Confesiones

1.6K 115 54
                                    

Me levanto  de la cama y me seco las lágrimas que hasta el momento no lo había hecho. Trato de poner una buena cara, no dando resultados, giro la perilla de la puerta muy despacio, se escucha el chillido de las bisagras de la puerta al ser abiertas. Al estar abierta completamente lo primero que captan mis ojos son los ojos verdes que tanto llaman la atención de la empleada.

Ella me observa con un poco de pena. Trato de cambiar mi semblante a uno que denote confianza y firmeza delante esta situación, sin embargo se forma una pequeña mueca en mis labios, que estoy seguro ella ha notado. 

Dejo que pase a mi habitación y cierro la puerta tras de mí.

—Dilan, sólo quería decirte que la comida ya está lista. —Habla apartando su mirada de la mía. 

No respondo, no quiero bajar a comer y tener que verle la cara al idiota de mi hermano.

—No se... —Susurra pausadamente hacia mí. —Lo que te ha dicho tu hermano, pero tienen que arreglar sus diferencias; no pueden estar así toda la vida tratándose con... Indiferencia. —Pasa una de sus manos por su mandil, tratando de estirarlo buscándole una arruga inexistente en ella.

—Pero  tienes que saber también, que acabo de venir de la habitación de Haniel y esta igual o peor que tú. Se les nota en el rostro de cada uno que estaban llorando. Y nos los culpo por que por más frío que aparentas  ser tu... —Eleva su mirada buscando la mira con determinación. —Debes dejar salir tus sentimientos de vez en cuando y no tratar de reprimirlos.

Desde que Dandelion empezó a hablar no la he dejado de ver, con una cara de asombro. Como es posible que se halla  dado cuenta de que estaba... Sus palabras calaban en mi mente una y otra vez, ella tenía algo de razón. 

En cuanto a lo de Haniel ¡No, no lo puedo creer que Haniel también estuviera llorando! Esto es sorprendente.

Ella se da la vuelta para retirarse de mi alcoba, no sé lo que me esta pasando ahora mismo, es como si mis manos reaccionaran por si solas, como un acto reflejo tomo su hombro con algo de fuerza, dándole la vuelta para extractarla en mis brazos con fuerza, hundiendo mi rostro en su pecho. 

Ella al parecer se sorprendió por mi acto porque pega un leve salto al sentir que la rodeo con mis brazos. No la suelto mas bien la aferro más a mi agarre en su cintura. No la quiero soltar, aunque no lo crea la necesito. Necesito a alguien con quién desahogarme en estos momentos. Y ella es la mejor opción ahora. 

Pasa sus brazos por mi espalda dándome un cálido abrazo que me reconforta y me da una paz interior, aunque mi angustia no desaparece del todo.

—Ya. —Susurra bajo, como cuando quiere tranquilizar a un niño pequeño, que se refugia en los brazos de su madre. —Todo va a estar bien. —Asegura mientras pasa su mano derecha por mi cabello acariciándolo. Este acto me molestaría si viniera de mi hermano pero con ella es diferente se siente tan relajante, tan bien y lleno de un cariño que desprende de ella. 

No me doy cuenta cuando ya estamos sentados en la cama yo aun abrazada a su cintura y ella dándome palmaditas en la espalda, no soy consiente cuando me hecho a llorar de nuevo como un niño pequeño que busca la protección de su madre.

Solo lloro sin decir nada, aferrado a su cintura, en estos momentos no me  importa que la empleada me vea llorar, en estos momentos no me importa si mis sollozos se escuchan por toda la casa, en estos momentos no me importa nada en absoluto.
Aveces las personas que somos fuertes por fuera por nuestra expresión, son las más débiles por dentro... Y eso es lo que soy ahora. Una persona débil, que trata de aparentar indiferencia, y arrogancia. Pero no soy más que una persona destrozada por dentro. 

Un Amor Verdadero ♥© (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora