Capitulo 37

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Uno, dos, tres, la mirada de Jenny quemaba mi rostro de una manera inigualable. Hace diez minutos que estábamos así, y esto ya me estaba cansando, pero al parecer a mi mejor amiga no sentía lo mismo.

-No puedo creer que no me hayas contado todo esto ni bien ocurrió- Cerró la puerta del casillero del instituto y empezó a caminar hasta el salón de clases.

Las miradas que siempre se hicieron presentes en mi vida y la de Jenny, ahora ya no significaba popularidad, sino que estas eran miradas de desaprobación.

Todo el día había sido así. Desde que habíamos llegado, todo el instituto se fijaba en nosotros como si fuéramos bichos raros. No solo eran los alumnos los dueños de las miradas, también estában los profesores que se sumaban a ello.

A mi en realidad todo este escándalo no me importaría si se tratara de mi, pero no era así. Solo había un hecho.. el embarazo de Jenny...

El acontecimiento se había esparcido tan rápido en la ciudad, que hasta la gente que no conocía a Jenny sabían de aquello, y como no, si los padres de ella eran los dueños de casi toda la ciudad.

La caminata entre nosotras había sido muy silenciosa e incómoda. Cada vez que pasábamos por al lado de alguna persona, susurraban entre ellos algunas cosas acerca de la nueva embarazada.

-Si, estoy embarazada. Y estoy muy feliz de ello- gritó Jenny al escuchar a la capitana del equipo de natación diciendo.

"Que horror. Un embarazo adolescente por parte de la hija de una respetada familia. Pero bueno, que se puede esperar, si todos sabíamos cómo era Jenny. Arruinó su vida. "

Todos los presentes al oír aquello se miraron entre ellos y comenzaron a escribir en sus celulares. Ni siquiera puedo imaginar las barbaridades que estarían escribiendo en Twitter.

La tomé por el brazo a Jenny y seguimos con nuestro camino.

-En unos días ya se olvidadaran de todo- dije abrazando a mi amiga.

-Lo sé- suspiró -Ahora sígueme contando ¿Qué es lo que son con Julian? - preguntó.

La verdad que no sabía qué responder a esa pregunta.
Julian y yo nos queríamos, pero nada había quedado en claro de lo que en realidad éramos. Tampoco era necesario una etiqueta, porque eso no vale nada ya que sabía lo que en realidad sentíamos. Pero ¿Cómo explicarlo eso a mi mejor amiga?

- Solo somos dos personas que se aman- contesté timidamente. Yo no era de esas personas que le decían a todo el mundo lo que sentía, sino más bien era muy reservada.
Jenny suspiró como una enamorada y se sentó en su lugar.

La clase había terminado y gracias a Dios nadie siguió regalandonos miradas.
El que no se había salvado de mis miradas fue Bruno, quien estaba a unos metros de distancia.

Ni bien tocó el timbre de salida, corrí hasta él y lo tomé por el brazo.
Necesitaba conversar con él, necesitaba hablar de tantas cosas con Bruno y este no se me escaparia.

-Bruno- dije sonriendo.
Mi compañero se dio la vuelta y me regaló una sonrisa enorme.

-Hola Oriana- respondió y me dio un beso en la mejilla. Eso me tomó por sorpresa ya que nunca antes lo había hecho.

-Necesitamos hablar- Bruno asintió y caminó hasta un banco libre. Lo seguí y me senté junto a él. De inmediato, y como todo Serrano, comenzó a fumar un cigarrillo.

-Oye, mis padres harán un evento este fin de semana y bueno, estás invitada- Exclamó. Pude ver una chispa de felicidad en su rostro y no pude sentir una punzada en mi estómago.
No podía seguir engañando a los padres de Bruno, y tampoco podía herir a Julian si seguía fingiendo.

-Yo tengo que hablar contigo de algo importante- Cambié de tema.

-Bueno, entonces dispara rápido- dijo luego de haber eliminado el humo de su boca.

Era increíble lo sexy chico malo que Bruno podía aparentar que era, pero en realidad solo era como su hermano. Un chico dulce, sensible, caballero, gracioso y respetuso. Aunque un poco vanidoso.

-Conozco a tu hermano- dije sin respirar. Bruno me miró de inmediato

-Ya lo sé- exclamó. Colocó sus manos dentro de sus bolsillos y volvió su mirada hacia adelante.

-Lo conozco muy bien. Él y yo estamos en algo así como una relación- Cerré los ojos esperando algún grito o algo por parte de Bruno, pero nunca ocurrió. Abrí mis ojos y vi que Bruno seguía en la misma posición anterior.

-Que raro Julian sacandole ventaja a su hermano- río y se levantó del asiento.

-¿Qué?- pregunté confundida.

-Nada. Puedes irte con mi hermano- respondió y comenzó a caminar hasta la salida

Corrí hasta él y me coloque delante de él impidiendo que se fuera.

-Bruno, no seas así y trata de entenderme- Bruno me miraba pero no respondía ni una sola palabra.

-Yo amo a tu hermano. Lo conozco hace tres meses ya que él es el niñero de mi hermano.
Siento mucho haberte ocultado todo esto- exclame mirando el suelo.

-No es necesario que me des explicaciones, Oriana. Francisco me contó todo. Tampoco es necesario que sigas en lo que te he metido- Aunque sus palabras habían sido gentiles, su tono de voz sonaba totalmente a enojado. No queria perder a Bruno como un amigo.

-Lo siento mucho Bruno- dije casi al borde de las lágrimas. -Me hubiese gustado ayudarte a recuperar tu pasión, pero así no puedo-

-Claro que no puedes. Mi hermano siempre impide todo. No le importa nada de nadie. Mientras él esté bien, se caga en los demás- escupió furioso -Y tu sabías lo que él me había hecho y no te importó- salió de alli pero de nuevo lo tomé por el brazo a lo que Bruno bufó.

-No digas eso. Sé muy bien cómo fueron las cosas. Julian me lo ha contado todo, y creeme que no es lo que tu crees. Dale una oportunidad a tu hermano, él en verdad te quiere demasiado- Bruno al escucharme se puso tenso y salió de mi agarre.

-Entiendo que te hayas enamorado de mi hermano y que por eso le creas todo lo que dice. Pero no vengas a pedirme que yo crea lo mismo que tu. No puedes venir a pedirme que lo perdone solo que porque tú lo crees inocente- habló enojado -Y no puedes venir a entrometerte en la vida de los demás- suspiró -Yo te quiero, Oriana. Eres una gran amiga, pero hay límites. Te agradezco lo que has hecho por mi, pero ahora no podemos ser más amigos. El que está de lado de mi hermano, está muy lejos de mi-

Me quedé estática en mi lugar viendo como se alejaba Bruno.
Me había dolido lo que habia dicho y lo que había pedido. En realidad yo quería ser amiga de Bruno. En estos últimos meses había aprendido a quererlo y me gustaba pasar tiempo con él. Siempre había querido tener un mejor amigo hombre y ahora esa posibilidad se había esfumado.
Comprendía a Bruno y a su dolor, pero era necesario todo esto. Yo debía priorizar mi relación o lo que sea con Julian. Ahora que estaba todo bien con él no quería arruinar nada.

Caminé en dirección contraria a Bruno y tropecé con Jenny.
Mi mejor amiga parecía haber visto toda aquella escena ya que me miraba con pena.

-Perdí a mi único amigo hombre- dije en un pequeño sollozo.

-Pero has salvado tu relación- inquirió Jenny mientras me abrazaba -Tranquila, que ya verás cómo se soluciona todo. Aunque me cueste admitirlo, Bruno es un buen chico y te perdonará-

-Hasta que no se reconcilie con su hermano, nada se solucionara- dije mordiendo mi labio que estaba temblando por las ganas de llorar.

-Entonces haz que se reconcilien de una vez por todas- me separé de Jenny y la ficha me cayó.

Sabía lo que podía debía hacer.
Tenía un buen plan, solo había que llevarlo a cabo.

Mi niñero preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora