Capitulo 30

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Narra Alex

"Estoy embarazada" dos palabras que rondaban todo el tiempo en mi cabeza.

Que Jenny esté embarazada es algo importante, porque somos muy jovenes y aunque Julian me haya dado un discurso acerca del nacimiento de un hijo aún así no puedo dejar de hiperventilar cada vez que recuerdo el rostro lleno de lágrimas de mi novia.

Me removí incómodo del asiento de mi auto. Julian iba manejando mientras me daba consejos de cómo poder enfrentarme a Jenny sin que me golpeé sin piedad.

Miré hacia atrás y vi a Nicolas que estaba leyendo la revista Forbes.

-Eh, tú ¿No tienes otra cosa que leer?- pregunté a mi sobrino. Nicolas me miró sorprendido y nego con la cabeza.

-Esas revistas no te llevan a ningún lado. Se nota que no tienes problemas, porque si fuera así no estarías leyendo esas estupideces- largué enojado. Nicolas no tenía la culpa, pero tenía que descargar mi rabia.

-Si tu tienes problemas no es mi culpa- dijo Nico enojado -Si no sabes cómo solucionarlos pues pon a trabajar a tus neuronas y deja de fastidiar a los demás- contestó y bajó su mirada a la novela. Miré a Julian y noté que se reía divertido

-Amo a este chico- dijo Julian refiriendose a mi sobrino.

Suspiré y mire la ventanilla ¿ahora que haría? Tendría que trabajar para mantener a mi familia y también estudiar para así poder recibirme de doctor.

Volví mi vista atrás y ahora Nicolas se notaba pensativo. Él es un niño inteligente, no lo culpo, su padre también lo es, y Oriana, bueno Oriana es como yo, media tontita. Nicolas pareció recordar algo y sacó una lapicera de su mochila y comenzó a escribir rápidamente. Seguramente él sabría que hacer con Jenny. A lo mejor si abandono a mi novia, Nicolas podría hacerse cargo de mi familia, y pues él le daría todo lo mejor a ellos.

Sin darme cuenta ya estabamos fuera de la casa de Jenny. Julian palmeo mi hombro y me empujó hacia afuera.

-Te espero en el auto- masculló y cerró la puerta con seguro.

Caminé lento hasta la puerta de entrada y espere unos segundos antes de tocar el timbre. Cuando me decidí a hacerlo, la puerta se.abrió de par en par dejandome ver el rostro de Jenny, que al parecer iba a salir. Su cara estaba roja como un tomate, y sus ojos estaban más hichados que los labios de una vedette.

-Jen- no pude terminar lo que quería decir ya que mi novia había golpeado mi rostro de una manera brutal. Me agaché y tomé mi cara. No podía respirar, y mi nariz la sange fluia como un manantial.

-Vete- gritó enojada. Levanté la mirada y vi como los ojos de Jenny bajaron a mi nariz y con sus manos se tapó la boca.

-Mierda- susurró. Me tomó por el abrigo y me adentró a la casa obligándome a sentarme en el sofá. Esperé que ella me limpie el rostro y con la mejor cara de disculpa me preparé para pedirle perdon.

Había hecho mal al echarme a correr cuando ella me confío su embarazo.

-Puedes irte. Y no vuelvas- habló fría.

- Lo siento- empecé a hablar cuando ella ya estaba sentada a mi lado -Pero es que me asusté tanto que no supe cómo reaccionar. Para mi es difícil tener que poner a trabajar mis neuronas como dice Nicolas. Tenía que procesar toda esta información- respiré unos segundos. Jenny solo me miraba sin decir palabra -Cuando salí me entere que la abuela de Oriana está algo grave y tuve que ir a buscar a Nicolas. Cuando lo busqué pasé por el parque y mientras él jugaba yo lo observaba. Observé cada niño de ahí, y puedo asegurar que más de uno habrá pensado que era un pedofilo. Luego apareció Julian y hablamos unos segundos. Él me hizo reaccionar de todo esto. Me contó acerca de sus padres, que pasaron lo mismo que nosotros, y bueno pues ahora él está aquí porque los padres remaron o algo así. Y yo quiero hacer lo mismo contigo. Quiero estar contigo hoy y siempre- dije sin esperar respuesta. Sabía que era ahora o nunca. Debía confesar todo. Jenny debia saber que la amaba.

-Yo, Alex no sé si puedo con todo esto. No quiero obligarte a nada- dijo aguantando las lágrimas.

-Sabes Jenny- hablé despacio -Nunca nadie me obligó a nada- la mire a los ojos, esos ojos que tanto me enloquecian -Nadie me obligo a amarte. Nadie me obligo a querer estar todos los dias en casa de mi sobrina para así poder verte. Nadie me obligó a pensar en ti todos los días desde aquel día que llegaste a casa de mi hermano con esas trenzas largas vestida de pocahontas aunque ella era morena y tu eras rubia. Solo tenías ocho años- suspiré -Y nadie me obliga a querer decirte que no me siento obligado a cuidarte a ti y a nuestro futuro hijo. Te amo tanto que daría mi vida una y otra vez por ti. Te amo tanto que venderia mi cuerpo sexy por ti- dije sincero. -Te amo tanto que si tu no estás conmigo puedo llegar a morir. Por favor dejame ser parte de sus vidas- Jenny ya no contenía sus lágrimas y yo estaba traspirando como testigo falso. Necesitaba a Jenny para poder vivir. Y aunque piense que desde ahora en más todo será difícil, creo que sin Jenny mi vida sería una mierda y no estoy dispuesto a perderla. Además de que Oriana me golpearia sin piedad.

-Siempre pense que nunca te fijarias en mi. Estuve años queriendo estar contigo- dijo llorando.

-Si, pues, es que tenía miedo de estar en una relación seria- dije rascando mi cabeza -Y porque no quería tener novia todavía- dije encogiendome de hombros -Me arrepiento de haber perdido tanto tiempo sin ti- dije y la tomé en mi brazos. Quería besarla, abrazarla, y nunca jamás soltarla. Jenny era mia, siempre fue mía y siempre será mía.

-Te amo- dijo Jenny cuando nos separamos. -Y te obligo a nunca jamás dejarme otra vez. No me veo un día sin ti- y esas fueron las palabras que guardaré por el resto de mi vida.

Escuché el timbre de la casa y fui a atender. Allí estaba Oriana.

Orina estaba furiosa.

Oriana me mataria.

Oriana es mi futura asesina.

-¿Dónde está Jenny?- preguntó adentrandose en la casa. Oriana de inmediato se acercó a ella y la abrazo y juntas comenzaron a llorar. Suspiré al ver la escena, las mujeres son taaaaaaan cursies.

-Por lo menos ahora se abrazan- dijo Julian a mi lado. Lo miré sorprendido, pero luego me cayó la ficha. Él entró porque ahí estaba Oriana.

Asenti con la cabeza y lo mire unos segundos. Tanto él como Oriana se pensaban que yo no sabía lo que pasaba entre ellos. Se muy bien todo lo que aquí pasa y aunque no me crean, pienso que uno es más idiota que el otro. Julian un lento y Oriana una orgullosa. Soy un tío celoso, pero también quiero que mi sobrina sea feliz con la persona que puede brindarle eso. Y aunque Francisco es un buen chico, Julian con todos sus defectos, él ama a Oriana ¿Tanto como yo amo a Jenny? No se, pero aún así creo que la ama lo suficiente.

Tendría que ayudarles. Debo ayudarles.

Mi niñero preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora