Llegué a casa sumamente cansada por el día que había pasado, pero debia de admitir que había sido un día genial. Si había algo que sabía es que Francisco me gustaba, y mucho, eso me quedo más que claro por lo que he vivido hoy.
Dejé mis cosas en la entrada y me dirigí a la cocina. Y adivinen quién estaba ahí..
-Hola Alex- saludé y este ni siquiera me miró. -HOLA- grité llamando su atención
-Hola- dijo desganado
-¿Has estado aquí desde que me fui por la mañana?- pregunté asustada. Mi tío al escucharme sonrió y negó con la cabeza. Salí de allí, a lo mejor no querría hablar y yo no insisitiria, claro que no.
***
¿Has ido dónde?- preguntó exaltada mi mejor amiga. Jenny había venido a visitarme ya que estaba aburrida en su casa y su supuesta enfermedad había desaparecido.
Sin levantarme de la cama tome un zapato y se lo lance por sobre la cabeza. Hace media hora venía hablándole de lo mismo y quería que le comente más y más detalles, los cuales ya era imposible hacer.
-Con Fran, a la playa, a comer chocolate- dije tratando de contener mi risa. Jenny me miró sin ninguna expresión.
-Asi que ahora te crees chistosa- dijo acercándose a mí – Eso es porque estas mucho tiempo con Fran y me has abandonado- largó en un tono enojado. Luego, se sentó en el borde de mi cama mirando sus zapatos.
-¿Y a ti que te pasa?- me senté en la cama mirándole más de cerca –Esto es algo que no quería conversar, porque tú siempre me evades cuando trato de hablarte sobre ello, pero creo que ha llegado el momento- exclamé en un tono pasivo. La cabeza de Jenny se levantó, pero ni siquiera me miró.
-¿De qué hablas?- preguntó, más bien, haciéndose la desentendida.
-Tu sabes muy bien sobre lo qué te hablo- dije un poco más alterada –Acabas de echarme la culpa de que ya no estemos tanto tiempo juntas como lo hacíamos antes, siendo que el motivo de ello es que tu desapareces y te vas con tu chico misterioso- dije inclinándome hacia atrás y tomando un poco de aire. No quería enojarme con Jenny. Ya no quería enojarme con nadie. Estaba cansada de vivir gritando y llorando.
-Yo..-empezó a hablar Jenny
-Yo no puedo decírtelo, lo siento Oriana- Imité su voz. Jenny sin mirarme, asintió y se cayó de espalda, chocando contra la cama.
-Oriana, sé que te molesta todo esto, y te entiendo, yo estaría más que molesta si hubiese sido todo al revés- dijo en un tono melancólico, casi a punto de llorar – Y no es que no confíe en ti, porque eso no es así porque confío más en ti que en mi misma. Pero el me ha dicho que no puedo decirte nada, y pues, asi lo haré- Me quede estática en mi lugar. Él le había dicho eso.. si juntamos piezas entonces yo lo conozco, y él me conoce y teme que yo lo sepa.
-Eso es porque lo conozco- dije enojada –TIENES QUE DECIRME- grité e hice que Jenny se largara a llorar frenéticamente.
-Lo siento Oriana, lo siento- dijo parándose de su lugar y tomando su abrigo –Yo lo siento, no puedo decir nada- Y se fue corriendo. En otro momento la iría a buscar, pero estoy cansada de ir y mimarla, si al fin y a cabo ella es la que se ofendió. Y por mas que la siga no me dira nada.
Haciendo un listado de todos los chicos que podrían estar con Jenny, ninguno de ellos tiene algún tipo de problema conmigo, como para no querer compartir aquello de su relación. A menos que...a menos que sea Alex.
Me paré de la cama y empecé a deambular por mi habitación. Alex no podría serlo, él ha estado con chicas este ultimo tiempo y ha tenido citas y todas esas cosas. Pero tampoco es que sé quienes son esas chicas. Esas citas podrían ser con Jenny.
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Mi niñero preferido
Novela JuvenilEstaban enamorados. Se notaba por la forma en que se miraron entre si... como si tuvieran el secreto más maravilloso del mundo entre ellos...