Desperté gracias a los rayos del sol atravesando con brutalidad las cortinas, luego recordé todo y el estómago se llenos de sensaciones raras, muchos sentimientos encontrados.
La habitación de la hermana de Daniel es muy hermosa, las paredes son color blanco, tiene un hermoso librero color café junto al escritorio de madera, la cama es demasiado suave y el edredón huele a rosas.
No tenía ropa para dormir así que Daniel me presto una sudadera azul con él logo de las Vegas en frente, es bonita a mí me gusta, me llega más abajo del muslo cuatro dedos arriba de la rodilla, me dispuse a buscar mi ropa, pero no está, son las ocho de la mañana y dudo que Daniel este despierto.
Bajé con cuidado las escaleras ya que me dolía aún la rodilla
- Hola-
Di un pequeño grito y casi caigo de las escaleras, si no fuera por el barandal mi cabeza estuviera rota. Mire atrás de mí y observe a un Mathew muy sonriente tratando de aguantarse la carcajada
- Ja, que risa- dije con sarcasmo, mientras bajaba las escaleras completamente hasta ponerme junto a él, lleva una camisa roja junto con unos tejanos azules, su cabello rubio está húmedo y lleva los lentes de sol encima de su cabeza.
- Bien muñeca así que Dan ya te llevo a la cama, creí que eras más difícil...- no lo deje terminar cuando lo empuje hacia atrás casi tumbándolo mientras con mi dedo lo señalé de forma acusadora.
- A ver idiota, que queden dos cosas bien claras. Uno, yo jamás me acosté con Daniel así que no hagas juicios, segundo, el que una chica se acueste con un chico no signifique que sea "fácil" solo disfruta de su sexualidad y no creas que porque estoy lastimada no te puedo partir la cara- él tenía los ojos bien abiertos
- Yo.... Lo siento- levanté la ceja
- Oh claro que lo sientes- giré en mis talones director a la cocina, sentí la mirada de Mathew en mis curvas latinas y mi furia creció
- Hay más donde mirar, imbécil- la voz de Daniel se escuchó por las escaleras haciendo eco, sentí como mi cuerpo se tensaba.
Mire atrás para encontrarme a un Daniel muy sexy, su cuerpo solo se cubría por sus pans de franela gris y su pecho esta descubierto mostrando sus hermosos tatuajes.
- ¡Vaya mañana!, no son ni las nueve y ya me están insultando- solté una pequeña risa
- Eso te pasa por idiota, Matt- dijo Daniel con una pequeña sonrisa
- ¿Dónde está mi ropa? - ambos me miraron
- Nora se encargó de lavarla y secarla, está en la gaveta de abajo- me agaché y sentí las miradas de los dos hombres más tontos del mundo en mi trasero
- Pueden mirar a otro lado que no sea mi trasero, chicos con hormonas alborotadas- ambos desviaron la mirada inmediatamente, una que otra vez se escuchaban sus risas.
Tomé la ropa la cual olía delicioso
- Daniel le puedes decir a Nora que le agradezco mucho su gesto, que no era necesario-
- Es su trabajo claro que lo es- rodé los ojos
- DANIEL, no seas grosero, aunque sea su trabajo no está demás agradecerle- el solo rio entre dientes
- Esta bien, princesa-
- Sí que te tiene atado como un perro- bromeo Mathew, yo reí como tonta mientras Daniel se tensaba
- Ya te vas Matt- el solo rio y salió por la puerta
Yo subí antes de que me dirigiera la palabra, me coloqué mi ropa deportiva, tomé mi mochila y coloqué mi celular, mis llaves y deje doblada la ropa de Daniel.
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Danger
RomanceEl, el fuego que calentó su Artico Ella, el frío que congelo su infierno