¿Sabes quién soy?

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Me miro de nuevo en el espejo, mi cabello castaño está levemente rizado, llevo un vestido cuatro dedos más arriba de la rodilla totalmente negro, finalmente decido ponerme mis converse blancos y un poco de maquillaje

- Kate, ya está a fuera Sabrina- mi mejor amiga me espera lista para ir a una de las famosas fiestas que suelen darse en Seattle

- Ya bajo- me di un último retoque con rímel y un poco de gloss transparente

Bajé las escaleras de mi casa, mientras pensaba todo lo que podía pasar en la fiesta, estoy emocionada

Sabrina estaba sentada con las piernas cruzadas hablando con mi madre, su cabello rubio tomado en una coleta de cabello alta y su vestido rojo resaltaban su tono de piel blanco como la nieve.

- Bien, las espero más tardar a las 2:00am, no más tarde, ¿Okay? - ambas asentimos.

Le di un beso a mi madre en la mejilla como despedida, mi padre trabaja fuera del estado, casi no lo veo y mi hermana mayor estudia en Miami.

Me subí al Mazda de mi amiga, estoy tan emocionada, en mis dieciocho años nunca había salido a una fiesta fuera de la universidad, es conocer nuevas personas y nuevos ambientes

- Estoy tan feliz de que tu madre te dejara venir conmigo, Kate- apretó mi mano y yo solo asentí y sonreí

- Yo también, estoy muy nerviosa- ella rio

- Es normal amiga, la fiesta está a unos veinte minutos, se dice que habrá una carrera- ¿Una qué?

- Pero eso ilegal- ella rio aún más fuerte

- Exacto, sentirás la adrenalina a tope, solo imagínatelo, hombres apuestos montados en esas bestias que corren muchísimos kilómetros por horas, ¿A caso no te emociona ni un poco? - negué con la cabeza, si mi madre se entera me mata

- No, no y no, regrésame ahora mismo a mi casa Sab- ella me miró esperando que me contradijera o algo así

- Kate, yo sé que no eres una santa ni nada eso, pero quizá tienes que aceptar que eres un poco aburrida, es hora de que veas como es el mundo adolescente real- rodé los ojos, quizá y solo quizá sea cierto, mi vida es un poco aburrida, no hago nada divertido o interesante

- Bien, pero nos iremos más tardar la una, queda claro- ella soltó un grito que probablemente me reventó un tímpano

- Esta bien, mamá- bromeo, solo solté una sonrisa. Las carreras, aquí está totalmente prohibido, pero quiero sentir a la famosa adrenalina que todos dicen

Después de los prometidos veinte minutos, llegamos a la enorme fiesta, no era una casa en sí, solo era un terreno que tenía un enorme granero, estaba a un lado de la carretera, donde me supongo que van a ser las famosas carreras las cuales apenas mencionó Sabrina.

Estaciono el auto a un lado de un muy lujoso Mustang negro con franjas azules, ese auto costaba miles y miles de dólares, de eso estaba segura

Ambas bajamos, Sabrina se colocó a mi lado y con un suspiro de mi parte entramos al granero tomadas de la mano para no perdernos o separarnos entre toda la multitud

Al entrar percibo el olor a marihuana, cigarrillos, alcohol y sudor, la música está al tope y con solo el olor me mareo un poco, ¿con qué así son las fiestas fuera de la universidad?

En esta fiesta hay de todo, desde a chicas con poca ropa apunto de tener sexo contra la pared, hasta chicos ahogados en alcohol peleando por una calada de un cigarro o un famoso chupito, aleje mi mirada de ellos.

Caminamos hasta llegar a una melena negra como la noche, esa debe ser Grace, como siempre está preciosa, su vestido azul marino le queda muy bien con su cuerpo lleno de curvas pronunciadas y combina a la perfección con su cremosa piel morena. Ojalá su belleza física fuera igual que la interna, ya que es una persona demasiado desagradable, hemos tenido tantos problemas que ya perdí la cuenta, y si me pregunta ella no es muy mi amiga.

- Miren que sorpresa, Katherine Lexington se hace ver en una fiesta- dice casi gritando y con demasiado sarcasmo en su boca, cosa que me pone de malas.

- Ya hacía falta, tenía ganas de divertirme- Le sonreí amargamente

- Por eso me sorprende, que salgas de cueva y vengas a estos lugares-

- Cállate, Grace- Sabrina salió a mi defensa, Grace tomó un enorme sorbo a su cerveza y puso sus manos como justificándose

- Es solo juego, ¿o no Kate? -

-Claro, solo un juego-

Después de un rato la musíca comenzó a sonar aún más fuerte, Sabrina tomo mis manos y junto con un par de amigas más comenzamos a bailar, admito que me estoy divirtiendo mucho, mis pies duelen un poco por bailar tanto, no tomo así que estoy en mis cinco sentidos, Sabrina se ha tomado dos cervezas y está ahora con su novio Cris, llevan seis meses y me da gusto que mi amiga este con alguien que la haga feliz. Varios chicos me han invitado a bailar sin embargo prefiero hacerlo sola, por lo pronto estoy bailando con Grace y otras amigas de Sabrina.

De repente se formó como una bolita, todos pararon de bailar y se comenzaron a formar en una especie de rueda, ¿Qué mierda está pasando?, la música paró al igual que todos los que bailaban.

Mi baja estatura me permite meterme por las personas con facilidad, no era tan difícil. Logre salir de la multitud, observe como un chico pasaba como si nada, llevaba tatuajes en sus brazos, su cabello era café y tenía puesto una camisa negra manga corta, tejanos del mismo tono y unas botas de militar, fumaba un cigarrillo, todas las chicas estaban mirándolo como un Dios. Por favor es apuesto sí, pero no es para tanto.

Salí de la multitud hasta pasar por un lado de aquel muchacho arruinándole la entrada, estoy molesta, un idiota llega y arruina toda la fiesta, bravo.

Sin cuidado alguno golpeó con mi hombro el brazo del muchacho haciendo que hubiera un silencio molesto, todos se me quedaron mirando como bicho raro incluyendo ese chico. Me tomó desprevenida cuando su mano envolvió mi brazo sin fuerza

- ¿Acaso no sabes quién soy yo, preciosa? - lo mire sin importancia.

- No y no me importarte, ahora si me permites- Me zafé de su agarre- Tengo prisa- Trate de irme, pero sus labios se acercaron a mi oreja

- Entonces tendré que hacértelo saber- dijo con un intento de ser sensual que lo único que logro es hacerme reír

- Si, lo más probable que sea en tus sueños, ten linda noche-

Todos me miraron, algunos reían otros chiflaban, el chico a penas y sonrió, sin tomarle importancia me aleje de ese lugar sintiendo como la mirada de él me quemaba la espalda junto con las demás.

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora