Capítulo 1.

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Me gustaría contaros como fue mi primera navidad en otro mundo, en las estrellas. Y lo que ello conllevó.

Todo empezó el 11 de noviembre del 2011.

Mis amigos hacían bromas ya que decían que ese día se acababa el mundo, y yo aunque no me lo creía, tenía la sensación de que mi mundo iba a acabar; o más bien, a empezar de nuevo.

Mi despertador sonó a las ocho como cada día a ritmo de ''It is too late now to say sorry...''

Y como cada día, también llegaba tarde a clase.

Estaba especialmente nerviosa y feliz, porque mi ídolo Justin Bieber iba a venir a Madrid. Entré corriendo por la puerta principal justo antes de que la cerraran. En ese instituto era realmente imposible escaparte a no ser que estuvieras casi al borde de la muerte.

- Venga Valeria. ¿No aprendes, eh? Todos los días llegas tarde - Me dijo Miguel, el portero.

- Lo sé, lo sé...

Hice los cien metros lisos hasta mi clase y pasé rozando a mi profesor justo antes de que entrara en clase.

Fui a darle un beso a Meri y Laura, mis dos mejores amigas y me senté en el pupitre que había entre ambas susurrando, o al menos intentándolo, un «¡Hoy viene Justin!» que acabó escuchando toda la clase.

Mientras mi profesor de matemáticas explicaba logaritmos y matrices, noté como me vibraba el móvil.

«Eres la ganadora del Meet and Greet. Debes presentarte hoy en el hotel Urban a las cinco. Te esperamos.

Atentamente: El Hormiguero.»

- Pro...¡Profesor! - dije demasiado alto - Necesito ir al baño.

Y sin darle tiempo a responder, salí corriendo de clase.

Comencé a gritar como una loca y le mandé un «SOS» a Meri y Laura en el mismo momento en que sonó el timbre. Las dos vinieron corriendo al baño en cuanto lo recibieron.

- Chicas, ¡mirad!- les dije enseñándoles el mensaje.

- ¡Oh dios! - exclamaron - ¡Has ganado el Meet!

Las tres nos fundimos en un abrazo mientras me secaban las lágrimas. Sabían de sobra lo que esto significaba para mí - para las tres - y en ningún momento dejamos que los sueños se interpusieran en nuestra amistad. Las tres nos apoyábamos y ayudábamos siempre, aunque una pudiera conseguir cumplir su sueño antes que otra.

El resto del día se me hizo eterno hasta que llegaron las tres y me empecé a preparar. Subí a mi cuarto, encendí el ordenador y puse música a todo volumen mientras sacaba la ropa que me iba a poner.

Me conecté a Twitter y puse: « ¡Dos horas!¡En dos horas conoceré a Justin! Decidme que es un sueño...»

Bajé corriendo una vez terminé de prepararme, aunque en realidad iba con tiempo de sobra. Los nervios me estaban matando.

- ¡Adiós mamá! - grité al salir.

-A ver - pensé mientras cerraba la puerta de casa -Móvil, llaves, cámara...

Y de repente...

- ¡Valeria!

Nunca digas nunca. Historia de una Belieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora