No soy gay

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 —Así que eso fue lo que paso ¿No? —Habla Haniel con duda, al momento de terminar de contarle lo que había pasado en la noche anterior.

—Sí, eso fue lo que pasó. —Comento sin mucha importancia.

Nos encontramos en el comedor. Después de que perseguí a Haniel por toda la casa, y lo logre alcanzar; me tiré encima de él para poner halarle los cabellos mientras que él mordisqueaba mi brazo derecho. Fue una escena demasiado bizarra para volver a repetirla, Dandelion fue la que nos reprochó he hizo que termináramos nuestro juego infantil. Pensándolo ahora, lo que hicimos lo hacen los niños de cinco años, no uno de dieciséis y otro llegando a la adultez, tal como Haniel.

Mientras nosotros estábamos en nuestro juego, Dandelion aprovecharía de ducharse y cambiarse por que ya estaba cambiada y arreglada para hacer el desayuno. Nosotros terminamos de comportarnos como idiotas y cada quien se fue a su habitación a cambiarse para el desayuno.

Jamás volvería a repetir esa escena nunca más.

No recuerdo cuando fue la última vez que me divertí así. Sin embargo ahora me reía de lo gracioso que se tuvo que haber visto todo.

Cuando ya estábamos listo bajamos hacia el comedor, Dandelion tenía el desayuno listo, nos sentamos a comer y ahora estoy aquí, contándole a Haniel lo que pasó anoche, cuándo llegó mi ex, la confesión, el beso, como nos hicimos novios... Etc. Hasta llegar a la casa. Obvio no se lo conté con lujos y detalles como él quería y tampoco le he contado sobre el bosque que ahora es mío y de Dandelion. Es preferible mantenerlo en secreto por ahora y siempre.

—Aww no lo creo... Y yo que pensaba que no querías nada serio con nadie hermanito. —Indica Haniel con cara pensativa. —Hasta juraba que te estabas pasando al otro lado...

—¡¿Cómo?! —Grito incrédulo, atragantándome con el sándwich que tenía en la boca.

—Aja, lo que escuchaste, ya que como no has tenido novia desde hace un largo tiempo y rechazabas a todas las chicas que se te insinuaban, pensaba que ya te estaba perdiendo. —Manifiesta con normalidad.

—¡Eres idiota o qué! —Grito furioso, estaba dispuesto a lanzármele encima nuevamente y propinarle un par de golpes en el rostro, pero escucho la risa de Dandelion desde donde está, lavando los platos. Fulmino a Haniel con la mirada y este se encoje de hombros restándole importancia. Echo mi mirada nuevamente a Dandelion la cual se encuentra aguantando la risa. Niego un par de veces levantándome de mi asiento.

Me acerco a ella muy sigilosamente y la rodeo con mis brazos por detrás haciendo que esta soltará el plato en el lava vajillas, muerdo su cuello y ella se sobresalta.

—¡Dilan! —Susurra bajo, sentía la mirada de Haniel sobre nosotros. —Me has asustado. —Habla volteándose, quedando frente a mí.

—¿Acaso soy muy feo? —Bromeo. Ella suelta una leve carcajada negando. Me acerco a ella, para acariciar su mejilla y rozar sus labios, quiero volver a probarlos otra vez, pero ella se aparta discretamente con un sonrojo.

—Tu hermano nos ve. —Lleva su mirada por detrás de mi hombro, echo mi mirada atrás y efectivamente Haniel tiene su cabeza apoyada en su mano viéndonos con una sonrisa. Expectante de todo lo que puede pasar entre mi novia y yo.

—Tendrá que acostumbrase. —Comento viéndola. Paso mi mano por su cintura y la apego más a mí. Si eso era posible. La verdad no me importaba si Haniel nos miraba a no, él decía que soy gay, pues le demostraré lo contrario.

—¡Ohhh que lindo...! —Expresa Haniel con una vocecita chillona. —¡Que viva el amor! —Pestañea como niña enamorada, niego un par de veces apartando mi mirada de la de él. —Y hablando de eso. — Se levanta de su asiento. —Iré a ver a mi novia. —Se acerca a Dandelion separando la de mí, le da un abrazo, ella lo corresponde un poco dudosa pero lo hace.

Un Amor Verdadero ♥© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora