oído, ella sonríe.
—Entonces ¿Qué esperamos? Vámonos.
No me voy a acostar con ella, no con lo borracha que está, caminamos hasta la salida, Brittany agarrada a mí, ni siquiera puede caminar por sí misma, tomo un taxi, la subo en el asiento trasero.
—Mil bolso —dice ella, miro a todas partes.
La idiota lo había dejado caer a mitad de la acera, la dejo en el taxi y voy por su bolso, al levantarme veo a una hermosa chica de cabello oscuro y ojos verdes grisáceos. Me devuelvo hacia el carro y cierro la puerta del taxi.
—Aquí tienes —le arrojo el bolso por la ventana.
—¿Qué haces? —pregunta algo enfadada, me dirijo al conductor.
—Llévela a esta dirección —le paso un papel con su dirección.
—Déjame bajar idiota, tú no sabes donde vivo—dice ya exasperada por cómo van las cosas—. No iré a mi casa.
—Claro que si linda, a tu padre no le gustará que le diga que me estabas seduciendo para llevarte a la cama ¿verdad?—le doy una sonrisa de medio lado, ella se queda quieta, estoy seguro de que se cuestiona el por qué la conozco—. Adiós, Brittany Carter —me fulmina con la mirada, y le grita al conductor para que avanzara.
Con eso señor Carter, estamos a mano.
Me dirijo donde se encuentra la chica, está sentada en una banca mirando hacia la nada.
