Capitulo 19

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Luego de vestirme para ir a clases, me senté en el sillón rosa que tenía en mi habitación. Apoyé mi cabeza en el ventanal grande que me dejaba ver el jardín trasero de mi casa y las lágrimas inundaron mi rostro. ¿Cómo es que ahora me encontraba de esta manera? ¿No se supone que cuando uno se enamora es feliz? Pues mírenme a mí ahora, soy todo lo opuesto a una persona feliz. Maldije la hora en que mis padres se fueron y dejaron mi hermano a cargo de Julian. Si no se hubieran ido nada de esto estaría pasando. ¿Acaso mis padres no podían tener un trabajo aquí en esta ciudad? Las lágrimas empezaron a salir con más fuerza al recordar a mis padres.

Me levanté al notar que ya era hora de irme al instituto. Tome mis cosas y bajé las escaleras lentamente. Al llegar a la planta baja noté que el único que estaba en la sala era Alex mirando televisión ¿Se habría quedado toda la noche allí? Carraspee llamando su atención y este sonrió al verme, pero al instante su sonrisa se borró.

-Oriana ¿Pasa algo?- preguntó preocupado. Sentí ganas de abofetearme por no haberme ido ni bien bajé para que él no se diera cuenta que había estado llorando.

-No- dije efusivamente yéndome para el otro lado de la sala –Solo estoy cansada- la mirada de mi tío me dejo en claro que él no me creía nada.

-Oriana- no deje terminar lo que iba a decir ya que salí de mi casa sin despedirme.

Tome aire y decidí caminar hasta el instituto, a lo mejor así podría despejarme un poco.
Caminar no me hacía bien, ver a las personas desconocidas me despejaba de mis problemas ya que mi mente solo divagaba en la cantidad de personas que había en esta ciudad. Pensar que cada persona es un mundo distinto y que seguramente mis problemas no son nada a comparación de otras personas hacia que llegue a la conclusión de que solo estoy siendo una maldita inmadura.

Llegué al instituto mucho más triste que cuando había salido de casa. Me senté en la banca blanca, esa misma que había ocupado ayer luego del almuerzo. Busque a Jenny con la mirada pero no había ningún rastro de ella, a lo mejor ni siquiera vendría , pero no lo creo ya que si no vendría me hubiese avisado de ante mano.
Cada persona que pasaba a mi lado, me saludaba y felicitaba por el triunfo de ayer. Si sigues así nos traerás el trofeo a casa dijo un chico rubio del equipo de Soccer. Reí al escucharlo, ya que si, probablemente lo haríamos antes que ellos, ya que su equipo apestaba a mil demonios.
Mi pequeña sonrisa se borró al ver llegar a Sabrina como si hubiese ganado la lotería "Claro que si, se ha llevado a Julian anoche" escuché a alguien decir en mi interior. Sabrina, movía sus caderas de un lado a otro, provocando varíos silbidos por parte de los hombres y miradas matadoras por parte de las mujeres. En otro momento ni siquiera hubiera notado todo ese alboroto, pero después de todo lo ocurrido con ella es casi imposible no odiar cada paso que da. ¡QUE AYER ME TIRO UNA BEBIDA ENCIMA LA MUY DESGRACIADA! En parte sabía que me lo había buscado al sacarla del equipo ayer, pero en mi defensa la que primero agredió fue ella, y yo reaccione como toda persona hubiese reaccionado 'Ojo por ojo, diente por diente'. La mirada de Sabrina se encontró con la mía. Ella al verme esbozó una sonrisa maligna y se dio la vuelta haciendo efectos con su cabello.
Yo por mi parte gruñí al verla y sin darme cuenta pude descubrir que si se puede odiar de un día para otro.
-Oriana- escuché decir a mi lado. Me di media vuelta y me encontré con Bruno a mi lado, y si, estaba fumando como siempre. Su ceño se frunció al verme y rápidamente coloqué mis lentes de sol para tapar mis ojos rojos.

-Bruno- forcé una sonrisa, pero ni siquiera el más idiota se compra esa sonrisa tan falsa. Bruno se sentó a mi lado y dejo sus cosas a un lado para luego mirarme por unos segundos. Yo no sé qué pasaba con este chico, era tan raro. Un día no me hablaba y al otro si, realmente me confundía.

Mi niñero preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora