Está de broma, me acerqué a él y le toqué él rostro con la palma de mi mano fingiendo medirle la temperatura.
- ¿Estás enfermo? ¿Te sientes bien? - el rió
- Estoy perfecto, creo que tus besos son una muy buena medicina. Y en ese caso me siento de lo peor- traté de molestarme, pero no lo logré
- Creo que dormiré en el sillón- me giré con cuidado, pero sus manos en mi cintura me detuvieron
- No, dormirás conmigo en mi cama- por lo mucho que me excitara su cuerpo pegado al mío con solo un pedazo de tela cubriéndome de él, no puedo, lo menos que quiero es acostarme con Daniel
- Ja, de todas las habitaciones de esta enorme casa no me puedo quedar en una- él se quedó serio
- No, tú lugar no es ahí- rodé los ojos
- ¿Y en tu cama sí? - él sonrió pícaro, se acercó a mi oreja y mordió mi lóbulo pasando corrientes por mi cuerpo
- Desde al principio mi lugar ha sido entre tus piernas, teniéndote jadeando mi nombre mientras te hago mía una y otra vez, que una pequeña capa de sudor cubra tus pechos grandes y perfectos, que estés tan entrada diciendo mi nombre que te haré llegar al org...- esto es caliente
Mi mano aterrizó en su mejilla volteando su cara, creo que me pasé un poco
- Eres un maldito guarro- me cruce de brazos, el me miro con los ojos más oscuros de lo normal, está molesto muy molesto.
Me alejé como pude de él, retrocedí hasta chocar con la pared, el me siguió con los puños apretados, su respiración es muy brusca, se acercó hasta donde yo estaba y por inercia me cubrí el rostro, de repente se escuchó el crujir de la pared, aturdiéndome por completo
Al fin logré mirar a un costado de mí, en la pared había un agujero del tamaño de un puño, tape mi boca sofocando otro grito al ver a Daniel sangrando de sus nudillos, seguía con la cabeza abajo respirando por la boca.
- Daniel yo...- hizo una seña con la mano en señal de que me callara
- Cierra la puta boca Katherine- sí, está muy molesto
Se alejó de mí y se sentó en el sillón blanco manchando la tela de sangre, con la mano sana jalo su cabello café, su frustración era evidente.
- No sé qué me molesta más- hizo una pausa - Si me soltaras la cachetada de mi vida o si pensaras que te iba a golpear-
- Yo...-
- Que te calles- me señaló con la mano- ¿Crees que te pondría un puto dedo encima Kate? Antes muerto- agache la cabeza avergonzada - Yo mataría a la persona que te pusiera un dedo encima- obvio lo dijo metafóricamente
- Pero yo...-
- No he terminado, sé que me pase de guarro pero es motivo de que me abofetees- me llegó el coraje
- SI, ME SIENTO OFENDIDA CUANDO ME DICES ESAS COSAS DANIEL- le grité
- ES QUE PORQUE, A UNA CHICA LE GUSTA QUE LE DIGAN ESAS COSAS- ambos no estábamos gritando
- Daniel, entiende que esto no es un halago, para muchas mujeres no lo es, nos gusta que nos traten con respeto y amor-
- Es que no sé cómo conquistarte- se me corto la respiración por un momento
- Enamórame, solo eso, se lindo amable, platiquemos como personas maduras de temas trillados no sólo de cuantas veces y maneras me quieres follar, Daniel- él sonrió un poco
- Enamorar a una chica, creo que eso será interesante, nunca lo he hecho- dijo con una pizca de sarcasmo
- Si, así es- él se quedó mirando un punto fijo
- Nunca lo he hecho, pero lo intentare- sentí una presión en mi estómago, ¿qué está tratando de decir?
- Daniel tengo sueño, no me importa tu opinión pero no dormiré en tu cama- no quiero hablar más de este tema
- Esta bien, a un lado de mi recámara está la habitación de mi hermana- abrí los ojos
- ¿Tienes hermanas? - el rodó los ojos
-Solo una, se llama Teresa- me imagino una mini Daniel solo que sin tatuajes y aretes
- No sabía eso de ti- el río un poco
- Hay muchas cosas que no sabes de mi, princesa-
- También tengo una hermana, se llama Regina- me miro
- ¿Es tan hermosa como tú? –
- Es más- tomó mi barbilla
- Nadie es más hermosa que tú- mire sus nudillos los cuales estaban llenos de sangre
- Déjame curar eso-
Lo tomé de la mano y lo senté en el banquillo donde me coloco el, tome el botiquín y comencé a sacar los utensilios, limpie, seque, unte y por último vende.
- Listo- el me miraba fijamente
- ¿Qué? - me anime a preguntar
- Nadie nunca me había curado, ni cuándo peleaba..- Eso no lo esperaba
- Peleabas- dije sorprendida
- Mucha información por hoy, princesa-
- Pero..-
- Pero es hora de dormir-
- Está bien, pero me tendrás que contar tarde o temprano-
Capitulo Editado y Corregido
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Danger
RomanceEl, el fuego que calentó su Artico Ella, el frío que congelo su infierno