Capitulo 32

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Había llegado a casa de mi novio algo aturdida. Julian y sus cambios de humor junto a mi tío me ponían nerviosa ¿estarían tramando algo?

Toqué el timbre nerviosa. Era la segunda vez que pisaba la casa de Francisco.

-Hola Oriana- saludó su madre abriendo la puerta -Pasa- exclamó sonriente.

-Gracias- digo devolviendo la sonrisa -Vine a ver al enfermo- la madre de Francisco arrugó su frente y luego largó una risilla

-Fran no está enfermo ¿eso te ha dicho?- palmeo mi hombro -Está en su habitación, pasa- dijo guiandome hasta la pieza de su hijo.

O yo cada día me estaba volviendo más inútil o todos a mi alrededor reaccionaban algo raro.

Toqué dos veces la puerta de Fran y nadie contestaba. Volví a tocar y alli un hermoso Francisco serio abrió la puerta. Al verme este se sorprendió pero en ningún momento se notó feliz de mi presencia.

-Hola- saludé con un beso, el cual Fran solo se quedó quieto. Sin saber qué decir con todo esto, empecé a mirar hacia mis costados.

-Pasa- exclamó Fran e ingresó a su habitación. Cerré la puerta detrás de mi y lo seguí hasta su cama.

Habían pasado diez minutos y Francisco no decía ninguna palabra, solo tomaba sus libros y leía sin importarle mi presencia.

Nunca había pasado por esta situación. Francisco siempre ha sido un total caballero y un hombre sumamente simpático.

-Creo que llegué en un muy mal momento- exclamé levantandome de mi lugar decidida a irme.

-¿A que has venido?- preguntó Francisco levantando su cabeza hacia arriba para asi mirarme por primera vez en el día.

-He venido a verte- bufé enojada -Me han dicho que estás enfermo-

-¿Y tu me ves enfermo?- preguntó serio. Este Francisco no era el Francisco que yo conocía, y eso no me estaba gustando.

-Creo que no- dije sin saber qué responder.

-No, no lo estoy- exclamó casi en un grito -Lo sabrias si en algún momento de tu puto día me escribieras- suspiró furioso -Lo sabrias si en algún momento pensaras en mi y me llamaras o contestarias mis mensajes- se paró de golpe y se acercó a mi.

Yo seguía estática en mi lugar. Todo lo que habia dicho era cierto, pero no era algo personal, yo era así con todas las personas y no era algo intencional.

-Tu sabes mi relación con mi celular- dije insegura -Nunca sé dónde está. Ni siquiera ahora- tartamudié. No quería pelear con mi novio porque no sabía como iría a reaccionar.-

-Claro- rio -No tienes tiempo- se cruzó de brazos mirandome con sospecha.

-No mucho- dije segura -Sabes, en este último tiempo me han pasado tantas cosas- agregé dispuesta a contarle todo a mi novio, desde Julian hasta Bruno y Sabrina e incluso mi tío y su nueva familia. Ahora era mi gran momento.

-Si eso seguro- hizo una pausa -Tienes que atender a tus otros novios, esos que tienes por ahi- a mi corazón casi le da un ataque al escuchar todo eso. Ahora entendía porqué Francisco se comportaba así. Me sentía mal, muy mal. Mi madre siempre decía que uno debe decir las cosas a tiempo e ir con tu historia primero que otros porque por más que sea mentira, siempre la primera versión es la mas creíble y compradora.

-¿Qué dices?- pregunté. A lo mejor había era una pregunta caprichosa o yo había escuchado mal.

-Sé todo Oriana- pasó su mano sobre su rostro reiteradas veces - ¿Cuánto tiempo más pensabas ocultarme todo?- la mirada de Fran mostraba algo más que enojo, mostraba desilusión, pena y sinónimos de tristeza.

-Yo- exclamé casi al borde del llanto

-NO- gritó Francisco interrumpiendome -No digas nada. No sigas mintiendo- tomó en sus manos un par de libros y los lanzó en el aire. Cerré mis ojos por toda esta escena y ahora mis lágrimas salían más rápido que nunca. Quería disculparme con mi novio, pero no quería vivir ninguna escena de violencia.

-Pude tolerar que estés enamorada de Julian porque pensé que en algún momento te llegarias a enamorar de mi. Pero no puedo tolerar que me metas los cuernos con nada menos que con Bruno Serrano- se acercó a mi -¿En qué momento te convertiste en una zorra?- preguntó furioso -¿O siempre lo fuiste? No me sorprenderia que lo fueras. Bruno siempre tuvo novias putas- rio y mis lágrimas cada vez aumentaban más y más. Yo no sirvo para estas agresiones. Nunca nadie me había gritado de tal forma y menos me habían dicho tal barbaridades.

-YO NUNCA HE SIDO LA NOVIA DE BRUNO NI DE NADIE QUE NO SEAS TU- Grité furiosa -Y puedes que tengas razon. Estoy enamorada de Julian, y tu pedazo de mierda, nunca lo podrías superar porque no le llegas a los talones- volví a gritar con los nervios a flor de piel. Francsisco solo me miró unos segundos y volvió a hablar.

-Pobre de Julian. Tener que esperar por tan poca cosa como lo eres tu. Vete- se dirigió hasta la puerta y la abrió en señal de que me fuera y sin pensarlo salí de allí hecha un mar de lágrimas.

Lo merecía todo. Todo lo que Francisco había dicho de mi era verdad, era una zorra y siempre me he comportado así junto a él. Y alguien como Julian no tendría que estar conmigo.

Julian al final era la mejor persona que conocía, y yo siempre pense que Francisco lo era. Julian nunca me había juzgado y estoy segura que nunca me habría agredido verbalmente como lo hizo Francisco

Soy una idiota y siempre lo seré. Merezco todo esto por no haberme dado cuenta que debí haber estado con Julian a pesar de todo.

Llegué a mi casa y al abrir la puerta me encontré con Julian preparando la maleta de Nicolas. Al verme esbozó una sonrisa, pero de inmediato se le borró y yo al instante me derrumbé en llanto.

Mi niñero preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora