Ella cierra los ojos al sentir los labios de Arthur en su frente. Cierra sus ojos, cierra su alma.
Arthur, mientras tanto, sale fuera de la mansión Federighi, y se va a fumar un cigarrillo. Pero cuando busca la caja al interior del bolsillo de su chaqueta, no logra encontrarla.
Maldice para sus adentros, y vuelve al interior de la mansión a ver si las habrá dejado en alguna parte.
Paralelamente, Catalina ve una caja botada en su cuarto. La abre con cuidado para robar un par de cigarrillos.
Pero lo que encuentra dentro de la caja le enternece el alma.
Dentro de la caja se encuentra la horquilla de Catalina, la misma horquilla que perdió el día del baile hace un año atrás.
La toma con cuidado. Fina, de oro, con una pequeña piedra rosada en la punta. Está más que segura que es su horquilla.
¿Y por qué aún recuerda esa horquilla? Porque el día del baile Carmen le regaló las horquillas, y cuando ella volvió de la fiesta junto a Ana, volvió exclusivamente con una, y la otra se perdió.
Es evidente que Arthur la ha guardado.
El inglés busca en el comedor principal, hasta que decide ir al cuarto de Catalina una vez más. Sin tocar la puerta, entra al cuarto. Y ve a la muchacha con la horquilla en sus manos.
Él se siente extraño al verla con la horquilla. Tiene la mínima esperanza de que ella no la reconozca.
- Arthur-. Dice ella en un susurro-. ¿De dónde la has sacado?
- ¿Qué cosa?
- Esta horquilla...
- La encontré ayer
La muchacha lo mira a los ojos, a él le tiritan las manos.
- Mentira
- ¿Esa horquilla es tuya?
- !Sabes perfectamente que sí!
- No lo sé, Catalina-.mintió-.
- Si lo sabes... Sólo hay dos de estas horquillas; la que tengo entre mis manos y la que está en mi velador
La muchacha se dirigió a su velador y sacó la horquilla, y las comparó a los ojos de Arthur. Prácticamente idénticas.
- Ni siquiera sabía que era tú horquilla
- !si lo sabías! Lo sabías porque la conservaste desde esa noche en el baile....
A él se le desorbitaron los ojos al ver que Catalina sabía toda la verdad.
- Deja de decir tonterías-.admitió a tientas, muerto de vergüenza-.
- ¿Por qué lo hiciste?
- ¿Hacer qué? Deja de hacer este alboroto por una simple horquilla...
- ¿Y por qué guardas esta simple horquilla en tú caja de cigarrillos?
- Me da suerte
- !¿Suerte?!
- Sí.
Ella se siente bien al escuchar que Arthur tiene un recuerdo de ella.
- ¿Es un recuerdo mío?
Él frunce el ceño porque sabe que es verdad. Pero no lo va a admitir.
- Claro que no, no te sientas importante
Él le quita la caja de cigarrillos de las manos, y camina hasta el borde de la puerta para marcharse.
- ¿Aún no puedes olvidar aquel baile?-.dice ella-.
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Efímero.
RomanceSociedad Europea año 1850. En una provincia de Europa vive Ana Federighi y su hija Catalina. Además de tener una pésima relación, la madre planea casar a la hija lo antes posible para no verla más. La familia Longton por su parte, está en la bancarr...