Capitulo 15

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Desperté y mi mejor amiga ya no estaba allí. Se había ido sin despedirse, pero al mirar a mi alrededor vi que había dejado una nota en la mesa se luz.

"No te saldras con la tuya Oriana. Hablaremos te guste o no"

Reí al verla, me hacia acordar a algunas películas, de esas que dejan notas despidiéndose después de haber pasado la noche entera con su novia/novio. Obviamente este no era el caso de Jenny. Nauseas invadieron mi ser al pensar en Jenny como una novia.

Me levanté con toda la pereza del mundo y me dirigí hasta la cocina ya que tenía hambre, recordé que solo había tomado un café con Jenny y eso fue hace unas 5 horas. Abrí la nevera y como nunca había un plato de fideos con pollo al horno, juro que en esos momentos fui feliz.

Me sorprendí al notar que nadie andaba por allí y durmiendo era más que seguro que no estaban. Metí el plato en el microondas y los busqué por toda la casa, algo que me hizo perder el tiempo ya que no estaban.

Tomé el móvil y llame a Alex varias veces, pero me daba ocupado. Después de tanto debatir con mí yo interior, deje mi orgullo de lado y marqué el número de Julian.

-Hola Oriana- El tono de voz de Julian fue extremadamente dulce e inconscientemente suspiré como una niñita enamorada.

-Julian- fue lo único que pude soltar una vez que había recobrado la compostura -¿Dónde están?- pregunté llevándome el tenedor lleno de fideos a la boca.

-Estamos en la heladería. A tu hermano le dio ganas de comer helado y pues lo he traído, pero no te preocupes que ya te llevamos a ti ¿de crema americana cierto?- preguntó a gritos. Se podía escuchar muchísimas voces de niños gritando y corridas de un lado a otro.

-Si, de crema americana- dije entusiasmada.

-Vale, nos vemos luego Orianita- respondió casi riendo al decir mi nombre modificado mientras que yo rode los ojos, odiaba que me digan así.

-Adios Juliancito- dije burlándome de él y este largó una carcajada para después colgar la llamada.

No podía creer lo que este chico podía causar en mí. Yo me había propuesto ignorarlo los tres meses que restaban para que se vaya y como veras no he podido ignorarle siquiera una semana. Y aunque quisiera negarlo sabía perfectamente todos los porqué a mis preguntas y era que Julia me trae loca, tal como él lo había dicho.

La televisión era un asco, no había nada para mirar y eso me frustraba, ya había recorrido toda mi casa en busca de diversión pero no lo había conseguido y por eso es que ahora me encontraba mirando los dibujitos en el canal 200.

Al escuhar abrirse la puerta acomodé mi ropa que se había desacomodado al sentarme en el sillón y alisé mi pelo con mis dedos.

-Oriana- gritó Nicolas y me atrapó en un abrazo mientras depositaba besos en mi cara.

-Para ya Nico- dije riendo por su reacción.

-Hemos ido por helado- cantó alegre y se sentó a mi lado.

-Lo sé pequeño- dije sonriendo -¿Tenías muchas ganas de comer helado?- pregunté y él asintió repetidas veces -Me di cuenta- inquirí parandome para ir en busca de mi helado.

Fui a la cocina, abrí la nevera y no había nada, miré a mis costados, en la mesa pero tampoco encontré nada. Abandoné triste casi arrastrando los pies de la cocina y me senté nuevamente en el sillón, Nicolas ya no estaba allí.

Incliné mi cabeza en el respaldo del sillon tratando de despejar mi mente de todo lo ocurrido hoy en el shopping. No quiero imaginar lo que hubiera pasado si Bruno no hubiese estado allí.

Mi niñero preferidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora