Capítulo 36.

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[JUSTIN]

El tiempo pasaba a la velocidad de la luz y ya iba a hacer un año desde que conocí a Valeria y ya teníamos prácticamente elegida la fecha de nuestra boda. Si esto no era ir rápido, que fuera Dios y lo viera. Lo importante es que estaba incondicionalmente enamorado de ella y que pasara lo que pasase, iba a luchar siempre por demostrárselo, aunque estuviera en la otra punta del mundo.

Solo quedaba un mes para que llegara septiembre y Val se fuera a la universidad.

[VALERIA]

- ¿Te falta mucho? - le pregunté a Caitlin por teléfono. Estaba esperándole para irnos a Omaha a hacer las compras de la universidad.

- ¡No, cinco minutos! - dijo ella.


Diez minutos después entramos en el centro comercial.

- A ver - dije desenrollando la lista que habíamos hecho días antes - Tenemos que ir a la papelería, a la zona de hogar, comida, electrónica... Vamos, que nos toca recorrernos todo el centro comercial.

Cogimos cada una un carro y comenzamos la búsqueda.

- En la carta de la universidad ponía que podíamos decorar todo a nuestro gusto, así que deberíamos empezar por la ropa de cama - dijo ella - ¿Qué te parece si lo decoramos todo en tonos neutros y luego ponemos un rosa o azul con accesorios?

- ¡Estaba pensando lo mismo! Así podemos darle un estilo diferente cada año sin necesidad de tener que comprar más que algunos complementos.

Entramos a las diez de la mañana y tuvimos que parar a comer, porque a las tres de la tarde todavía nos quedaba media lista. Estuvimos al rededor de siete horas para encontrar todo lo que necesitábamos, pero estábamos seguras de que quedaría perfecto.

Al día siguiente fuimos a por los libros y el material escolar. Eso era lo último que nos faltaba.

Ahora solo quedaba esperar.



El verano pasó realmente rápido. A veces salía con las chicas de mi clase, pero la mayoría del tiempo lo pasaba con Caitlin, Ryan y Christian. Se habían convertido en parte de mi familia.

Justin se cogió una semana de vacaciones y los cuatro nos fuimos a Miami para pasar juntos una semana en la playa.

Jamás pensé que iba a tener una vida tan... completa y diferente.

Me encantó aquel viaje...

Justin acababa de terminar su concierto en Alemania cuando cogió el avión. Habíamos alquilado un apartamento a pie de playa entre los cinco, así que quedaríamos allí directamente. Nosotros cogimos el Jeep de Justin, que me lo había dejado cuando se fue de gira, y comenzamos un viaje por carretera de dos días, cargados de maletas y durmiendo en el coche. Fue una experiencia increíble, siempre había querido hacer algo así.

Cuando llegamos a Miami estábamos realmente muertos de cansancio, lo único que quería era tumbarme en la cama y dormir durante tres meses seguidos.

Caitlin y yo deshicimos nuestras maletas, mientras los chicos iban a comprar algo de comida para traer al apartamento. Media hora más tarde llamaron al timbre.

- ¿Se habrán dejado las llaves? - dijo Caitlin yendo a abrir.

Yo seguía en mi habitación, que compartía con Justin, colocando toda la ropa cuando alguien me tapó los ojos.

- ¡Justin! - grité tras girarme. Nos fundimos en un beso que quería que hubiera sido eterno. - ¿Cómo estás, cariño? ¿Qué tal el viaje? - No podía parar de tocarle las manos, de abrazarle y darle besos.

- Dios... ¡Cómo te he echado de menos! - dijo volviéndome a abrazar. Y es que habíamos pasado... ¿Cuántos? ¿Tres meses separados? - Ven. - me susurró en medio de un beso poniéndome a ahorcajadas sobre él. - Ya hablaremos luego del viaje. - dijo sonriendo.

Tardamos casi una hora en salir de la habitación - y poco tiempo era para todo lo que habíamos estado sin vernos - para que pudiera saludar a sus amigos, comiéramos y fuéramos a dar una vuelta por Miami.

Las mañanas eran de playa, las tardes de tiendas, las noches de fiesta... Fue la mejor semana de todo el verano. Me dolió en el alma tener que separarme de él otra vez.

- No olvides nunca lo que te quiero, cariño. - me dijo en el aeropuerto retirándome el pelo de la cara y besándome. Yo estaba llorando a mares. - Y si alguna vez lo olvidas, levanta la mano y mira estos dos anillos ¿Vale? Las dos promesas más importantes que he hecho en mi vida.

- Te amo, Justin. - dije abrazándole. - Nos vemos en Navidad.

Después se subió al avión, terminó el verano y llegó el día de empezar una nueva etapa en mi vida: la universidad.

Nunca digas nunca. Historia de una Belieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora