Cambiando las cosas

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Sumido en una profunda necesidad de quedarme mirando la tv toda la tarde, me encontraba tumbado en el sofá, cambiando los canales de uno en uno luego de haber quedado junto a la empleada en la casa, solos.

No quería darle importancia al hecho de que una nueva chica de limpieza se encontraba en casa. Cualquiera pensaría que ya estaba acostumbrado a ello, pero esta última vez creo que ha sido peor. Mi padre no era de contratar a chicas menores de edad a trabajar en casa y eso era muy extraño.

Solo mirándolo con cabeza fría parecía algo loco. Una chica de dieciséis años trabajando para tres hombres, de los cuales solo el hijo menor estaba en casa, un chico de su misma edad, conviviendo día y noche.

Sin duda alguna esta vez no sabía que era lo que planeaba mi padre con todo esto.

Abro mis ojos y la tv aún sigue allí, encendida en espera de que cambie el canal por algo más entretenido que solo ver las subastas en Detroit. Decido en apagarla, dejando que mis pensamientos volarán como muchas veces lo hacían cuando estaba aburrido.

No recuerdo como mis pensamientos lograron tomar un rumbo diferente de mi padre a la empleada, de hecho fueron a parar a aquella chica, de una estatura media y esa amplia sonrisa que ha usado al presentarse.

Es linda lo admito, tiene un cuerpo bien formado, esas curvas bien definidas, su carita tan angelical. Sin duda alguna una chica que da mucho de qué hablar. Si tan solo no viniera de una clase baja. Y no es que yo me fijara en ello. No obstante teníamos estatutos los cuales cumplir según mi padre. Tradiciones absurdas que dejan mucho que desear aun con el pasar de los años.

Reglas y hábitos que yo no estaba dispuesto a seguir. Sabía que estaba desobedeciendo una orden directa de mi padre ¿Pero quién en su adolescencia no lo hace? Podría decir que la chica era linda, y no miento ya que lo es de cierta forma, acostarme con unas tantas, pero a fin de cuentas solo eran una simple aventura. Nada sin ninguna importancia o ligue sentimental.

Estaba más que seguro que esa empleada solo quería colarse a nuestra familia para sacarnos dinero, más del habitual al trabajar para mi padre. Aun así, estaría al tanto de sus movimientos. No me gustaba la forma en la que logró mirar a mi hermano esta mañana, ni mucho menos. Debía tener absoluto cuidado en cuanto a ella.

Las horas pasaban en las cuales me había decidido en subir a mi habitación. La casa se encontraba en un absoluto silencio, algo extraño para estar limpiando en ella aquella chica. Me levanto de mi lugar, estirando mis articulaciones, para acto seguido llevar la mirada hasta las escaleras, donde supongo ella se encuentra ahora; las habitaciones.

Paso mis manos por mi cabello ahora seco, caminando con parsimonia hasta las escaleras. Las dudas llegaban a mi mente. Se supone está limpiando, pero a menos que no haga ruido al hacerlo, dudo mucho de ello, más que husmear en las habitaciones en busca de algo valioso.

Iba a perder el tiempo, todo lo de valor mi padre lo tenía resguardado en una caja fuerte en su despacho. Aquella habitación en la plata baja que había convertido en su oficina en casa. Esa que solo él estaba autorizado a entrar.

Aparto esos pensamientos en mi mente cuando subo las escaleras hasta el segundo piso donde están las habitaciones y la veo en la puerta de mi morada. Procediendo a acercarme a ella con dudas e interrogantes, mi subconsciente crea hipótesis de lo que hacia allí. Claro que no lo estaba limpiando. No tenía nada en manos que corroborara esa posibilidad más que su mirada fija dentro de la habitación, con su boca semi abierta y sus ojos centellantes, dejando ver sus orbes verdes más intensos que antes, captando mi atención.

Siento un leve escalofrío en mi espina dorsal cuando ella comienza a caminar dentro de la habitación sin siquiera inmutarse de mi presencia en el pasillo. Obligo a mis piernas a moverse, pues no iba a dejar que esa chica entrara a mi habitación de buenas a primeras y aunque fuera la empleada doméstica, tengo reglas a las cuales se tiene que atener.

Un Amor Verdadero ♥© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora