La vida de un músico debe ser libre, pero la de Jaden no lo es.
Se ve obligado a actuar como un "chico perfecto" para demostrar que puede superar a sus padres, pero esto solo consigue reprimirlo.
Las prioridades cambian cuando conoce a una canta...
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Ella es Brittany
Jaden
Después de dejar la moto en el parqueadero del departamento de Jeff tomo un taxi y me dirijo a mi casa.
La moto es mía pero obviamente mi padre no lo sabe, donde se entere es capaz de colgarme sin remordimientos. Es por eso que Jeff la tiene la mayor parte del tiempo, talvez exagero, sin embargo el tener algo que no controle él me da un respiro.
Me bajo del taxi y camino otra vez por el inmenso jardín, me quedo mirando las enormes puertas y suspiro, con eso, de nuevo soy el títere con cuerdas, mi expresión es calmada pero no seria, es como si no estuviera pensando en nada, cuando estoy seguro de que no queda ningún signo de broma en mi rostro abro las puertas.
Miro el reloj, no eran ni las 3:30 pero lo prefiero así, entre más rápido comience más rápido podre salir de la "reunión importante". Entro al estudio de mi padre, por supuesto todo esta ordenado, cada cosa en su lugar. Mi padre está sentado en su escritorio leyendo unos papeles como si fueran lo más interesante del mundo, cuando percibe mi presencia levanta la mirada y se quita las gafas.
—Llegas demasiado pronto —me dice acercando las cejas—. No ha llegado nuestro invitado.
Ya me parecía extraño que me reclamara por llegar temprano, ¿Quién entiende a este hombre?
—¿A quién esperamos? —pregunto ocultando la inmensa curiosidad de mi voz, ¡un hurra por mí!
Conociendo a mi padre quizás me enviara a estudiar a Londres, pues bien, que diga lo que quiera, lo peor que me puede pasar es vivir en un país extranjero.
Mi padre está a punto de hablar pero los toques de la puerta lo detienen.
—Adelante —habla mi padre.
Samuel entra, como siempre su traje impecable, más que un sirviente es como nuestra mano derecha.
—La señorita ya está aquí —anuncia Samuel.
—Hazla pasar —ordena mi padre.
Camino hasta quedar al lado de mi padre. Segundos después la puerta se abre, lo único que puedo ver es una melena rubia, pero cuando ella dirige su mirada a mí los dos quedamos sin habla. Su mandíbula cuelga un poco, supongo que le sorprende el hecho de que no sea un chico cualquiera en un bar sino el hijo del mejor amigo de su padre.
—Pasa querida —saluda mi padre.
Ella no se hubiera dado cuenta de que se había detenido de no ser por él.
Sus ojos se despejan de mí, pero sigue dirigiendo su mirada hacia donde estoy.
—¿Cómo estás? —saludo con la cara más alegre que puedo fingir ¡maldita sea mi suerte!—. Brittany...
—Jaden —asiente con la cabeza. Por su tono de voz ese saludo parece mas una pregunta.
Y por su reacción estoy seguro de que creía que era solo una persona del montón que iba a un bar cualquiera, pero el entendimiento pasa por su rostro y forma una escalofriante sonrisa desafiante.
Quiere la revancha por haberla humillado, lo sé, pero querida ¿no sabes quién soy? Soy el rey del engaño.
—Te estuve llamando ayer en la noche pero no contestaste —le digo como si guardáramos contacto—. ¿Has estado ocupada en las noches?
Me aseguro de enfatizar la palabra "noche", para mi padre no significa nada pero para ella es como si le dijera "cierra la boca o le diré a todos cuáles son tus actividades nocturnas", y si no entiende el indirectaso, leería la advertencia en mis ojos.
Su sonrisa decae un poco asustada, pero se recupera rápido.
—Lo siento —se disculpa—. No tenía batería.
Yo se mentir pero ella lo hace fatal ¿Enserio? ¿No tenía batería?
Miro a mi padre, espero que se haya tragado el cuento. Se supone que ella y yo nos conocemos y llevamos cierto contacto, lo único que me falta es que me gane un problema por los lugares que frecuento y se armaría la de Troya si se enteraran de la peleas clandestinas que tenia no hace mucho tiempo.
—Siéntate por favor —dice mi padre al tiempo que él se sienta, tomo asiento a su lado para quedar frente a Brittany.
Samuel entra de nuevo con tazas de café, las deja sobre la mesa y se va rápidamente.
—Bien —empieza a hablar mi padre —cuando Jaden me dijo que se conocían , debo admitir que me sorprendió.
Dice sonriendo, toma un sorbo de su taza de té y continua hablando.
—Y la razón es porque Steven y yo habíamos acordado juntar a nuestros hijos para una posible unión de familias cuando ustedes apenas eran unos niños —dice un tanto nervioso—, bueno realmente fue Adela la que planeó todo con tu padre—mira a Brittany mientras dice eso.
Bueno, recapitulemos.
¿Mi madre y el señor Carter habían planeado un compromiso entre la rubia oxigenada y yo?
¿Y qué quieren de mí? ¿Qué acepte esta farsa?
Esto se está saliendo de control, obviamente me niego pero ¿cómo hago para rechazar la oferta sin que mi fachada de chico perfecto se dañe?
—Déjenme decirles que eso ayudaría demasiado a nuestras familias —prosigue mi padre—, pero estoy consciente de la época en que estamos y considero todo esto un tanto ambiguo. Por mi parte yo no los obligare a nada.
Suspiro aliviado, bueno he de agradecer a mi padre si salgo de esta habitación conservando mi estado civil de soltero.
—Por eso esperaremos a que llegue tu madre —me mira—, después de todo ella fue la de la idea —prosigue—. Adela quiere hablar con ustedes, supongo que para convencerlos de que se den una oportunidad.
—¿Y qué piensas? —pregunto.
—Yo... —hace una pausa—... bueno, estoy en contra, creo que es absurdo reunir a dos jóvenes que no se conocen—suspiro de nuevo—, pero ya que se conocen puede que haya una oportunidad. No suena absurdo.
¿No suena absurdo? ¿De verdad? Considero decirle a mi padre que ni siquiera tengo el número telefónico de la rubia pero me abstengo. Miro a Brittany por primera vez desde que mi padre soltó esa bomba y sonrío con ganas al ver la expresión de horror oculta en su rostro.
