El crimen del padre Enrique.

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Centro de la ciudad. Residencia O'Higgins.

Tocan la puerta un par de veces bastante despacio. 

Catalina corre a abrir. Entra un hombre tapado, con un gorro grande que no deja ver su cara. Se lo saca al entrar a la residencia.

- Por fin has llegado-.dice Catalina-.

- ¿Cómo estás?-.pregunta Arthur-.

La muchacha no dice nada y lo abraza. Sólo eso, un abrazo tierno, perspicaz que le dará fuerzas para continuar.

Ella casi nunca abrazaba a Arthur, tanto así que no había notado que su mentón le llegaba a la cabeza. No había notado que su perfume era diferente, que su pecho era duro.

Sus labios apenas se rozaron, y fue suficiente para desatar lo que estaba escondido.

- Ha sido sólo un día y ya te extraño-.dice él soltando una carcajada como si se resignara-.

Ella se apoya otra vez en el pecho de él.

- No sabes cuanto te necesité ayer

Él sintió una presión en el pecho al saber que había sucedido en la noche de bodas.

- ¿y-ya...

- ¿Qué?

- ¿Ustedes?

Ella calló. El silencio otorgaba. Él le acarició el cabello, y se guardó la rabia que tenía. A estas alturas, eso no importaba.

- ¿Sabes? Anoche he pensado bastante en nuestra situación-.dice él-.

- ¿Y?

- Te tengo una propuesta

-  Prefiero que a estas alturas, te las guardes

- Apenas nazca mi hijo, nos vamos

- ¿Disculpa?

- Apenas nazca escaparemos yo, tú y él o ella...

- ¿Estás loco?-.dijo ella abriendo los ojos exageradamente-.

- No... nos marcharemos los tres juntos

- ¿De verdad crees que no nos pillarán? Mi madre tiene mucho dinero,hará cualquier cosa para pillarnos, ni hablar del poder de los O'Higgins si es que llego a escaparme

- ya es hora de que dejemos todo eso atrás. Nunca nos escaparemos si es que seguimos pensando en los riesgos

Catalina se sentó un momento  a meditar.

- Queda mucho para eso, Arthur. Dejemos que pase algo de tiempo, y luego lo vemos

- Si no quieres, dímelo de inmediato

- No es eso

- ¿Entonces qué es?

- no es justo, Arthur

- ¿Qué cosa no es justa?

- no podemos llevarnos al hijo de mamá. Tú no puedes. Ese hijo es de ella también

- ¿Estás preocupada por ella?

- Es mi madre

- ¿Quieres que quieres que crié al niño al igual como te crió a ti?

- Claro que no

- Piénsalo, my life.

Se quedaron callados unos segundos.

- Está bien-.ella dijo y él le dio un beso desesperado en los labios-.

- !yo sabía que podría contar contigo, mi amor. Cuando Ana tenga a su hijo,en unos dos meses más, nos iremos

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora